Cosmos Studios and Fuzzy Door Productions. Fox, National Geographic Channel
Para aquellos que tengan la impresión (errónea a todas luces) de que la ciencia es aburrida, les recomiendo una buena pantalla en alta definición y poco más de cuarenta minutos de visionado del primer capítulo de la nueva serie Cosmos, una Odisea Espacial, que hereda lo mejor de la legendaria serie del fallecido astrónomo Carl Sagan.
El capítulo que he visto, presentado por el astrofísico Neil deGrasse Tyson, y dirigido por Brannon Braga (el guionista que creó la Nueva Generación de Star Trek) es simplemente una maravilla visual, una gozada para los sentidos.
Tyson comanda una nave en forma de lágrima que representa el tremendo poder de la imaginación humana. Con solo imaginarlo, podemos colocarnos encima de nuestro planeta, contemplar cómo era su pasado hace 250 millones de años, o echar un vistazo al aspecto que tendrá en el futuro.
Parece cosa de magia, pero no lo es. Se trata de ciencia. Eso mismo que detestan (por desgracia) la mayoría de nuestros líderes políticos miopes e ignorantes, que siguen condenando a España a continuar siendo un país de tercera división científica pese a contar con maravillosos talentos y científicos convertidos en superhéroes de la supervivencia.
La imaginación por sí sola es mera fantasía sin sustancia. Si a la imaginación le añadimos el método científico, es decir, someter las ideas a los experimentos de forma repetida, descartar las ideas que no pasan el test, cuestionar al mismo tiempo la evidencia evitando dogmas de fe, y aceptar las cosas tal y como la ciencia nos lo presenta, libres de creencias e injerencias religiosas o políticas, entonces el Cosmos, nos dice Tyson, es nuestro.
Neil deGrasse Tyson, en su nave. Cosmos Studios and Fuzzy Door Productions. Fox, National Geographic Channel
Esta nave en forma de lágrima, con este astrofísico nacido en el Bronx a los mandos, se acercará a la Luna, sobrevolará Marte, se sumergirá en la atmósfera caliente y densa de Venus, entrará en el gigantesco ojo de huracán de Júpiter, sorteará los fabulosos anillos de Saturno, y se adentrará en los confines del Sistema Solar, donde cientos de mundos gélidos y sin nombre acompañan a Plutón, que parece haber perdido el galardón de planeta.
Es un viaje desde lo macroscópico de nuestro mundo, las cosas que podemos ver, medir y sentir, hasta lo grandioso, aquello que resulta inalcanzable para la mente humana: supernovas, galaxias, estructuras galácticas de miles de millones de galaxias, hasta obtener esa visión increíble de un Universo que tiene 13.800 millones de años, remontándonos a su nacimiento.
Una supernova. Cosmos Studios and Fuzzy Door Productions. Fox, National Geographic Channel
Carl Sagan fue (junto con Isaac Asimov) uno de los más influyentes divulgadores científicos del siglo XX. Su libro Cosmos está magistralmente escrito y lo he leído entero varias veces (lo que no suele ser frecuente tratándose de libros de divulgación científica).
La serie de televisión obtuvo récords de audiencia, llevando la ciencia a la gente de una forma que no se había logrado con anterioridad. ¿Por qué?
En 1980 no se había planteado un argumento sobre cosmología que incluyese la imaginación, la historia y arqueología, y los efectos especiales, con un presupuesto superior a seis millones de dólares.
Cosmos tenía la facultad de despertar el interés sin acudir constantemente a la ciencia tradicional. En la serie no vemos a científicos de bata blanca en sus laboratorios.
Carl Sagan, en una imagen de la NASA.
Sagan planteaba preguntas sencillas que están en la mente de todos, los tópicos habituales científicos desde el origen de la vida, la evolución biológica y las supernovas.
Tenía una rara habilidad para demostrar con suma elegancia que la pseudociencia y los OVNIS no son sino superchería y superstición, asuntos mucho menos imaginativos que los proyectos de búsqueda de inteligencias extraterrestres mediante los radiotelescopios; que las historias de abducciones y encuentros en la tercera fase eran ciertamente más pobres e insulsas que las brillantes especulaciones de la ciencia ficción y de los científicos, como la construcción de una enciclopedia galáctica, o la idea de una escala de las civilizaciones asignada en base al uso de la energía (la nuestra se limita a quemar energía química fósil y aún está en lo más bajo del escalafón).
Todas esas ideas fascinantes son objeto de una nueva revisión en esta Odisea Espacial escrita por Ann Druyan, la viuda de Sagan, que acompaña en la producción ejecutiva a Seth McFarlane, el creador de series transgresoras de animación como Padre de Familia o comedias heterodoxas y geniales como TED.
McFarlane no se dedica solo a escandalizar el mundo de los dibujos animados o a presentar ceremonias de los Óscar. Es miembro de un programa llamado Science and Entertainment Exchange, de la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, que se esfuerza por promocionar la mejor ciencia posible en programas de radio, en películas de ficción y en series de televisión (por todos los santos, ¿hay algo similar aquí? ¡Disculpen! Me he permitido soñar por un instante). Esta academia es una institución privada sin ánimo de lucro fundada por el presidente Lincoln en 1863, entre cuyos miembros hay 500 premios Nobel.
La nave de Tyson explora Titan. Cosmos Studios and Fuzzy Door Productions. Fox, National Geographic Channel
MacFarlane tiene muchos amigos no solo en Hollywood, nos dice la crítica de televisión Gail Pennington en su excelente artículo de St-Louis Post-Dispacht. Acudió a una conferencia del astrofísico Neil DeGrasse Tyson y le preguntó qué podía hacer él por divulgar la ciencia.
Tyson no es ningún novato. Es el director del planetario Hayden del Museo de Historia Natural Americana, y un gran admirador de Sagan. Fue él quien le inspiró a convertirse en astrofísico y a convertirse en un excelente divulgador. Acumula medallas y premios por sus libros y programas. Mantiene excelentes relaciones con el equipo de Sagan, en el que estaba Ann Druyan, y le transmitió a McFarlane la idea de recrear una nueva odisea espacial inspirándose en la serie. El creador de ese oso gamberro llamado TED convenció a los ejecutivos de la FOX para que invirtieran en el nuevo proyecto.
Tyson, un observador privilegiado. Cosmos Studios and Fuzzy Door Productions. Fox, National Geographic Channel
La Cosmología ha evolucionado y cambiado paradigmas desde los años ochenta, por lo que un nuevo “remake” se hacía necesario. ¿Qué ha cambiado?
Hay muchos misterios nuevos: los planetas extrasolares y esos extraños mundos huérfanos, que flotan como cuerpos helados en el espacio sin estrella a la que rendir tributo; los agujeros negros que no son tales; la misteriosa materia oscura que permea todo el Universo, y la aún más misteriosa energía oscura que hace que el Cosmos cada vez se expanda con más fuerza...por no contar los nuevos e interesantes hallazgos sobre el origen de la vida y su antigüedad, la extinción de los dinosaurios y la propia evolución de la Tierra en comparación con sus vecinos planetarios.
El nuevo Cosmos cuenta además con un arsenal tecnológico que no existía en los tiempos de Sagan, cuando internet era poco más que una idea que comenzaba a despegar: efectos especiales creados por ordenador, sofisticadas animaciones históricas, inmensos paisajes cósmicos, animales ficticios o reales con una verosimilitud tridimensional asombrosa... prueba de un monumental presupuesto de millones de dólares puesto al servicio de la ciencia para atraer al público, en la que se implicó hasta el propio presidente Obama en su presentación.
Hay 6 Comentarios
Carl Sagan es un genio. Felicidades por el artículo.
Publicado por: Cristina | 01/04/2014 12:18:58
Sabía de la existencia de la serie de Sagan, pero nunca llegué a verla. En cualquier caso, desde que vi el primer capítulo a este remake me enganché.
Me parece tremendamente interesante y ameno el enfoque científico-histórico-cultural. Muy fresca y de muy buena factura.
Enhorabuena por el interesante artículo. Saludos
Publicado por: Samardo | 27/03/2014 0:16:37
La nueva serie Cosmos, esta muy bien realizada, tiene un duro recuerdo con el que competir, y se debe a lo carismático que era Carl Sagan, y esa forma de explicar de manera simple, lo más complicado.
Demomento lo van sustituyendo con efectos especiales omejor dicho, digitales, y veo con agrado, que en el segundo episodio, ya esta tomando otro ritmo, y lamento que en el doblaje, se pierda la estupenda voz de Tyson.
Vale mucho la pena verla.
Publicado por: Alfonso Soriano | 24/03/2014 9:44:41
La nueva serie Cosmos, esta muy bien realizada, tiene un duro recuerdo con el que competir, y se debe a lo carismático que era Carl Sagan, y esa forma de explicar de manera simple, lo más complicado.
Demomento lo van sustituyendo con efectos especiales omejor dicho, digitales, y veo con agrado, que en el segundo episodio, ya esta tomando otro ritmo, y lamento que en el doblaje, se pierda la estupenda voz de Tyson.
Vale mucho la pena verla.
Publicado por: Alfonso Soriano | 24/03/2014 9:41:46
He visto el episodio primero y he grabado uno o dos más. Puede que sea nostalgia, pero echo de menos a Sagan y me parece que el episodio ya visto no es tan innovador como en su día fue la serie. A ver qué me parecen los siguientes y espero conseguir que mi mujer me acompañe en el visionado (que no es fácil).
Publicado por: Mulliner | 21/03/2014 20:01:19
Si viste la serie original de Carl Sagan, no te pierdas esta nueva maravilla. Aquella serie me dirigió a la pasión por la astronomía y el método científico. Con esta nueva aportación se abrirán más inteligencias al conocimiento. Gracias!
Publicado por: Tycho | 21/03/2014 13:10:12