Brian Eno, por Pérez Sánchez, para Star
No hay pecado sin recompensa. En 1978, publiqué en la revista barcelonesa Star un reportaje bastante extenso sobre una música entonces novedosa, el dub. A lo largo de los años, me he encontrado con Jordi Ragna, Iñaki Yarritu y otros expertos españoles en reggae que me han asegurado que aquel texto -Alucinando al estilo jamaicano: los aromáticos sonidos del dub- fue más importante de lo que yo imaginaba. Hablamos de un país que no se interesaba mucho por los ritmos tropicales; ni siquiera en la prensa musical podían concebir que un invento de unos chalados jamaicanos transformara la creación en los estudios de grabación occidentales.
Hace un par de días, Alejo Alberdi subía a mi Facebook una ilustración que acompañaba al artículo de Star (obviamente, en 1978 no encontramos fotos de los creadores del dub y recurrimos a cantantes y grupos de reggae), que puedes ver arriba. Vino inmediatamente una avalancha de comentarios que me han hecho pensar que el texto tiene su encanto y puede ser rescatado. Me permitiría, ahora sí, ilustrarlo con imágenes de aquellos genios isleños. Y recuperaría el pasmo, el deleite, la confusión de alguien enfrentado con unos sonidos genuinamente diferentes, en busca de un lenguaje adecuado. Conviene recordar again que se escribió en verano de 1978: todavia no existían libros de referencia sobre el reggae, así que ruego disculpen algunas inexactitudes y simplezas.
Insisto: 1978. Los estilemas del dub todavía no se habían colado en las radio-fórmulas a través de The Police; The Clash solo soñaban en trabajar con Lee Perry. La inspiración del dub llega hasta nuestros días, como un virus presente en el hip-hop, las mil mutaciones de la música electrónica de baile o cierta vanguardia. Aprovecho para dar las gracias a Juanjo Fernández, factótum de Star, que musicalmente tendía hacía el rock escabroso. Ni entonces ni hoy se podría encontrar otra revista de distribución nacional que dedicara cuatro páginas a una música proteica y obsesiva, sin "artistas" en las portadas..
TEXTO LARGO (¡están avisados!)
Hey, hey ¿qué ocurre aquí?... ¿qué le pasa a la música? Ese bajo me está taladrando los oídos, suena tan fuerte (Bum-bum-BUM-BUM-BUM) como si desearan derribar las murallas de Jericó. Estos negros están locos, tío.
Ahora se sumerge y sale al frente del sonido una batería: imagina que un pájaro carpintero está picando en la caja. A la izquierda nacen unos platillos que repentinamente empiezan a moverse hacia el altavoz de la derecha donde se esfuman ya convertidos en ruido blanco.
El sonido está como cubierto por una niebla espesa y ahora se abre para dejar paso a unas voces que entonan no sé qué canto sobre Babilonia. De pronto adviertes que todo aquello está aglutinado por una guitarra rítmica que alguien rasca monótonamente pero... ¡también desaparece!
Risas, ruidos de animales, un coche impaciente, y el bajo que va y viene como los latidos del corazón. Y más instrumentos que parecen venir del fondo del océano, tan empapados de eco están. Uuuuh-uh, alguien ha enloquecido.
Es como si todas las percepciones del productor se hubieran alterado cuando estaba haciendo las mezclas de las cintas... es como si el disco hubiera tomado ácido y su sonido se alargara, se dilatara, se deformara de forma caprichosa. Y sin embargo... no has dejado de mover el cuerpo. Bienvenido a la experiencia del "dub". D-U-B, nene. Sí, estamos en las tierras del reggae donde debes esperar lo insólito como norma...
PERVERSIONES TECNOLOGICAS
Brian Eno tiene su pequeña teoría para explicar el origen del "dub". Según él, los estudios de grabación jamaicanos eran tan primitivos que los productores -que hacían veces de ingenieros- alcanzaron un alto grado de compenetración con sus pobres máquinas en sus esfuerzos para sacar el mejor sonido posible.
Poco a poco, estos hombres llegaron a intuir que la mesa de control del estudio era otro instrumento musical más que les permitía alterar/crear sonido a voluntad. Y esto sí que era innovador: los productores occidentales generalmente reciben una imagen definida (la canción tocada, arreglada y adornada) y utilizan el estudio para distribuir los sonidos por el lienzo de la forma más atractiva posible; por el contrario, sus colegas tercermundistas consideran las aportaciones de los músicos como material bruto con el cual pueden pintar otra imagen utilizando la mesa de mezclas como pincel capaz de modificar los sonidos originales.
Una concepción revolucionaria: en vez del estudio neutro al que sólo se pide fidelidad en la captación de sonidos y su combinación, pasamos al estudio como agente activo capaz de TRATAR los “inputs", las entradas de sonido que recoge a través de los micrófonos.
A esto se llega por las peculiaridades de la industria musical jamaicana, donde el productor combina en su persona una serie de papeles que van desde compositor hasta distribuidor del producto, pasando por ingeniero de grabación y apareciendo a veces como artista en la etiqueta del disco. Y habría que explicar cómo los productores desarrollan los "slates" y las "versiones", prácticas que preceden al nacimiento del dub como estilo.
La moderna música jamaicana (primero “ska”, luego “rock steady”, actualmente "reggae") nace cuando los hombres de los "sound systems" (discotecas móviles) advierten que se hace cada vez más difícil conseguir discos norteamericanos con el sonido al que sus clientes se han acostumbrado a bailar. La solución es sencilla: realizar sus propios discos con músicos locales. Al principio, son simples imitaciones de lo que se hace en los estudios de Nueva Orleans. Luego, empiezan a diferenciarse por su acentuación rítmica.
A principios de los Sesenta, Jamaica ya está moviéndose al son de una onda propia e inconfundible. Sir Coxsone, un DJ (disc jockey de "sound system") ha sido el primero en financiar una grabación de música original para así individualizar sus "dances" y competir con sus colegas. Obviamente, muchos de ellos no tienen dinero o iniciativa suficiente para entrar en un estudio y se conforman con disputarse los "slates", grabaciones que los recién llegados "producers" conciben con el exclusivo fin de hacer mover los pies de los asistentes a las sesiones de los "sound systems".
La categoría de un DJ -y el número de admiradores- se mide por la cantidad y calidad de los discos que tiene en exclusiva. Naturalmente, las piezas que mejor acogida tienen terminan apareciendo en el mercado y vendiendo miles de copias. Pero inicialmente fueron creados como discos para uso de los DJ’s, que los suelen llamar "dubs" (es decir, acetatos, transcripciones de una grabación de las que sólo se hacen unas pocas copias).
Lo de las "versions" es una interesada concesión de los productores para con sus clientes los DJ’s, que también funcionan como promocioneros de sus productos (ya que ni la BBC ni su equivalente jamaicano se dignan a programar "esa música machacona"). Para recortar el presupuesto, Duke Reid, Bunny Lee y demás "producers" se acostumbraron a colocar en la cara B de cada single lo que llamaron la "versión", es decir, la base instrumental del tema principal. Al tratarse de la misma canción tocada por los mismos músicos, el gasto de grabar un single se reducía a la mitad, ya que para la segunda cara bastaba con eliminar las partes vocales.
El primitivo sound system de Duke Reid
Estas "versions" eran muy apreciadas por los bailarines - ¡PURO RITMO!- y también por los DJ’s, que así podían dedicarse al "toasting" o "talk-over", que consiste simplemente en enrollarse por el micrófono mientras suena tal o cual disco (con el tiempo,"toasters" como U Roy, Big Youth, Dennis Alcapone y otros muchos se convirtieron en estrellas del "reggae" en base a sus bailables discursos religiosos, políticos, eróticos o personales plasmados en singles y LPs). ¿Vas siguiendo la historia? No sufras, ya aproximamos el final: el dub es un descendiente directo de las "versions".
¡PISTAS FE-FE-FEBRILES!
Los origenes del dub
Dicen que el inventor del dub como subgénero del reggae y como concepto artístico fue King Tubby, un técnico en electrónica que se deja fotografiar por los periodistas que le visitan en Jamaica después de disimular su calvicie con una de las coronas de latón que guarda en su taller. El "Rey Tubby" tuvo la inspiración en medio de una sesión de mezclas: si se borraban total o parcialmente las pistas conteniendo las voces uno se quedaba con una excelente base rítmica que se podía embellecer gracias a la mesa de mezclas
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realzando o disminuyendo las pistas de tal o cual instrumento,
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añadiendo sonidos musicales o no,
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variando la aportación de cada instrumento mediante los recursos de modificación del sonido disponible en cualquier estudio medianamente dotado.
El proceso de creación del dub no es muy diferente del trabajo de esos fanáticos del automóvil que toman un modelo fabricado en serie y lo transforman técnica y visualmente hasta convertirlo en un híbrido casi irreconocible.
Los hombres del dub consiguen algo digno de mención: sin perder el carácter bailable y corporal del mejor reggae, incorporan el elemento de sorpresa y el espíritu de experimentación tan querido de la música de vanguardia occidental. Siempre hay un fondo rítmico que inflama tus huesos, pero el panorama sonoro varía constantemente gracias a los juegos del productor ante la mesa de mezclas.
Cada una de las 8, 12 ó 24 pistas ha recibido su atención: con los controles se ha regulado el volumen del instrumento y luego se pasa al tono. Se añade todo el eco y la reverberación que la inspiración del momento juzgue necesaria. Luego, los trucos esos que te deslumbran, como el "panning", mediante el cual cambias el esquema estereofónico de la instrumentación, haciendo que el bombo se desplace de izquierda a derecha o como quieras. Y el "phasing", ese efecto que hace que el sonido natural de un instrumento se transforme en algo similar a un despegue de un reactor. Sin hablar de la inclusión ocasional de conversaciones, ruidos callejeros y los más diversos ruidos a los que milagrosamente se les da dimensión musical.
La sala de control del Black Ark Studio
Todo esto hace pensar en un trabajo elaborado y concienzudo. No es así. King Tubby, Lee Perry, Bunny Lee, Errol Thompson y compañía son tipos primitivos que se dejan llevar por su instinto como productores-de-éxito y conocen lo suficiente sobre la naturaleza del sonido como para combinar intuitivamente Ritmo, Melodía y Efectos, Fluidez y Sorpresas, Espacio y Movimiento.
Los primeros LPs de dub estaban destinados al mercado de los "sound systems" de Jamaica e Inglaterra; se prensaban unos pocos centenares de copias que iban metidos en fundas blancas con un título escrito a mano (a veces, ni eso) y que se vendían a precios muy CAROS. Esto no impedía que los adictos del reggae adquirieran aquellas joyas rítmicas para hacer de DJ’s en la intimidad de su hogar o para disfrutar con las bases instrumentales de temas que se habían difundido anteriormente en forma convencional. Y es que el asunto del dub convirtió en estrellas a los productores sin que los músicos (responsables del material en bruto) se vieran recompensados. Finalmente, los productores se decidieron a editar comercialmente sus fantasías sonoras y así se ha creado la pequeña industria del dub dentro del complicadísimo mundo del reggae. Y todos contentos.
Obviamente, no todo lo que se edita como dub tiene el mismo valor. Abundan los dubs carentes de imaginación, donde el insistente protagonismo del bajo y la batería te hacen pensar en que es música para torturas psicológicas. Otras veces, son verdaderos "collages", maravillosas muestras de inventiva potenciada por la técnica. Si Eno y compañía se sienten fascinados por el género, lo es sin duda por la frescura y atrevimiento con que los jamaicanos se enfrentan al estudio de grabación. La disposición de los instrumentos y su nivel sonoro en la mezcla final de las grabaciones de rock rara vez revela algo nuevo y eso es algo que Brian Eno incluye dentro de la artritis creativa e intelectual que atenaza a la música anglosajona. Aquella colección de naipes-que-solucionan-dudas que Eno bautizó como "Estrategias oblicuas" era un intento de difundir nuevos métodos de enfrentarse a la creación musical; los productores caribeños no han intelectualizado sus procedimientos, pero descubrieron algo innovador a la vez que vivificante.
DUBBING...
Eno se siente estimulado por las iconoclastas hazañas de King Tubby, Duke Reid, Augustus Pablo, Rupie Edwards y demás inventores; otros rockeros ingleses se intentan aproximar a la realidad del "dub". Así, Generation X incluyó en la cara B de "Wild Youth" una cosa llamada "Wild dub". Más sofisticado, John Martyn se unió con Lee Perry para crear algo tan ondulante como "Big muff" (en el LP One world). Y PIL, la nueva banda de Johnny "Rotten" Lydon también parece estar bajo el influjo del dub.
Particularmente, no voy a gritar que el dub es lo más excitante desde la invención del "rockabilly" ni nada parecido. Es un gusto adquirido que aceptas o no visceralmente. Mi hipótesis es que su popularidad entre los adictos a los ritmos reggae tiene mucho que ver con las alteraciones de l percepción que son habituales entre los consumidores de substancias alucinógenas, de la misma forma que el rock ácido californiano sólo se entiende tomando en cuenta las experiencias sensoriales compartidas por los músicos y la audiencia que iba a los"ballrooms" de San Francisco. A diferencia de la "musique planante" -que dicen los franceses- o la música enrrollante -que decimos los castizos- que se escucha en Europa, el dub tiene la ventaja de no perder poderes hipnóticos por su palpitante vitalidad. Son sonidos dilatados, nebulosos y desconcertantes, pero también sirven para el cuerpo. Y cómo pega...
DUB-O-GRAFÍA
Si has llegado hasta aquí y ahora te digo que no es nada fácil conseguir una ración de dub, no pienses en mí como el epitome de la perversidad. El dub es un gusto de minorías y no resulta fácil aprovisionarse. Tal vez encuentres algo en cadena Virgin inglesa o en algunos almacenes franceses con stock de importaciones. Pero lo más seguro es acercarse -no temas, los rastas no muerden- a los antros del vinilo jamaicano en Londres, a tiendas como HAWKEYE (2A Craven Park Road) o DADDY KOOL RECORDS (44 Hanway Street). Allí encontrarás cantidad de plásticos con "Dub" en su título. Sé precavido y pregunta por los siguientes
Burning Spear: Garvey's ghost (Island)
Lee Perry & The Upsetters: Super ape (Island)
Joe Gibbs & The Professionals: African Dub All-Mighty Chapter Three (Joe Gibbs)
The Aggrovators meet The Revolutionaires at Channel One (Third World)
King Tubby & The Aggrovators: 'Shalom Dub (Klik)
Augustus Pablo: King Tubby meets the Rockers uptown" (Clocktower Records)
Keith Hudson: Brand (Brand)
Vital Dub: Well charged (o tal vez sea al revés, no está muy claro el nombre del grupo; editado por Virgin).
Puedo jurar que no me he inventado ninguno de los nombres. Si tienes la suerte de localizarlos, prueba. Y que el dub sea contigo...
Y si quieres más: un documental francés (MUY francés), Dub stories
Hay 14 Comentarios
Un repaso de dos horas a la (corta, pero increíblemente fructífera) carrera de King Tubby
▶ Kirk Degiorgio - King Tubby Special : Red Bull Music Academy Radio - http://www.rbmaradio.com/shows/kirk-degiorgio-king-tubby-special
Publicado por: Alejo Alberdi | 13/06/2013 12:33:15
Dub llenapistas
Publicado por: Dub be good to me | 22/05/2013 5:46:39
Dub llenapistas
Publicado por: Dub be good to me | 22/05/2013 5:46:38
"This is like a fever, and if you ever catch the reggae fever there’s no known antidote" BUTTON-DOWN MODA
Soundrop – La Hora Rasta -
http://play.soundrop.fm/s/WpzVplQnFOCEtoES#
Publicado por: Alejo Alberdi | 21/05/2013 22:00:02
Muy bueno. Manrique, podrías completar esto con una edición del Amplificador dedicada al dub...
Publicado por: Phibes | 21/05/2013 18:29:49
Qué grande eres, Manrique. Fírmame las tetas.
Big up!!
Publicado por: Rantamplanete | 20/05/2013 15:54:40
http://www.youtube.com/watch?v=F8O1E-2jfpE
Publicado por: GAY RIGHTS ARE HUMAN RIGHTS, NOT BORDERLINES | 19/05/2013 23:40:09
Estupenda forma de adenterarse en el género. si hubieras puesto algún temilla por ahí, hubiera sido perfecto. Perfecto.
Publicado por: Sam | 19/05/2013 21:03:34
Still alive http://www.allmusic.com/album/no-protection-massive-attack-vs-mad-professor-mw0000183371
Publicado por: daguerre | 18/05/2013 21:42:05
PARA DUB DUB>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>BOMB THE BASS>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
Publicado por: BRIXTON | 18/05/2013 19:53:38
Adiós, Maruja Torres, adiós Enric González, adiós calidad, adiós criticismo. El País es un medio mafioso más, como los que se reproducen en el Estado español a medida que la política y los negocios se tornan también más y más mafiosos. Adiós, El País. Ya nunca lo compraba, pero leía el digital porque me resultaba cómodo y ya me cabreaba bastante, entre la mala redacción y el mal periodismo (salvando algunos pedazos, claro), pasando por la línea economoliberalista sensacionalista colorinesca mafiosocapitalista que lo caracteriza crecientemente. Prensa rosa mezclada con divagación informativa. Adiós, El País. No sé qué firmas vas a traer, pero pareces una empresa yanki moralmente cutre dirigida por alumnos de máster que en dos días pasará de moda.
Publicado por: Matesa | 18/05/2013 17:22:52
Hola
Yo no solo veo pocas inexactitudes. Estuvo Impresionante esa inspiración para ver la conexión dub-tunning (Y eso sin contar los auténticos SuperSoundSystems que montaban los tunnineros veinte años después).
Un saludo
Publicado por: Manu3l | 18/05/2013 13:21:21
Pocas "inexactitudes y simplezas" encontré en la relectura Pongámosle música.
Soundrop – La Hora Rasta - http://play.soundrop.fm/s/WpzVplQnFOCEtoES#
Publicado por: Alejo Alberdi | 18/05/2013 13:11:00
Un gran texto. Me sorprende que hables de la artrosis creativa que atenaza a la música anglosajona... En 1978!
Que epítetos guardas para la situación actual??!?!
Ahora en serio, está muy bien que recuperes textos antiguos.
Un saludo
Publicado por: F. | 18/05/2013 12:10:31