Septiembre carga con varios crímenes: la vuelta al trabajo, el síndrome post-vacacional, los primeros fríos… Pero el primer mes de otoño empieza hoy a lavar su conciencia. Los chicos de la distribuidora Green Ufos organizan una tercera edición del "último festival del verano”. El South Pop –nombre que le va como anillo al dedo- es una cita peculiar. En Isla Cristina, Huelva, los asistentes se mezclan con los artistas. Hace dos años,en su primera edición, era posible tomarse una birra en el anfiteatro, es decir el escenario, junto a Eddie Argos, cantante de Art Brut, y escucharle hablar sobre un ensayo que acababa de escribir sobre superhéroes. O terminar chapoteando en la piscina (con la forma de la cara de Mickey Mouse) del hotel Barceló a altas horas de la madrugada con uno de los miembros de The Robocop Kraus y con otro de Tunng (también sucedió en 2008).
El hermano pequeño del South Pop Sevilla ha salido algo travieso. Pero tiene sus razones: diez kilómetros de arenales que terminan en playa nudista (El Terrón), sol a raudales, pescado fresco, dj’s mañaneros que pinchan en el hotel Barceló donde se hospedan los artistas y varios de los huéspedes y músicos encantados con todo lo que precede. “Bob Stanley, de Saint Etienne, que estará como dj, lleva en Isla Cristina una semana disfrutando del sol, la comida… Y a The Whitest Boy Alive los hemos convencido para venir más que con la chequera con comodidades varias…”, cuenta Santi, parte de Green Ufos. Algunos conciertos son caprichos que difícilmente podrían cumplirse en un macrofestival: The Whitest Boy Alive darán un concierto de 70 minutos y At Swim Two Birds tocarán canciones de Frank Sinatra. “Después de verles en directo en el Teatro de Huelva, se nos ocurrió que quedaría muy bien que volviesen para tocar canciones de Sinatra”, explica Santi.
El primer año no llegaron a los 700 asistentes, el segundo, alcanzaron los 2.000 y éste esperan 3.000.
Os damos cuatro pistas para que os pongáis las botas:
En Playa Central, triunfa Casa Pepín; y en el barrio de los pescadores, la Bodega Dolores. Ya en el centro (se puede ir andando, todo queda a tiro de piedra) encontraréis La Sal. Y al ladito del hotel Barceló, una opción muy económica: la Celeste. Si no sabéis que pedir: “ atún encebollao” y “una ventresca de atún a la plancha”.
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