Radio Futura llegando a Nueva York, pasando por Las Ramblas

Por: | 06 de julio de 2013

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Proposición: los ochenta fueron la auténtica Década Prodigiosa para España. Ocurrieron tantos prodigios que, verdaderamente, nos (mal)acostumbramos a ciertos milagros. Los que aquí nos ocupan fueron protagonizado por Radio Futura.

Unas transformaciones legitimadas por la ambición creativa. Radio Futura se reinventó en 1981, tras la frustración de Música Moderna. Resistieron dos larguisimos años a la indiferencia de medios e industria. Literalmente, rogaban que se les permitiera tocar -gratis- en las fiestas que entonces montábamos los de la radio a la menor excusa. De paso, descubrieron que el trabajo artístico requería controlar las infraestructuras: "aprendimos en carne propia cómo hacer discos, cómo montar conciertos, cómo sobrevivir a las giras. Cosas tan simples como separar las tomas de corriente para que las luces no interfirieran en el equipo de sonido..."

 

Aprender haciendo: "cuando fundamos Radio Futura éramos delineantes, currantes con ganas de expresarnos. Firmamos un contrato extraño y el primer disco se fue por territorios que no eran los nuestros. Luego nos reinventamos como banda de rock digamos experimental y tuvimos que pelearnos para que nos liberaran de un contrato con una compañía que no creía en nosotros."

Recuperaron el impulso con Ariola, al lanzar La ley del desierto/La ley del mar. Tres años más tarde, estaban jugando en las grandes ligas: grabando en Nueva York con veteranos encallecidos, desarrollando la intuición de que se podía trenzar un rock de sonido global con mimbres propios.

   

En la época Hispavox ya barajaban la etiqueta de “rock latino”. Soñaban una música sobria, lo bastante maleable para que encajaran las rudezas del castellano: crónicas de la España profunda, viñetas de la Barcelona canalla, tormentas del alma, narraciones enigmáticas entre Bob Dylan y Juan Rulfo. Y el ejercicio de musicar al Poe más gótico.

Se lo explicó Santiago a Nacho Saenz de Tejada, músico y entonces periodista de EL PAIS: "nuestro rock ha llegado a un grado incipiente de madurez, y por vez primera necesita plantearse qué relación guarda con la tradición musical española. Hemos heredado una tradición desmembrada que ha estado a punto de morir porque se ha especulado con ella de una forma ministerial y burocrática. En el paso de la civilización rural a la urbana se han perdido los matices y los aspectos más primitivos y rebeldes de este folclor, así como su sensibilidad y pureza. España es un país donde confluyen tradiciones musicales muy ricas y no sabemos cómo manejarlas. En los últimos 10 años, el rock ha supuesto una toma de conciencia para el español, que necesita un fluido musical para expresarse porque sus tradiciones sólo se han podido usar de manera caricaturesca y paródica, sin naturalidad. El rock es nuestra base, el folclor que nos faltó. A partir de ahora tenemos que diseñar nuestra propia música".

Esa audacia conceptual requería nervios templados. Tenemos información privilegiada sobre el proceso: Por qué hemos qué lo hemos hecho, el texto de Santiago reproducido en la actual reedición, y Así se hizo La canción de Juan Perro, escrito de Enrique Sierra que Efe Eme publicó póstumamente, en 2012 (http://www.efeeme.com/recuperamos-un-texto-inedito-de-enrique-sierra-alrededor-de-la-cancion-de-juan-perro-de-radio-futura/ )

Rafio Futura Enrique-Sierra
Los puntos esenciales: parada en los conciertos. Reconstrucción de la formación. Compromiso de aparcar los sintetizadores. Deseo de ampliar el arsenal rítmico de la batería clásica. Meses de ensayo. Maquetas en el estudio situado en los sótanos de la sede madrileña de Ariola Eurodisc. Complicidad con el amigo de Londres, el productor Jo Dworniak.

Urge insistir ahora en la enorme aventura que suponía irse a grabar a Nueva York: algo impensable entonces para los grupos españoles. Se suponía que resultaría muy caro, aunque Paz Tejedor, la manager de Radio Futura, demostraría que no tanto, no tanto. Eligieron bien: Sigma Sound, en el 1697 de Broadway, la sucursal neoyorquina de los estudios donde se elaboró el Sonido de Filadelfia. 

Hal Willner WEIRDHubo una rápida aceptación por parte de los nativos. Especialmente, se establecieron lazos con los Uptown Horns, la sección de metales que contrataron. Unos bandarras que incluso se ofrecieron a salir de gira con los españoles. Se volverían a ver cuando los Uptown Horns andaban recorriendo mundo con los Rolling Stones y se aprovechó la parada madrileña para que plasmaran, con Keith Richards y Charlie Watts, su aportación al homenaje Weird nightmare: meditations on Mingus (1992). Como espectadores en el estudio, sus "spanish friends". 

También participó un maestro percusionista, el habanero Daniel Ponce, que nos dejó hace unas semanas. Cuba profunda, recuerda Luis Auserón, superviviente del éxodo del Mariel, muy orgulloso de desenvolverse en los USA hablando "spanglish". Pero trajo sus instrumentos sagrados al corazón de Manhattan y dejó su magia.

Bajo el microscopio de Dwornniak, el trabajo fue intenso,aunque hubo margen para la descomprensión. Acudieron a ver a los Uptown Horns respaldando a Willy de Ville, se enfrentaron a la mujer-dragón que protegía al cantante, hubo risas y orgullo. 

La canción de Juan Perro funcionó gloriosamente. Dobló las ventas del anterior y, cabe imaginar, el público de Radio Futura. Justificó incluso una incursión en México, dos conciertos que dejaron un buenísimo sabor en Guadalajara y el DF, a pesar de que los músicos no estaban acostumbrados a moverse con guardaespaldas armados. Con todo, sembraron la semilla.

Y la banda se liberó. Sin esa experiencia neoyorquina, resulta inimaginable una jugada como “Paseo con la negra flor”, que ampliaba aquel idilio del Raval con pulso jamaicano y rompía el ombliguismo del rock nacional, al invocar a Peret. Con Radio Futura, el país se hizo más gozoso y reconocible.

 

Versión ampliada de un texto escrito -desinteresadamente, sin intercambio de dinero- en mayo de 2013. Publicado en la Edición 25 Aniversario de La canción de Juan Perro como "Las metamorfosis o cómo Radio Futura descubrió América". La nueva versión de La canción... triplica su duración: hay un segundo CD de maquetas y un tercero grabado en directo en Alcalá de Henares. Más detalles en la entrevista de Luis Auserón con Iñigo López Palacios http://cultura.elpais.com/cultura/2013/06/23/actualidad/1372013678_248437.html

LAS METAMORFOSIS O CÓMO RADIO FUTURA DESCUBRIÓ AMÉRICA



Proposición: los ochenta fueron la auténtica Década Prodigiosa



para España. Ocurrieron tantos prodigios que, verdaderamente,



nos (mal)acostumbramos a ciertos milagros. Los que aquí nos



ocupan fueron protagonizado por Radio Futura.



Unas transformaciones legitimadas por la ambición creativa.



Radio Futura se reinventó en 1981, tras la frustración de Música



Moderna. Resistieron dos larguisimos años a la indiferencia



de medios e industria. Recuperaron el impulso con La ley del



desierto/La ley del mar. Tres años más tarde, estaban jugando



en las grandes ligas: grabando en Nueva York con veteranos



encallecidos, desarrollando la intuición de que se podía trenzar un



rock de sonido global con mimbres propios.



En la época Hispavox ya barajaban la etiqueta de “rock latino”. 



Soñaban una música sobria, lo bastante maleable para que



encajaran las rudezas del castellano: crónicas de la España



profunda, viñetas de la Barcelona canalla, tormentas del alma,



narraciones enigmáticas entre Bob Dylan y Juan Rulfo. Y el



ejercicio de musicar al Poe más gótico.



Esa audacia conceptual requería nervios templados. Tenemos



información privilegiada sobre el proceso: Por qué hemos qué lo



hemos hecho, el texto de Santiago reproducido aquí, y  Así se hizo



La canción de Juan Perro, escrito de Enrique Sierra que Efe Eme



publicó póstumamente, en 2012.



Los puntos esenciales: parada en los conciertos. Reconstrucción



de la formación. Compromiso de aparcar los sintetizadores.



Deseo de ampliar el arsenal rítmico de la batería clásica. Meses



de ensayo. Maquetas en el estudio situado en los sótanos de la



sede madrileña de Ariola Eurodisc. Complicidad con el amigo de



Londres, el productor Jo Dworniak.



Urge insistir ahora en la enorme aventura que suponía irse



a grabar a Nueva York: algo impensable entonces para los



grupos españoles. Se suponía que resultaría muy caro, aunque



Paz Tejedor, la manager de RF, demostraría que no tanto.



Eligieron bien: Sigma Sound, en el 1697 de Broadway, la sucursal



neoyorquina de los estudios donde se elaboró el Sonido de



Filadelfia.



Hubo una rápida aceptación por parte de los nativos.



Especialmente, se establecieron lazos con los Uptown Horns, la



sección de metales. Unos bandarras que incluso se ofrecieron



a salir de gira con los españoles. Se volverían a ver cuando los



Uptown Horns andaban recorriendo mundo con los Rolling Stones



y se aprovechó la parada madrileña para que plasmaran, con



Keith Richards y Charlie Watts, su aportación al homenaje  Weird



nightmare: meditations on Mingus (1992).



También participó un maestro percusionista, el habanero Daniel



Ponce, que nos dejó hace unas semanas.  Cuba profunda, recuerda



Luis Auserón, superviviente del éxodo del Mariel, nada de bromas.



Pero trajo sus instrumentos sagrados al corazón de Manhattan y



dejó su magia.



Bajo el microscopio de Dwornniak, el trabajo fue intenso,aunque 



hubo margen para la descomprensión. Acudieron a ver a los



Uptown Horns respaldando a Willy de Ville, se enfrentaron a la



mujer-dragón que protegía al cantante, hubo risas y orgullo.



La canción de Juan Perro funcionó gloriosamente. Dobló las ventas



y, cabe imaginar, el público de Radio Futura. Justificó incluso



una incursión en México, dos conciertos que dejaron un buenísimo



sabor en Guadalajara y el DF, a pesar de que los músicos no



estaban acostumbrados a moverse con guardaespaldas. Con todo,



sembraron la semilla.



Y la banda se liberó. Sin esa experiencia neoyorquina, resulta



inimaginable una jugada como “Paseo con la negra flor”, que



ampliaba aquel idilio del Raval con pulso jamaicano y rompía el



ombliguismo del rock nacional, al invocar a Peret. Con RF, el país



se hizo más gozoso y reconocible.



DIEGO A. MANRIQUE



(10 de mayo de 2013)

Hay 11 Comentarios

Frases esclarecedoras como "Tuvo más éxito en el mundo hispano, prueba de su comercialidad y de cierto provincianismo", "Sus letras no eran ni sutiles, ni graciosas, ni sofisticadas, aunque no estuvieran mal a veces" y "Radio Futura no nos enlazaba con la modernidad extranjera, sino con una modernidad algo rancietilla" demuestran que "tercio" no ha entendido ni 1/3 de Radio Futura (por buscar la modernidad graciosilla).

Además, debemos tener cuidado cuando opinamos de Radio Futura/Juan Perro como un todo, ya que son proyectos distintos y puede llegar a parecer encono con el artista.

Desde luego, cuando te encuentras comentarios como los de tercio te das cuenta que opinar es gratis pero argumentar debe salir por un ojo de la cara. Es adorable leer mensajes con el suyo, que van a bulto a ver si, de chiripa, alguna tontería de las que dice a voleo le hace gracia a algún incauto.

Grandilocuencia. Si nos atenemos a la acepción de la RAE que dice "Estilo sublime, elevado", desde luego Radio Futura lo tenían. Elocuentes eran un rato, tanto en los discos como en sus declaraciones. Y grandes, muy grandes.

Se me olvidaban: Los Zombies era la pata de la modernidad que me faltaba.

A ver, tercio, Radio Futura, junto con Alaska y los Pegamoides y Aviador Dro, INVENTAN la modernidad en este país en el que algunos incautos todavía se piensan que lo que venga de una independiente es más cool que lo otro. ¿Puedes nombrarme discos más arriesgados en esa época que "De un país en llamas"?
Que sus letras no fueran graciosas es desde luego un argumento que ya de por sí resulta paupérrimo para intentar descalificarlos. No eran sutiles... ¿podrías darnos una clase maestra y explicarnos alguna?. Seguramente de tan obvias la acabarías pronto.
Decir que la modernidad viene de cosas como Nacha Pop (que me encantan, conste), cuando era un grupo prácticamente regresivo musicalmente, es no tener ni zorra idea, perdonaquetediga.

Poch, qué genio!

Suscribo la proposición. Los que crecimos en esa explosión creativa de los ochenta, nunca nos recuperaremos, poco de lo que ha venido después ha estado a la altura.
Radio Futura hizo lo que otros intentaron y se quedaron por el camino y eso no se perdona en este país de evidias insanas. No sé si fueron los mejores, los más modernos de la movida, ni me importa un pimiento, crearon un sonido con el que pusieron la música en español a hablar de tú a tú con la anglosajona, y eso no lo ha hecho nadie más!

Estoy casi de acuerdo con tercio. Para la grandilocuencia y las elucubraciones tenemos a Góngora desde hace muchos siglos. Como dicen por aquí, Radio Futura/Juan Perro lo que han hecho siempre, ha sido peer en tinaja.

Señor Tercio, disiento con usted. No hay nada de rancio en Radio Futura, más bien al contrario. Y muy poco hay de grandilocuente en ellos, si exceptuamos algún tramo de su última etapa. La grandeza de "La canción de Juan Perro" está justamente en una modernidad enraizada en la tradición pop-rock española, pero abierta a otras músicas también. Y las letras no eran sofisticadas, ni creo que pretendieran ser graciosas, y ni siquiera sutiles. Pero funcionaban, muy por encima de la mayoría de los grupos españoles de la época. Con todo lo que me gustaron en su momento, los Glutamato y Derribos, ponerles músical y líricamente a la misma altura es cuanto menos una exageración. Jugaban en ligas diferentes. En el aspecto musical, solo veo a Golpes Bajos a la altura de los Futura; y en lo lírico, Nacha Pop.

Sea como fuere, SÍ fue una edad de oro, con mucho talento llegando a su punto álgido...

Tercio, se nota que les tienes tiña, y punto. Radio Futura fue de lo mejor de los ochenta, y su directo sin duda era el mejor de aquella época, esto sin duda. De los que citas me quedo con Nacha Pop y Golpes Bajos, aunque me falta Siniestro Total entre otros (Derribos Arias salvo alguna cosa, sí que me parece de lo más sobrevalorado que hay). Si me dices que Lluvia del Porvenir, o Luna de Agosto no son sutiles, es que no lo has escuchado bien en tu vida. Esas dos letras están a la altura de Cada uno su razón de Nacha Pop, para mí quizás la mejor letra que se haya escrito en una canción en español. Radio Futura han transcendido no en lo comercial, ahí tenías a Mecano, sino en lo musical mucho más que cualquier banda de la movida, es un hecho. Cuando nadie se acuerde de Alaska, la gente sí se acordara de los hermanos Auserón, y por supuesto de Nacha Pop.

Disiento. La verdadera modernidad vino de Derribos Arias, Golpes Bajos, Ciudad Jardín, Nacha Pop, Glutamato Yeyé... Y muchos muchos más entre los que se encuentra Radio Futura. Pero no fue para nada un grupo más importante que los otros, antes al contrario. Tuvo más éxito en el mundo hispano, prueba de su comercialidad y de cierto provincianismo comparados con bandas con apuestas más arriesgadas. Sus letras no eran ni sutiles, ni graciosas, ni sofisticadas, aunque no estuvieran mal a veces. Sus ritmos, lo mismo, y su estilo grandilocuente en general. Radio Futura no nos enlazaba con la modernidad extranjera, sino con una modernidad algo rancietilla; la Edad de Oro sí.

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¡Tanta música, tan poco tiempo! Este blog quiere ofrecerte pistas, aclarar misterios, iluminar rincones oscuros, averiguar las claves de la pasión que nos mueve. Que es arte pero, atención, también negocio.

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Diego A. Manrique

, en contra del tópico que persigue a los críticos, nunca quiso ser músico. En su salón hay un bonito piano pero está tapado por montañas de discos, libros, revistas. Sus amigos músicos se enfadan mucho.

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