El GORDO futuro que nos espera con Wall-E

Por: | 03 de marzo de 2013

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Cortesía de Pixar /Walt Disney Pictures

En lo que se refiere a futuros apocalípticos, el cine tiene mucho que contar. Pero si me apuran, quizá la estampa más graciosa y certera la proporciona la película Wall-E. Confieso que me encantó la primera parte de esta producción de Pixar, un robot que procesa los desperdicios en un planeta-basura. Pero en la segunda parte, los seres humanos nos hemos convertido en una suerte de obesos devoradores de coca-cola que viajan en sus naves espaciales sin mover un dedo, con aparatos que nos llevan de un lugar a otro, y con una pantallita delante. ¡Poco menos que nos olvidamos hasta de caminar!

Así que la lectura final de este film para adultos que no encandiló del todo a los niños es que nuestra fiebre consumista convirtió el planeta en un vertedero imposible de vivir: gordos como nunca, tuvimos que emigrar al espacio. El argumento no esta mal, pero tiene un fallo. Vivir en ausencia de gravedad descalcifica los huesos, y los astronautas que han estado largo tiempo viviendo en la estación espacial no regresan precisamente con unos cuantos kilos de mas. A pesar de ello, ¿tienen razón los guionistas de Pixar?

Bien, hay un aspecto cuanto menos curioso en todo esto. La gente más gorda necesita más energía. Demanda más alimento, más carne, más gasolina. Los coches se fabrican ahora más grandes y pesados ya que los conductores son más gruesos y pesan más. No hay que ser un lince para deducir que la presión sobre los recursos es mayor gracias a los gordos. No lo digo yo, sino el Dr.Ian Roberts, de la Escuela de Medicina Tropical e Higiene de Londres, en una entrevista para la NRP, la radio pública americana: incluso más gente gorda en un avión supone más peso y algo más de combustible para que la nave despegue. Suma y sigue.

Y nuestros amigos estadounidenses son los que se llevan el premio gordo. Aunque tienen ya mucha competencia en el resto del mundo.

Roberts es el autor de un estudio que calculaba que en nuestro planeta habría 1000 millones de personas más si el índice de grasa corporal medido hoy en los norteamericanos se extendiera al resto de los países. Dicho de otra forma, si el mundo se hace tan obeso como los Estados Unidos, el gasto en recursos de tantos obesos equivaldría a una población extra de ¡mil millones de personas! Imaginen el impacto sobre los recursos, creciendo cada año. Los inmensos montes llenos de basura por los que tiene que transitar nuestro pequeño robot se nos hacen un poco más familiares. Vaya, parece que en Pixar se piensan bastante bien los argumentos.

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Wall-E y su mundo basura. Cortesía de Pixar/Walt Disney Pictures

Para 2030, el 86 por ciento de la población de la primera potencia mundial –o quizá por entonces ocupe el segundo o tercer lugar–será obesa. Es decir, casi nueve de cada diez norteamericanos, según la revista Obesity.

 ¡No tengo nada contra los gorditos! Suelen ser gente encantadora. Pero la verdad es que el panorama pinta mal. Si uno echa un vistazo a los mapas de obesidad, la cosa está para asustarse. La obesidad ya no es una cuestión de países ricos. Se ha convertido en una auténtica plaga mundial, tanto que en el futuro, los países no van a poder hacer frente a los gastos sanitarios, según me contó el doctor Xavier Formiguera, presidente de la Fundación de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad.

No soy muy amigo de apabullar con cifras, pero estas son demoledoras. Proceden de la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad. Indico los porcentajes (%) de obesidad entre paréntesis, indicando en primer lugar el de las niñas y en segundo lugar el de los niños. ¿Preparados?

-Nuestros hijos, niñas y niños (29,5 y 32,3) son los que peor comen de casi toda Europa. Irrefutable. Mucho más gorditos que los franceses (14,9 y 13,1), que los ingleses (26,1 y 21,8), que los alemanes (17,6 y 22,6), que los suecos (19 y 17), que los polacos (16 y 28) y que los suizos (13,1 y 16,7). Tan sólo nos superan los niños y niñas italianos (34,7 y 37,2). Mensaje a los padres españoles: nuestros retoños comen demasiadas porquerías. Son los segundos peor alimentados de Europa.

-La mayor proporción de mujeres obesas en el mundo se da en Arabia Saudí, y la mayor diferencia entre mujeres y hombres, en Egipto, donde ellas están mucho más gordas que ellos (un 39,5 por ciento frente a un 18)

-La obesidad empieza a ser preocupante en Paraguay, Venezuela, Chile y México. En Suráfrica el 27,4 por ciento de las mujeres son obesas. 

-El país del mundo donde los hombres están mas delgados es Indonesia. La obesidad es comprensiblemente baja en países como Chad, Mali, República Democrática del Congo (el antiguo Zaire), Ghana, Costa de Marfil o Liberia, aunque el porcentaje de mujeres obesas en Congo Brazaville se acerca ya al 20 por ciento.

-China es el país más grande del mundo con mayor número de delgados tanto ellos como ellas (4,4 y 3,8, respectivamente).

Wall-E se fabricó por culpa de una humanidad obesa. La pregunta aquí es, ¿que demonios está pasando?

En Planeta Prohibido nos gusta especular, pero partiendo de asideros firmes. Por ejemplo, en 2010, uno de los peores años de la crisis económica, la industria estadounidense de comida rápida facturó más de 183.00 millones de dólares. ¡Solo en Estados Unidos. 

Pero el coste de los problemas de salud que genera allí la obesidad –diabetes, hipertensión, infartos, cáncer y un largo etcétera– subió en Estados Unidos hasta unos increíbles 190.000 millones de dólares.

Las proyecciones de facturación, dada la tendencia creciente, apuntan a unos ingresos en 2016 de las multinacionales de la hamburguesa de más de 210.000 millones de dólares.

Y un estudio publicado en Archives of General Psychiatry concluye que existe una relación entre el alcoholismo, la obesidad, la drogadicción, y los alimentos basura. Por lo visto, el alcohol repercute sobre las mismas zonas del cerebro que las hamburguesas y patatas fritas.

¿Lentejas o hamburguesas? En mi caso no hay color, pero ver a un adolescente disfrutando de un plato de judías es más difícil que resucitar a un mamut. ¿Por qué? La combinación de azúcares, sales y grasas, las cuáles, empaquetadas, distribuidas y comercializadas por las gigantescas multinacionales en todo el mundo, crea adicción. Así de simple, según se desprende de este estudio, que a seguro no habrá sido financiado por McDonnalds o Burger King.

    Un magnífico argumento añadido al de Wall-E: los alimentos que nos hacen supergordos podrían ser también un nuevo tipo de droga, diseñados para proporcionarnos placer efímero mientras las calorías extra se almacenan en nuestros michelines (y las alforjas de unos cuantos se llenan de dinero) ¿Qué les parece? A lo mejor, dentro de no muy poco, esta película se transformará en un documental. 

 

Hay 17 Comentarios

►►►VIDEO SORPRENDENTE revela MÉTODO PARA PERDER 15 KILOS CADA MES (no es necesario dietas ni ejercicios físicos): http://su.pr/2we2i5

Está interesante el artículo, pero el hecho de de estar gordo no es solo culpa de la alimentación, es también por la falta de ejercicio. Engordar es el resultado de una sencilla operación: (Lo que entra) - (Lo que sale) = (Lo que se queda)

http://www.bicirad.es

Ademas de la dieta hay otro factor que es la falta de ejercicio. Ni los niños corren ni los adultos practican sexo. Así os va.

Carla
www.lasbolaschinas.com

Cualquiera podría formar parte de estas estadísticas bajando la guardia. Es un trabajo diario evitarlo en el que cualquier distracción se paga con kilos.

En pleno Manhattan a las 8:30 de la mañana ya están abiertos este tipo de restaurantes:

http://goo.gl/Lyoe5

El resto del día será un desfile de mas suculenta y calórica comida a bajo precio distribuida en todo tipo de establecimientos, un gran reto para los que vigilan la dieta.

@Inspector Ciencia Actualmente soy una persona delgada a fuerza de dieta y ejercicio, pero no hace ni 6 meses tenía un sobrepeso de 20 kilos. Y puedo asegurarle que sí hay personas como yo que no tenemos sobrepeso por comer a Dios por una pata. Acostumbraba a tomar leche desnatada, sacarina hasta en los yogures, nada de frituras, ejercicio... y seguía igual de gorda. Tras acudir a un endocrino descubrí que mi porcentaje de masa muscular era insuficiente para un quema de grasas óptima y que en mi estado no era adecuado (por un tiempo) siquiera hacer ejercicio, puesto que las capas de grasa impedirían que el músculo se expandiera y lo único que conseguiría sería fatigarme, sin perder un gramo de grasa. A fuerza de una dieta cuasivegetariana y combinar ejercicio, liberando el músculo pues, pude dejar de ser gorda (quizás sea menos encantadora que antes, no lo sé). Apuesto a que la mayoría de los genéticamente delgados no aguantarían mi plan ni una semana... porque a veces los zampabollos son los que están delgados como fideos.

Virginia, lo que no puedes decir es que la obesidad no se produce por cebarse, es una simple cuestion de fisica. Para acumular una cantidad de masa como la que puede tener un obeso es necesario comer mas de la cuenta. Que las causas de ese exceso de lo que se come sean unas u otras es otra historia, pero lo que esta claro es que los obesos comen mas. Y por negar la obesidad o no hablar de ella para no senyalar a los obesos no va a arreglar el problema.

La obesidad es el síntoma. Los causales muchos pero el principal es el control de los corporativos sobre la comida: Siendo su motor maximizar ganancias, sus productos estarán llenos de componentes baratos con énfasis en sal, grasas vegetales, fructosa de maiz. Será pobre en proteinas, fibra. haciendo a un lado la responsabilidad personal por un momento, la obesidad es el síntoma de una enfermedad mucho mas dificil de curar: el reinado de las corporaciones.

es que en USA van en coche hasta la esquina...
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http://www.menfoodspain.com

No es "fat shaming" ni dismorfobia. El asunto va sobre la comida basura y la obesidad producida por esta. Sensibilidades a su sitio, habla uno que tiene la obesidad en los genes.

¡dios, llegaron los calvinistas de la censura!, ¡me atreví a decir en mi comentario la palabra "gordo"!, ¿qué hacen que no prohíben la lotería de navidad?

Me asombra esa historia de la llamada "obesidad mórbida", cuando en general no es más que obesidad viciosa. El otro día iba en el metro sin poder apartar la mirada de una gorda que ocupaba dos asientos y pensaba "seguramente esta dice que padece obesidad mórbida". En un momento dado, abrió su bolso y se zampó dos chocolatinas. ¿Mórbida?, cuando yo era niño simplemente no había gordos.

"¡No tengo nada contra los gorditos! Suelen ser gente encantadora."¿de verdad?.

Cuando leí esta frase dejé de leer. Y conste que soy todo un flaco... pero ¿cómo se puede escribir una estupidez así en un medio como este?.

¿9 de cada 10 personas serán encantadoras en el futuro?.
¡Por favor!.

Gracias por tu entrañable artículo de "fat shaming" y dismorfobia. En el nombre de los millones de personas que tenemos sobrepeso por razones ajenas a cebarnos (estoy completamente segura de que comes tu más en tu pastelero almuerzo, que yo a lo largo del día), en nombre, como digo de los que sólo tenemos la desgracia de no ser "bonitos de mirar", te agradecemos que nos metas en el mismo saco. Ojalá que tus cromosomas, y los de tus descendientes, se vean libres del defecto por el que se nos juzga.

Pero lo más alucinante es ver a padres que arrastran a retoños con los huevos casi negros ya en sus cochecitos de bebé.

Como bien decía Valle-Inclán, el esperpento es el espejo deformado de la realidad. Su artículo me ha encantado. No le falta razón, por desgracia, aunque falla Usted al detectar el fallo: la astronave de la película Wall-E, el paraíso artificial donde viven los gorditos, sí posee una suerte de gravedad artificial. Puede observarse en el hecho de que las cosas allí, tanto vasos de lo que sea que ingieran los tipos esos, como los tipos mismos, caen al suelo y se mantienen allí. La ciencia del viaje intergaláctico no está pues reñida con los kilos de más de quienes la practican. Ya llegaremos a eso. Por todo lo demás, excelente y esclarecedor relato. Siga así.

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Se está convirtiendo en una verdadera lacra social, los niños y adolescentes cada vez comen peor, pero ocurre principalmente porque también comen peor los padres, una generación de padres criados en la bonanza económica del "da igual, no pasa nada" y dar todos los caprichos para evitar problemas con los crios. Para colmo de males, los adolescentes cada ve hacen menos deporte, cuando salen, lo hacen como viejos, a dar un paseitomo a sentarse en la plazoleta cada uno con su móvil. Las consecuencias las veremos.

Otra opinión en Cocinar con-Ciencia:

http://cocinarconciencia.blogspot.com.es/2013/01/somos-lo-que-comemos.html

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Planeta Prohibido

Sobre el blog

Un poquito de ciencia impertinente. 2.000 caracteres para divertirse y aprender tomando como hilo conductor los fascinantes hallazgos de la ciencia. Pero además hay atrevimiento. Especulación. La ciencia que tiene sentido del humor. La versión siglo 21 de Robby el robot, el autómata más famoso de la ciencia ficción,El Planeta Prohibido, que era incapaz de herir a los humanos. Nuestro Robby rescata en sus brazos mecánicos a la chica, pero a veces tiene más mala leche queTerminator. En El Planeta Prohibido (PB), una civilización extraterrestre llamada Krell es un millón de veces más avanzada que la humanidad, pero se extinguió en un solo día. Es celuloide, ciencia ficción, claro, pero quizá el conocimiento no baste para salvarnos. Y sin embargo, ¿tenemos algo mejor?

Sobre el autor

(Madrid, 1963) (Madrid, 1963) es periodista y escritor, se licenció en ciencias biológicas y es Master de Periodismo de Investigación por la Universidad Complutense. Autor de cuatro novelas (La Sombra del Chamán, Kraken, Proyecto Lázaro y Los Hijos del Cielo), le encanta mezclar la ciencia con el suspense, el thriller y la historia, en cócteles prohibidos. Fue coguionista de la serie científica de RTVE 2.Mil, ha colaborado para la BBC, escrito para Scientific American y New Scientist, Muy Interesante, y fue jefe de ciencia de La Razón. En El País Semanal se asoma al mundo de la ciencia. Luis habla también en RNE, en el programa A Hombros de Gigantes, sobre ciencia y cine.

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