Los
adultos ya sabemos que Cupido no existe. Pero también somos
conscientes de que hay pequeños cupidos
que propician el acercamiento, la intimidad. Se ha comercializado,
claro, una música de seducción, incluso tópica: las discográficas
solían sacar toneladas de aquellos discos “ambientales” que ofrecían
melodías sedosas con una portada levemente erótica. La era de Fausto Papetti, algunos lo recordarán.
Aquí buscamos algo de nivel superior. Artistas con mayúsculas cuyo discurso habitual pueda engrasar momentos privados. Hemos elegido figuras internacionales por razones obvias: una letra en tu idioma puede distraer a cualquiera de los presentes y no queremos eso ¿verdad?
Naturalmente,
cada generación tiene sus canciones, sus artistas humedecedores.
Pero algunos creadores se han mantenido a lo largo de las décadas:
universalmente, su música sugiere entrega y abandono. Transmiten una
sensibilidad extrema y los oyentes sienten el despertar de los
sentidos.
Alguien podría sugerir que lo mejor sería confeccionar un recopilatorio (o una playlist) con una selección de músicas algodonosas pero eso indicaría una profesionalización que, nos parece, va en contra del espíritu sportif de la seducción.
Tampoco sirve el concentrarse en baladas melosas: conviene que haya contraste en la música de fondo, para evitar letargias y automatismos. Recuerden que la música viaja a la misma zona cerebral que responde al placer de la comida. Y nadie se plantearía un menú limitado a los dulces.
Es
conocida su desdichada existencia, plasmada en Let's
get lost,
aquel documental de Bruce Weber. Trompetista tan lacónico como
aterciopelado, los productores descubrieron que también podía
cantar con una voz frágil y derrotada. Tenía el encanto de un chico
dorado de California, echado a perder pero conservando cierto aliento
romántico. Empujado por sus adicciones, Baker grabó infinidad de
discos, especialmente en Europa. Casi todos son valiosos pero hoy,
para eso que tenemos en mente, necesitamos un concentrado de las
canciones más tiernas que nos puede ofrecer la noche.
CHET BAKER Chet Baker sings Capitol/EMI
Segunda
cita: Miles Davis, desde el impecable hipster
de, digamos, Kind
of blue al
brujo eléctrico de Bitches
brew. De los trajes de corte italiano a los conjuntos de ante.
SADE
Los
estadounidenses inventaron un formato radiofónico llamado Quiet
Storm:
la “tormenta tranquila” era música para, seamos finos, la
intimidad. Pero la mejor cristalización del concepto vino de
Nigeria: Helen Folsade Adu, hija
de padre africano y madre inglesa. En Londres, demostró una suprema
elegancia sobre los escenario y la habilidad -con el músico Stuart
Matthewman- para confeccionar discos que parecían películas
nocturnas, confesiones sobre el amor de gente impecablemente cool.
Mil veces imitada y rara vez duplicada, Sade puede permitirse dejar
pasar diez años entre disco y disco.
SADE The
best of Sade Epic/Sony
Predecesora:
a su modo, con ayuda de Stevie Wonder, Minnie Riperton se anticipó con Perfect
angel (1974). Contiene el paradisíaco "Lovin' you".
MARVIN GAYE
Hombre de existencia muy, muy atormentada, Marvin Gaye (1939-1984) fue un leal soldado de Motown en los años sesenta; allí sacó una docena de elepés. Se rebeló en los setenta, con un soberbio estado-de-la-nación llamado What's going on y con un disco de dormitorio titulado Let's get it on. Su magnetismo residía en esa capacidad para desnudarse emocionalmente por encima de unos arreglos tan carnosos como elásticos. Repetiría la misma jugada a principios de los ochenta, con “Sexual healing”, donde tocaba prácticamente todos los instrumentos pero no, no fue lo mismo: cuidado con las obviedades.
MARVIN
GAYE Let's
get it on Motown
Alternativa:
tras Marvin, Barry White explotó el filón de la música para
escuchar entre sábanas de satén. Nada de bromas con su talla.
STAN GETZ con JOÂO GILBERTO
It's
all true,
se titulaba la película no terminada de Orson Welles sobre Brasil.
Todo es cierto: allí abajo hay un paraíso natural, rebosante de
belleza y ritmo. En 1964, se juntaron en Nueva York el más sedoso de
los saxofonistas y músicos brasileños. Entre los visitantes
destacaban Antonio Carlos Jobim y Joâo Gilberto pero se probó a
cantar “The girl from Ipanema” con la esposa de Joâo, Astrud,
que ejercía de traductora. Y surgió la magia. Suficiente para
lanzar a Astrud Gilberto como cantante profesional y convertir la
bossa nova en el más sensual de los ritmos de los años sesenta.
STAN
GETZ con JOÂO GILBERTO Getz/Gilberto Verve
Continuadores: la onda bossa se prolonga con Nouvelle Vague, cambiante banda francesa que sensualiza temas pop.
ROXY MUSIC
La
banda de Bryan Ferry, Phil Manzanera y Andy McKay tuvo dos etapas
creativas (e innumerables prórrogas, ya únicamente como espectáculo
de directo). Con Avalon,
Roxy
Music
cerró
su trabajo de estudio. Aunque no lo parezca, aquí mantiene la
tradición de presentar en portada iconos femeninos (no se ve la cara
de la modelo, que luego se casó con el propio Ferry). Se trata de un
disco altamente sensual, por sus confortables texturas sonoras y el
personaje de Ferry, enamorado del amor y victima de sus trampas.
Genuina música pop de los ochenta, aunque lo bastante cuidada para
que no caer en clisés.
La otra cara: compañero de Ferry en el sello Island, Robert Palmer se convirtió en el paradigma del bon viveur internacional.
LEONARD COHEN
Impecable
en su aspecto exterior, apasionado en su interior, incansable en sus
búsquedas carnales o espirituales, Leonard Cohen es el seductor que
lo disimula. Su voz grave, su capacidad para las confesiones, su
riqueza temática se hacen evidentes en I'm
your man
(1988), un disco de moderno acabado, muy alejado de sus hipnotizantes
primeras letanías a guitarra de palo. La reciente biografía de
Sylvie Simmons (Lumen) muestra a esa insólita criatura: el hombre al
que sus sucesivas mujeres todo se lo perdonan. Ellas sabrán.
LEONARD
COHEN I'm
your man Columbia/Sony
Seguidores: en Grace, Jeff Buckley halló el sensualismo subyacente en piezas como “Hallelujah”.
MASSIVE ATTACK
Colectivo
de Bristol que supo cocinar una mezcla única de soul, hip-hop y
electrónica. Todo hecho a fuego lento: lo que algunos llamaban
trip-hop
era
una música que
disimulaba
los acelerones, que arropaba algunos instrumentos convencionales con
lustrosas máquinas, que potenciaba las melodías sin perder el pulso
rítmico, que ganaba en variedad con la abundancia de voces y climas.
Sus mejores discos transportan al oyente a una desconocida casa
misteriosa, donde se alternan habitaciones oscuras y luminosas.
Cualquier noche con Massive Attack reserva sorpresas.
MASSIVE
ATTACK Blue
lines Virgin
Contrapeso: la fantasía del dúo francés Air podría funcionar como complementa del downtempo sombrío de Massive Attack.
PRINCE
Lleva
muchos años ejerciendo de Testigo de Jehová, si hemos de creerle,
pero nunca podremos olvidar la extraordinaria calentura que
desprendía Prince durante los ochenta (hasta empujó a la esposa de
Al Gore a montar una organización contra las canciones
“indecentes”). Lo de Prince era un exceso de testosterona, una fantasía
expresadas en discos, directos, videos e incluso películas. Aunque
Purple
rain
podía ser desechada como una mezcla de falsa autobiografía y de tópicos de
Hollywood, generaba un campo de fuerza que invitaba a perder
inhibiciones. Todavía tiene esos efectos pero, sssh, no se lo digan
a su creador.
Más afrodisiacos: los Isley Brothers son uno de los grupos más longevos del soul; en los 70, hicieron suntuosas baladas, de esas que bajan las cremalleras.
R. KELLY
Incluso
en el moderno R & B, un territorio definido por su alto contenido
lúbrico, R. Kelly destaca por lo directo de sus letras lujuriosas.
Sus extensos discos están endulzados por unas producciones
hi-tech
que -al ser creación propia- potencian la imagen del hombre obsesivo
y apasionado. Tal vez nos afectaron las noticias sobre sus problemas
legales, de los que finalmente salió indemne. Su enorme popularidad
se explica por esa cintura que le permite, a capricho, girar hacia el
funk o colaborar de igual a igual con raperos tipo Jay Z y -en el
mismo disco- Celine Dion. Y desarrollar un a modo de culebrón
llamado Trapped
in the closet, como personal capricho audiovisual.
Para
el relevo: desde Atlanta, Usher, un lover
man más
discreto. Sus discos contienen melaza de dormitorio y dinamita bailable.
BILLIE HOLIDAY
La
voz de Billie nos llega modificada por la costra de la tragedia que
fue su vida (y no vamos a reiterar aquí sus miserias). Sin embargo,
también es una historia de triunfo personal: en lo esencial, ella
vivió como quiso, colándose por los invisibles pasillos que iban
desde el ghetto a los escenarios de la alta
sociedad. No fue lo que ahora llamamos una artists "maldita". En su voz encontramos alta sensibilidad, resiliencia,
sabiduría,
plasticidad emocional. Tuvo a su disposición a los compositores de
la edad dorada del standard
estadounidense
y también detrás sonaban respetuosos admiradores tipo Lester Young.
BILLIE
HOLIDAY Lady
day Columbia/Sony
La sacarina para café tan fuerte: Julie London. Aunque su vida fue moderada, las portadas -y los contenidos- de sus elepés la perfilaban como un personaje de novela negra, tipo party girl.
La idea para esta selección partió de Fernando Rimblas y fue desarrollada, con un texto ligeramente diferente, en la revista Gentleman.
Hay 24 Comentarios
“El chico más pálido de la playa del Gros”, this is a love song.
Publicado por: Daguerre | 04/03/2013 20:02:35
No conocía mucho a RJD hasta que lo vi en la entrevista de Boadella y, a su lado, Manowar son un prodigio de discreción y buen gusto. Y el jevi es muy amplio y, por suerte, RJD no es representativo de este estilo
Publicado por: Alejo Alberdi | 26/02/2013 21:55:19
Es decir, que te guste Ronnie James Dio es mal gusto? Mucho prejuicio con el heavy metal me parece a mí que hay.
Publicado por: Xabier | 26/02/2013 13:49:47
El problema está en que un gusto excelso en clásica no garantiza lo mismo en pop y rock. Y no sé ni me importa cuál sería la formación en música clásica de Lester Bangs o de Nick Cohn, pero se reirían a carcajadas del planteamiento de Calpurnio
Publicado por: Alejo Alberdi | 25/02/2013 18:13:26
Y que problema hay en que a alguién le guste la música clásica y también Ronnie James Dio? Perdona, pero ese comentario suena a prejuicio.
Publicado por: Xabier | 25/02/2013 10:05:43
Nunca digas "pene" en una canción que pretende ser erótica
Orgasmical - Exceso
http://www.youtube.com/watch?v=hy0AAz_jzSE&feature=related
Publicado por: Alejo Alberdi | 23/02/2013 16:37:37
Pues de Chet Baker siempre me funcionó muy bien el "Touch of your lips"... me alegro que el "Chet Baker sings" figure en esta lista. Pones a Chet Baker y si no funciona, es porque realmente a la chica no le gustas un pelo. Si le gustas, ese Lp parece estar diciendo: " A qué estais esperando para dejar encima de la mesita las copas de coñac?". A lo de Prince, en cambio, no le veo la gracia, creo que hay cosas mejores, a menos que la nena sea una adolescente acrítica. Sugiero temitas como el instrumental "Riviera Paradise" de Stevie Ray Vaughan, también mete mucho "ambiente".
Publicado por: Pep | 23/02/2013 15:51:30
Eso de la "base educacional" clásica para un crítico de rock y pop suena a música celestial, Calpurnio. Ayer salió Boadella en la 2 hablando de sus gustos musicales, exquisitos en lo tocante a música clásica (Bach, Mozart, Schubert), y cuando lllega el rock y el pop nombra... a Ronnie James Dio. Fue grotesco. En suma, que me quedo con DAM, y lo mismo hará cualquiera con dos dedos de frente. Y si no le va la clásica o la celtomanía, es cosa suya y en nada tiene por qué afectar a su labor como crítico de rock.
Publicado por: Alejo Alberdi | 22/02/2013 23:46:03
Ahora nos entendemos, Calpurnio. Te puedo asegurar que tengo una buena colección de la llamada "música clásica", especialmente fuerte en medieval, barroco y siglo XX.
Lo de "aversión" se refiere a su anquilosada valoración social, a su sentido de superioridad, a su total dependencia de las subvenciones...... y a cierto funcionario que me cobraba hasta el 66 % de tasas por cada disco de rock que yo me traía desde Inglaterra mientras se burlaba: "si no fuera esta música de degenerados, se lo dejaría pasar.. Ha de saber usted que Beethoven no paga aduanas".
Pero esto se aleja bastante del asunto de la presente entrada, que se pretendía liviano y juguetón.
Publicado por: DAM | 22/02/2013 22:59:34
No veía fealdad por ningún sitio, sino realidad. ¿Qué se puede pensar de alguien que confiese aversión al arte, la literatura, el cine, el teatro... la música clásica? No quedará muy bien intelectualmente, ¿verdad? Pero si además es crítico musical... Hay muchas colecciones de bolsillo de clásica. Le sugiero que se compre alguna y se vaya a una tienda y compre unos discos (hay series muy baratas y buenas). Empiece, por ejemplo, por Mozart, digamos, los divertimentos y los conciertos para flauta y orquesta. Gócelos. Seguro que poco a poco le ayudará a refinar el gusto y a ver la vida de otra manera. Y sobre todo le ayudará mucho a su ejercicio como periodista y crítico de rock, en absoluto reñido con la clásica.
Publicado por: Calpurnio | 22/02/2013 21:29:16
Sintetizados así, los comentarios son perfectamente aceptables. Envueltos en insultos, afeaban el blog.
Publicado por: DAM | 22/02/2013 21:06:01
Ostras, el señor Manrique censura los comentarios y me los borra. Primero por afirmar que no le veo sentido alguno a este artículo (relleno puro) y segundo por reprobarle su aversión, confesada recientemente, a la música clásica, base educacional para todo crítico, sea del género que sea. ¿Este también irá a la papelera? Lo siento, señor divo.
Publicado por: Calpurnio | 22/02/2013 20:01:58
Teniendo en cuenta el tema del artículo y que, de hecho, se menciona el 'Quiet Storm' a colación de Sade, no habría estado de más hablar de Smokey Robinson: el género se llama así por un álbum suyo.
Publicado por: Eduard | 22/02/2013 13:27:58
Entiendo que hay que rellenar el blog, pero a estas alturas ... Hagamos una prueba, que musica escuchabas en tu primera polvareda? Probablemente ni te acuerdes pero seguro que te supo a gloria divina, pues eso ES MUSICA!!
Publicado por: Jljd | 21/02/2013 18:40:16
Y me olvido de Fausto Papetti, que encabeza el artículo
Publicado por: Basi | 21/02/2013 17:49:47
Claro que sí. Esta misma, sin ir mas lejos. El de Stan Getz y Joao Gilberto se pudo grabar en los States pero es brasileño hasta la médula. Y hay dos discos franceses entre los alternativos, Nouvelle Vague y Air.
Publicado por: Basi | 21/02/2013 17:48:39
¿Alguna vez veremos en los medios una selección de diez discos o de diez canciones o de diez autores en los que se cuele uno de fuera de Anglosajonia?
Publicado por: Enrique | 21/02/2013 17:18:58
Mis diez céntimos;
Calentamiento Global: Música para derretir los Polos - on Spotify http://open.spotify.com/user/ddaa/playlist/6Vgrga3bXqoJkoioF36CtA
Publicado por: Alejo Alberdi | 21/02/2013 16:41:37
Si queréis algo sugerente, picantón y provocativo, escuchad "Songs to Make Love" de Lovage, Mike Patton parece el hombre más sexy del mundo, y no hablemos de la chica que le acompaña en ese mismo disco.
Si con eso no se os suben los colores es que sois de piedra muchach@s.
Publicado por: Fade | 21/02/2013 15:27:02
Estoy de acuerdo con el primer comentario. A mí casi toda la música que habéis señalado me gusta, está en mi colección, la disfruto... pero no se me ocurriría ponerla *para* seducir a nadie... y menos me seducirían a mí, porque me la conozco al dedillo ya.
Y lo de Prince: sí, es Testigo. Tenemos contactos en común.
Publicado por: maría | 21/02/2013 15:21:40
Hola
Desde luego el tema no puede ser más sugerente.
Yo creo que el primero que se promocionó como compositor más utilizado fue Barry White, hubo un tiempo que, no sé porque, casi todas las obras de teatro nombraban Naima de Coltrane y para los más clásicos -y gracias a una actriz bajita- siempre esta el bolero de Ravel. Pero es que todas las músicas ayudan en ciertas ocasiones.
Un saludo.
Publicado por: Manu3l | 21/02/2013 15:20:33
Si claro, Blue Nile, porque 5 de cada 10 españoles (y me quedo corto) saben quienes eran Chet Baker o Joao Gilberto, y han escuchado sus canciones. De aquí, la mayoría conocen, quizás algo de Billy Holiday, Gold y Avalon de Roxy Music, y Purple rain. Y ya.
Publicado por: J | 21/02/2013 14:56:37
Si, la musica es el complemento perfecto a una velada perfecta. La pena es que en España no exista la tradición en los restaruantes de tener musica tenue mientras uno cena. Esa música seductora.... Se que la hay pero pagando un riñon, y no tiene porque.
http://www.menfoodspain.com
Publicado por: David | 21/02/2013 14:51:25
Lo siento, pero la selección es bastante previsible. Uno de los puntales de la seducción es la sorpresa, lo inesperado, y por ese lado la lista naufraga estrepitosamente.
Publicado por: The Blue Nile | 21/02/2013 12:13:34