PlenaMente

02 jul 2016

Cuando no te aman como quieres que te amen

Por: Patricia Ramírez

Hacerte respetar_amor
Muchas personas se marchitan viendo la vida pasar, mientras esperan. En el amor también se espera. Se espera que el otro se fije en ti, se espera que el otro cambie de forma de ser para que encaje lo que uno necesita, se espera a que te valoren, te quieran, te amen, te respeten. Porque cuando uno está enamorado cree en los milagros. Pero lo siento, no es así. O en la mayoría de situaciones no será así.

Olvida el refrán que dice que “el que la sigue la consigue”, porque no es válido cuando intervienen factores como el interés o la toma de decisiones de otra persona. El que la sigue la consigue puede aplicarse a metas que dependen de tu esfuerzo, como bajar tu hándicap en golf, mejorar la técnica de tu zancada en el running, formarte más para aspirar a un ascenso laboral o tratar de ser más amable para mejorar tus relaciones personales. Pero no funciona para dejar de ser invisible para alguien, para que incremente el interés que pueda sentir por ti o para que uno de tus múltiples mensajes le abra los ojos de una vez por todas.

Si hasta ahora no se ha dado cuenta de que eres guapo, alto, amable, buena persona, atractivo, generoso, disciplinado y cientos de otras virtudes más, difícilmente, el hecho de esperar, insistir o presionar, hará que vea en ti todo lo que tú deseas que vea. Hay personas para las que somos invisibles. No podemos ser atractivos para todos. Y lo que para uno pasa desapercibido, será de un valor incalculable para otra persona que sí se fije en ti y a la que le atraigas.

No saques conclusiones ni hagas juicios de valor del tipo “si con todo lo que tengo no es suficiente es que yo no valgo la pena”. No vales la pena para esa persona en concreto pero seguro que vales la pena para muchas otras que ahora no tienen la oportunidad de conocerte porque te has empeñado en que te quiera como tú quieres que te quiera quien no se fija en ti. Es así de fácil. Pero tendemos a interpretarlo como una derrota, como un fracaso, como si no fuéramos lo suficientemente capaces de enamorar a otros.

Hazte estas preguntas para averiguar si en este momento estás en una relación, sea del tipo que sea, equilibrada, refiriéndome con ello a que los dos tengáis la misma libertad para intervenir en la relación, llamar, quedar el uno con el otro, etc., o si estás a la espera de lo que el otro haga.

-¿Dependes de sus planes, de que él o ella decidan qué van a hacer el fin de semana, para organizar luego los tuyos?

-¿Puedes tener iniciativa, o dependes de que la otra persona decida llamarte?

-¿Afecta a la relación el estado emocional del otro? Es decir, ¿necesitas que esté de buen humor o relajado para poder enviar un mensaje y que te respondan?

-¿Te encuentras en ese momento en el que esperas que dé un cambio y hacerte visible para él o ella?

-¿Estás siempre estás disponible cuando te necesita o quiere estar contigo, pero no ocurre a la inversa?

-¿Le escribes, chateas, te haces pasar por su lugar de trabajo provocando un encontronazo por miedo a que se olvide ti? Si es así, si no sale del otro escribirte o chatearte, es que ya se ha olvidado. Forzar la situación es saturar a la persona con una presencia de lo que no desea más relación que la que ahora tenéis, que igual es ninguna.

Abre los ojos. Muchas personas se agarran a un clavo ardiente con tal de no perder las migajas. Pero todos merecemos tener la relación que deseamos. El otro, el que conoce que tú deseas más, se aprovecha, queriendo o sin querer, de la situación. Como sabe que siempre estás disponible, te llama o queda contigo cuando le apetece, sin más. Tiene en el fondo las necesidades de ti cubiertas, en el aspecto que sea. Está a gusto y cómodo contigo así, "te quiere y necesita a su manera" pero no a la tuya. No necesita más. Y tú, que estás enamorado, ansías tanto a la otra persona que te quedas con lo que te ofrece. Sabes que si exiges más, le pierdes, y que si tomas decisiones como poner un ultimátum, puedes también perderle. Pero mientras esperas que la otra persona abra los ojos igual deberías pensar que quien tiene la venda eres tú. Que lo más probable es que el otro los tenga bien abiertos, tenga muy claro lo que desea, incluso haya sido sincero contigo y te lo haya expresado. Y tú, sigues esperando. Atiende las señales y si deseas otro tipo de relación, igual deberías dejar de forzarla con esta persona y pensar que ahí fuera hay mucha gente que estaría dispuesta a darte el amor que deseas y mereces.

Hacerte respetar es ser fiel a tus valores y tus deseos, a pesar de que en ocasiones esto suponga hacer renuncias. Renuncias que a corto plazo te pueden hacer llorar, pero igual es el paso que necesitas para ser mucho más feliz de lo que ahora eres.

 

Hay 4 Comentarios

Toda la razón! Hay que hacerse valer porque quien te quiere te busca. ¿No lo haríais vosotros si os gustará alguien?

Sé que siente por mi lo mismo que yo siento por él y espero,espero pero mi espera es tranquila, no me importan que pasen los años, lo amo tanto que solo pensar que pueda causarle algún dolor, ya me lo causo a mi misma.
https://youtu.be/LS04M9Mz26E

Eu esperei, esperei, soltei foguetes e um dia...
" Você chegou no amiudar (nascer) do dia e eu nunca mais senti tanta alegra"
https://www.youtube.com/watch?v=OqBwXni6bjk

Esperar que sean siempre los demás quienes tomen la iniciativa, significa que no tenemos arrestos para ejercer el papel que se nos supone.
La mejora de la especie humana, como en casi todas las demás se basa en buscar los mejores valores, que entran por los ojos y que garantizan la continuidad.
La salud, la fuerza, la belleza que es síntoma de equilibrio, la inteligencia y la determinación o el valor.
Para juntarse genéticamente y repartir esas mejoras en los hijos que se puedan tener.
Y ese paso hay que darlo buscando la pareja y ofreciendo una garantía estable, una estabilidad suficiente para poder cumplir el requisito de perpetuarse.
Lo otro, solo es pasar el rato y perder el tiempo hablando del tiempo, algo que aburre a quienes están deseando encontrar a alguien con quien juntarse y reproducirse.
Porque el amor bucólico no siempre coincide con el hecho real de emparejarse.
Hombres y mujeres, y menos durante toda la vida.
Con la evolución de los años, y las caídas y traspiés de la vida donde unos crecen y otros menguan.
Diferenciándose los caminos de quienes ya no son lo que parecían ser en los años lozanos.
Bajo el sustento de los padres.
Cuando hemos de ejercer como personas adultas y como guías de la manada, en la familia con hijos pequeños que se acogen bajo la protección de los padres.
Personas adultas.

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Sobre el blog

“Las personas felices lo son, no porque tengan más que los demás, sino porque centran su atención en lo importante”. La visión que tenemos del mundo, de nuestro entorno, condiciona nuestro bienestar y con ello la implicación, el compromiso y la actitud que tenemos con nosotros y con los demás. Hay personas que esperan el momento perfecto para dar un paso. Pero el momento perfecto está tan solicitado, que el día que aparezca, habrá que repartirlo entre demasiados. Con este blog te invito a entrenar tus emociones, tus pensamientos y tu actitud. Te invito a responsabilizarte de lo que ocurre alrededor para que no condicione tus decisiones. Tenemos un derecho maravilloso que es elegir. Elige tu modo de conducta, elige lo que quieras ser, elige cómo quieres vivir y sentir.

Sobre el autor

Patricia Ramírez

Licenciada en Psicología, Máster en psicología clínica y de la salud y doctorada en el Departamento de personalidad, evaluación y tratamiento psicológico de la Universidad de Granada, Patricia Ramírez es experta en psicología deportiva (campo en el que ha asesorado a equipos de fútbol como el Real Betis, el RCD Mallorca o el CB Granada) y trabajo en equipo. Colabora en varios medios de comunicación (TVE, El País semanal, Marca…).

Es autora de Así lideras, así compites (Conecta, 2015), ¿Por qué ellos sueñan con ser futbolistas y ellas princesas? (Espasa, 2014), Autoayúdate (Espasa, 2013), Entrénate para la vida (Espasa, 2012), Gestión y Control del Estrés, con Zoraida Rodríguez Vílchez (Conzepto, 2008).

http://www.patriciaramirezloeffler.com/

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