PlenaMente

20 abr 2016

8 rutinas básicas en torno a una mesa

Por: Patricia Ramírez

Mesa
GETTY


Una investigación muy interesante de los años 60 en EE UU, que se encuentra en el maravilloso documental “The Connection: Mind your Body”, cuenta que Roseto, un pueblo habitado por  inmigrantes italianos, tenía unas tasas de enfermedad cardíaca muy por debajo de la media nacional. Sus habitantes trabajaban en canteras, fumaban y comían a placer las tradicionales viandas italianas. Con un arraigo familiar típico italiano, se reunían hasta tres generaciones en torno a la mesa para disfrutar de la familia. Sus costumbres consistían en jugar a las cartas, reunirse en la cocina y  practicar algo tan básico como hablar. Pero a partir de 1971, cambió en los rosetanos la escala de valores, entre los que empezó a reinar la opulencia. Se interesaron más por el tamaño de sus casas y por los coches caros que por las reuniones familiares. Y entonces ocurrió lo que nunca habían vivido: murió el primer rosetano de infarto al corazón con menos de 55 años. Hasta este momento no habían sufrido ninguna muerte cardíaca por debajo de los 55. Y en 1980, el nivel de mortandad por infarto de miocardio se había equiparado al resto de la población estadounidense.

Las conclusiones sobre el estudio estuvieron basadas en los beneficios físicos y psicológicos que se obtienen cuando una persona tiene el sentido de pertenencia, cuando forma parte de una familia y obtiene apoyo social, cuando se siente protegido y comparte momentos de risa, ocio y sentimientos.

Si parte de la felicidad y de nuestra salud depende de algo tan simple como disfrutar en torno a una mesa, ¿por qué no retomar esas costumbres?

Para ello podemos:

  1. Buscar una comida al día en la que la familia coincida. Puede ser la hora de desayunar, la de comer o la de cenar. No fuerces un momento para reunir a los miembros si alguno tiene un horario ajustado y está más pendiente de salir que de disfrutar del momento.
  2. Hablar, participar. Parece una obviedad, pero no lo es. Las personas tienen cientos de temas de conversación al día que pueden compartir, pero por pereza no se sacan. Escribe en tu aplicación de notas del móvil una noticia que hayas leído, algo que hayas oído, lo que escuchas en la radio del taxi, lo que te cuentan en la empresa. Hay muchas noticias que ocurren al día que podrían ser tema de debate y enriquecimiento familiar. Anótalos, porque son muchas las veces que llegas a casa y cuando tratas de acordarte de “cómo era eso tan interesante que quería contaros”, se te ha ido.
  3. Interesarnos por la otra persona. ¿Cómo te ha ido hoy el trabajo? ¿Qué ha pasado interesante en el colegio? ¿Con qué te lo has pasado mejor en el patio? ¿La comida del cole ha sido tan “malísima” como todos los días? ¿Cómo es tu nueva compañera de oficina? ¿Os han felicitado por el proyecto? ¿Qué le ha parecido a tu jefe la idea que me contaste ayer? ¿Has podido ir hoy al gimnasio al mediodía? ¿Llamaste a tu amigo para ver cómo se encuentra después de la operación? Y un larguísimo etcétera. Hay muchas aventuras que le ocurren a una persona durante el día, solo tienes que observar e interesarte por ella.
  4. Desconectar la tecnología. El móvil te aleja de quien tienes a treinta centímetros. Haced un pacto entre todos para no consultarlo en la mesa. Es cierto que hay momentos en los que puede existir una urgencia, alguien está enfermo o esperamos una llamada importante. Pero tratad de que solo estén en la mesa en estos casos. Tenemos tanto vicio con tocar la pantalla, que aunque te hayas hecho el propósito de no cogerlo durante este momento, de forma no consciente terminas por hacerlo.
  5. Aparcar la prisa. La prisa nos lleva a no esperar a los demás, a dejar de ser amable con la propia conducta de comer: trata de comer despacio, saboreando, compartiendo, ofreciendo la última loncha de jamón. Recuerda que comer debe de ser un acto en sí placentero, no una actividad con la que calmar la ansiedad. La prisa a la hora de comer te lleva a engullir y a comer de forma desesperada. En ese estado emocional no se disfruta de la conversación. Se está más pendiente de tragar que de escuchar y fluir.
  6. Agradecer los alimentos y al cocinero que te los ha preparado. He escuchado en la consulta a más de una madre y algún que otro padre sentirse tristes y bastante frustrados al oír comentarios del tipo “uf, si sabes que odio esto”, “¿esto vamos a comer?” Las personas que cocinan necesitan un simple “gracias” para darle valor a su trabajo altruista. Cocinar cada día no siempre es algo que relaje o apetezca. Puede terminar por convertirse en una tarea monótona que necesita creatividad y tiempo. Disfrutar de alimentos cocinados en un ambiente familiar, aunque nos parezca lo más normal, es un lujo para muchas personas que no pueden tenerlo.
  7. Tener el propósito de tener una comida amigable. Sonríe, participa, pregunta, contesta con más de un monosílabo y elige dejar las malas noticias y las quejas para otro momento. Estar escuchando a alguien cada día que desprecia su trabajo o el instituto, que critica todo, que dice que nada funciona y que el mundo está fatal, es agotador. La toxicidad la podemos resolver en otro momento. Piensa en aportar energía y noticias que inciten al debate y a relacionarse de forma relajada.
  8. No utilizar el momento de la mesa para resolver conflictos. Hay padres e hijos que esperan el momento de la comida para hacerse reproches, críticas negativas o para regañar. En estas situaciones la familia termina asociando la ocasión con un momento de tensión, y con el tiempo buscarán eludirlo para no compartir la hora de comer.

“Cuando mi madre nos daba el pan, repartía amor”, Joël Robuchon.

Hay 5 Comentarios

También esta bueno agilizar la mente con ejercicios de memoria y aprendiendo, yo estoy usando https://tildefacil.com cuando tengo dudas de como se escribe una palabra y uno va sumando vocabulario

Que gran artículo, la verdad que en mi familia hacemos tal cual indican aquí y me he sentido muy identificado con todo. Cada Domingo, sin fallar nos vemos casi toda la familia en casa de la abuela materna, la cual realiza unas comidas típicas Españolas para chuparse los dedos, todas estas comidas se ven aquí https://comidas-tipicas.com/espana/ pero mi abuela las realiza con tanto cariño y amor que es lo que le da el punto de deliciosa.

Así es como en nuestra familia seguimos unidos cada día y sobre todo, la regla que se pone es dejar los teléfonos móviles en la entrada para poder charlar de lo que ha pasado durante la semana a cada uno =)

Saludos y gracias por estos fantásticos artículos.

El tema de alejar la tecnología, sobre todo entre los más jovenes es complicado, en mi casa tenemos esa norma de fuera los móviles cuando nos sentamos a comer y por ahora está funcionando, pero hubo mucho tiempo de discusión antes de llegar a ese acuerdo. ¿Por qué es tan dificil alejarnos de la tecnología ultimamente?

Más que en "cosa" querrá decir usted, Sr. Oriol : "en qué tipo de persona nos convierte" ¿me equivoco?

La conección mente cuerpo empieza a darnos una versión de la condición humana mucho mas rica, realista e interesante.
Todo parece indicar que la acción construye la mente de la misma manera que la mente construye la acción.
Tendremos que empezar a elegir las acciones en función de en qué cosa nos convierte.

Interesante docu y post.

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Sobre el blog

“Las personas felices lo son, no porque tengan más que los demás, sino porque centran su atención en lo importante”. La visión que tenemos del mundo, de nuestro entorno, condiciona nuestro bienestar y con ello la implicación, el compromiso y la actitud que tenemos con nosotros y con los demás. Hay personas que esperan el momento perfecto para dar un paso. Pero el momento perfecto está tan solicitado, que el día que aparezca, habrá que repartirlo entre demasiados. Con este blog te invito a entrenar tus emociones, tus pensamientos y tu actitud. Te invito a responsabilizarte de lo que ocurre alrededor para que no condicione tus decisiones. Tenemos un derecho maravilloso que es elegir. Elige tu modo de conducta, elige lo que quieras ser, elige cómo quieres vivir y sentir.

Sobre el autor

Patricia Ramírez

Licenciada en Psicología, Máster en psicología clínica y de la salud y doctorada en el Departamento de personalidad, evaluación y tratamiento psicológico de la Universidad de Granada, Patricia Ramírez es experta en psicología deportiva (campo en el que ha asesorado a equipos de fútbol como el Real Betis, el RCD Mallorca o el CB Granada) y trabajo en equipo. Colabora en varios medios de comunicación (TVE, El País semanal, Marca…).

Es autora de Así lideras, así compites (Conecta, 2015), ¿Por qué ellos sueñan con ser futbolistas y ellas princesas? (Espasa, 2014), Autoayúdate (Espasa, 2013), Entrénate para la vida (Espasa, 2012), Gestión y Control del Estrés, con Zoraida Rodríguez Vílchez (Conzepto, 2008).

http://www.patriciaramirezloeffler.com/

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