Todos los años, cuando se acerca la fecha de anuncio del ganador del Nobel de Literatura, sale a la palestra el fantasma del premio para Bob Dylan. ¿Será finalmente el año de Dylan? Una excusa tonta para rellenar minutos en la radio, para publicar artículos más o menos cogidos por los pelos.
Desde luego, sabemos que sería un disparate. Técnicamente, Dylan solo ha publicado dos libros. Además, tiende a -¿cómo decirlo finamente?- la apropiación de hallazgos ajenos, escudándose en la tradición del reciclaje en el folk process. Me responden que sus letras tienen suficiente estatura como corpus literario y, sin duda, han alcanzado un fenomenal impacto cultural en el último medio siglo.