El
periodista de batalla, habituado a picar aquí y allá, se queda
impactado ante los trabajos de erudición. El plumilla admira a los que tienen
tiempo y energías para profundizar en asuntos oscuros. Se quita el
sombrero ante los resultados de una investigación exhaustiva; especialmente, si se trata de un libro autoeditado.
Es el caso de Discos españoles, portadas únicas. Apabullante: tapas duras, 743 páginas, casi dos kilos de peso, lujo. Refleja el empeño de un coleccionista gallego, que usa el nombre de Manuel de Magalhâes, en censar los discos exclusivos para el mercado español, editados entre los sesenta y los setenta. Inevitablemente, ya pueden imaginarlo, muchos de ellos se cotizan alto en el mercado internacional.
Un par de puntualizaciones. Magalhâes se ha limitado a los elepés: entrar en rastrear los singles y EPs hubiera convertido el libro en algo similar a la guía telefónica de Manhattan. Aún así, son más de trescientas cincuenta referencias, todas con sus particularidades explicadas, categorizadas -por grado de rareza- y representadas con portada, contraportada y -si la hubiera- la cubierta original.
Este volumen complementa el abrumador estudio de Xavier Valiño sobre la censura musical durante el franquismo tardío (Veneno en dosis camufladas, Milenio). Se repiten algunos títulos pero Magalhâes suma otros filones: las ediciones de clubs tipo Discolibro, los -generalmente feos- discos promocionales, las raras grabaciones foráneas sólo publicadas en España y, lo principal, las portadas alteradas voluntariamente por las propias editoras.
Aparquen sus suspicacias: muchas de las portadas made in Spain eran más atractivas que las lanzadas en los países de origen. Pienso, por ejemplo, en los elepés del cantautor portugués José Afonso, editados aquí tras la revolución de los claveles. Claro que salieron en Hispavox, que tenía una tradición de excelencia gráfica gracias al trabajo de Daniel Gil, legendario vestidor de los libros de bolsillo de Alianza. Imagino su mano en las preciosas cubiertas españolas para Johnny Rivers o el In concert de Joan Baez, aunque es cierto que no están recogidas en la galería de su trabajo que ofrece Pioneros Gráficos ( http://pionerosgraficos.com/2012/01/las-cubiertas-de-hispavox-de-daniel-gil/).
Recuerden que las discográficas contaban con eficaces departamentos de diseño. Lo requería el hábito de traducir los títulos de las canciones, astuta precaución en un país poco dado a los idiomas, aparte de la tendencia a simplificar las portadas desplegables propias de aquellos años de vacas gordas en el rock business. Algo que indignaba a los compradores españoles pero que ahora nos hace poseedores de piezas valoradas ahí fuera.
Y
luego estaba el ingenio, pueden llamarlo incluso picardía, de
compañías que estaban a la que saltaba. Columbia, empresa de origen
donostiarra, tenía históricamente los derechos para España de la Decca
londinense, empresa en declive según avanzaban los setenta. Así, se
modificaron las portadas de recopilatorios de los Rolling Stones (alguno incluso entró en una promoción del brandy Fundador).
También sacaron abundantes dobles a precio reducido, de artistas
progresivos
como
John Mayall, Keef Hartley, Savoy Brown, Bread Love & Dreams,Ten
Years After o Caravan. Empezaron costando -pausa para
suspirar-300 pesetas; no pregunten ahora.
Aunque su golpe más descarado fue agrupar las grabaciones de David Bowie para Deram (subsidiaria pop de Decca) bajo el título de El rey del gay-power. Un inciso para recordar que los promocioneros de Columbia no tenían prejuicios: a finales de los setenta, intentaron lanzar al adusto Chris Rea como cantante gay friendly. Utilizaron unas fotos en las que se exhibía en camiseta y le hicieron firmar unas dedicatorias ambiguas -que el hombre no entendía- para determinados locutores.
Pero nos estamos alejando. Este tomo nos recuerda algunos de los curiosos avatares de algunos catálogos históricos en su ruta por la Península. La españolísima Belter tuvo brevemente a Atlantic; Chess pasó por las manos de Hispavox. Ambas compañías hicieron poco con esos tesoros. Por el contrario, Motown debió ser un fichaje caro: tanto RCA como Movieplay se inventaron abundantes antologías para el consumo nacional, aparte del chocante intento de hacer cantar en castellano a Stevie Wonder y otros.
¡Tiempos extraños!. El mercado español era tomado en cuenta: cuando el Ministerio de Información y Turismo prohibió la portada original de Sticky fingers, la
del pantalón vaquero con cremallera auténtica, la central londinense de
Rolling Stones Records encargó a Phil Jude una foto que reflejara
literalmente el título, Dedos pegajosos. Otro "collector's item".
Discos
españoles, portadas únicas se ha editado en una tirada reducida y en versión bilingüe, castellano-inglés. Se puede encontrar en tiendas de coleccionistas y por la Red (60 euros).
Hay 7 Comentarios
Grandísimo!
Publicado por: Ana Primera | 11/03/2013 17:53:49
A falta de buen rock (español), buenas son las portadas, no? Para tener tema, mucho dibujo y poca música (rock)
Publicado por: Duncan | 04/02/2013 21:45:37
Muy interesante entrada!. Xavier Valiño comisarió también una excelente exposicón de portadas censuradas en el CGAC de Santiago De Compostela (espero que luego rule por el resto de la península). Adjunto enlace a la reseña de la expo que hice en mi blog por si a alguien le interesa echarle un vistazo:
http://bailarsobrearquitectura.wordpress.com/2012/11/27/vibracions-prohibidas/
Saludos,
iago.
Publicado por: iago lópez | 02/02/2013 21:00:29
Creo que en esto no somos tan diferentes. Si miramos las portadas de otros países vemos que son corrientes, como las modas en la ropa que se siguen en todos los países.
Publicado por: Nombre | 02/02/2013 18:56:30
La verdad, es un tesoro que nadie nos podrá quitar, e cada nos pueden freir a impuestos, quitarnos la casa embargarnos la cuenta pero nuestra música morirá como nosotros como uno de los patrimonios más valorados de cada persona, realmente, es parte de tu personalidad.
1saludos
Publicado por: compro plata | 02/02/2013 18:05:14
Conservo mis vinilos como si fueran un tesoro. Y algunos fines de semana me pasos horas escuchandolos tirada en la alfombra junto a mi pareja.
Carla
www.lasbolaschinas.com
Publicado por: Carla | 02/02/2013 12:53:07
Tiene poco que ver con lo que em maestro Manrique ha explicado aquí, y pido perdón por ello, pero si a algún lector le gustan los libros de portadas de discos, en general, y quiere reírse un rato, recomiendo el libro "Celebrity Vynil" de Tom Hamling. Recoge portadas de discos de celebridades, desde Bruce Willis o John Travolta a Don Johnson, Eddie Murphy, Shaquille O'Neill o Philip MIchael Thomas (Tubs en 'Miami Vice'). Muy bueno y con jocosos comentarios...
Publicado por: Lesmo | 02/02/2013 12:18:32