POP etc

25 ene 2011

Kevin Smith contra Hollywood

Por: Tom C. Avendaño

Kevin smith cortada 

De los muchos espectáculos más entretenidos que las películas de Kevin Smith, uno de los mejores es el propio Kevin Smith. Desgarbado de aspecto, iconoclasta de mentalidad y nerd de religión, este cineasta, indie irredento, es más entrañable por las estupendas y malhabladas diatribas antisistema que gusta soltar tanto en Twitter, como en podcasts, como en su blog o hasta en DVD, que por sus estrenos (se podría hacer un Excel demostrando que cuanto más recientes son sus películas, peor funcionan en taquilla y crítica). Más que un ejemplo de séptimo arte, este tipo siempre sonó a colorido ideólogo. Y como tal acaba de consagrarse este fin de semana.

 

Porque él era uno de los platos fuertes de esta edición del festival Sundance (al cual aún le quedan seis días) y, como agitador punk profesional, lo ha aprovechado: el domingo estrenaba, tras meses de movilización de su ejército de fans, Red State, la película de terror setentero que decía llevar años queriendo hacer. Por cuya financiación (unos exiguos 3 millones de euros) pasó por el aro rodar Vaya par de polis. Por cuyo guión —sobre un religioso homófobo que asesina a los impíos gais— se enfrentó a algo llamado iglesia papista de Westboro. Por cuya promoción pasó meses removiendo Roma y Santiago en las redes sociales. Tan personal era el proyecto que no tenía distribuidor (ignominia máxima en esos lares). Ya la cosa empezó a sonar rara el viernes, cuando Smith anunció que, en lugar de someterse a las soporíferas reuniones con inversores que dictan los cánones, iba a subastar la película inmediatamente después de su proyección en Sundance, a lo Christie’s. Que hicieran el favor de reunirse los ejecutivos con dinero en la proyección porque ahí es donde se iba a cortar el bacalao. Luego dijo que no iba a hablar del tema con periodistas, porque no le veía el sentido. Y remató con que en plena subasta iba a manifestarse la dichosa iglesia papista de Westboro. Estaba en el punto de mira. Todo el mundo pendiente de qué haría el domingo.

Pues liarla. No tanto con los religiosos, que en el ambiente liberal de un gran festival indie poco tenían que hacer, sino con los trajeados inversores que se hicieron un hueco para ver la tal Red State. Ignorando los pudientes más ocupados de Los Ángeles, Smith se compró a sí mismo los derechos de distribución de la película por veinte dólares. 14 euros y medio. Lo que cuestan dos Big Macs en Los Ángeles. Y anunció que, gracias por venir, pero que ya no quería distribuidores. Que quería llevar su propia película por todo Estados Unidos y venderla directamente a los cines, con el valor añadido de su entrañable presencia en la proyección, y cobrar entre 6 y 8 veces lo que cuesta una entrada normal. A partir del 19 de octubre, avisó, se podrá ver en distribución normal. También dijo que se retiraba de hacer cine (¿qué harán ahora sus indolentes colaboradores?) para producir los proyectos de los novatos. “Es cine indie 2.0”, zanjó, “y el cine indie 2.0 lo vendemos nosotros mismos”.

Redstate1 
Una imagen de 'Red State'.

No es la primera vez que Smith promete reinventar el cine a base de hoz y martillo. Pero es la más gorda. Normal, pues, que el lunes el hombre fuera carne de titular, y que la prensa especializada se santiguara, periodísticamente hablando, sin saber cómo alguien había osado a montar follón semejante para demostrar que se puede triunfar en Hollywood sin Hollywood (pocas cosa hay más iluminadoras sobre el tema —y el mundillo— que ver los comentarios en la web de la (a veces) informada, (generalmente) temible y (sin duda) bien conectada Nikki Finke, centrados sobre todo en subrayar que no hace poco, el obeso Smith intentó volar ocupando un solo asiento de un avión, para ofensa de quienes no tienen que someterse a tal práctica). En Twitter, termómetro de la siempre parcial reacción a pie de calle, los comentarios fluctuaron entre el “Estoy con usted! Le aplaudo! Cine indie 2.0! Hostia SÍ. QUE TODO EL MUNDO VEA ‘RED STATE” y el cabal “Pero a ver, tengo que pagar $75 por verte en la proyección de Red State cuando sólo me cuesta $105 verte en la Comic-Con durante cuatro días”.

A lo que Smith respondió con una soflama de dos horas y media en Twitter. “Llevarnos un espectáculo de gira no es algo nuevo”, escribió. “Me he ido de gira con todas mis películas para promocionarlas. Sólo que ahora cobramos la entrada. Si te resulta muy caro, no temas, podrás ver la película el 19 de octubre. Pero lo que pretendemos con esta gira es quedar en tablas, financieramente hablando. Quiero aplicarle una matemática verificable y reconocible a nuestra película de tres millones de euros. En cuanto los hayamos recuperado, podremos devolverle el dinero a nuestros inversores. El tema está en gastar en marketing. Cada centavo que ganemos será un beneficio. Se acabó eso de que ‘la peli costó tres millones pero necesita ganar unos cuarenta para generar beneficios’. Eso SIEMPRE me ha fastidiado. Intento hacer mis películas lo más baratas posible para que luego lleguen otros y gasten el doble en venderla. Pero así funciona el negocio. TODO EL MUNDO lo hace. Es la norma. Y yo también lo he hecho, con nueve películas hasta la fecha. Pero después de hacerlo de la misma forma durante nueve películas, te planteas si no trabajarías de forma diferente: ¿es posible vender una película SIN gastar ese tipo de dinero?” Lo cual no sólo recupera la labia que tan simpático ha hecho a tamaño geek. También nos recuerda el valor de un contrapeso pesado.

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Hay 15 Comentarios

¡Cómo me reí con Clerks!, se la recomendé a todo el mundo. Con Mallrats ya me quedé un poco mosqueado, pero me gustó. Persiguiendo a Amy fue la última que vi de KS. A veces me pregunto si son las pelis o somos nosotros los que envejecemos mal. Hoy, el cine de KS es para mí sólo una anécdota divertida del pasado. No volvería a ver una peli suya.

Grande Kevin.

Grande Kevin.

Yo he pasado muy buenos ratos viendo sus peliculas. Gracias Kevin.

La idea de Kevin Smith sobre la distribucion (ques es de lo que se discute en el post, no de la calidad de sus peliculas) me parece excelente, poco viable para los directores poco conocidos, pero innovativa y fresca. El gran problema del cine son los distribuidores y el secuestro casi total de lo recaudado en taquilla a causa de sus gastos en "publicidad". Si yo viviera en los estados unidos iria a verle fijo, ya que si sus peliicuals fluctuan m'as que la bolsa sus conferencias y monologos son increibles.

Hostia, por primera vez estoy de acuerdo con los comentarios!!
Que mal envejecen sus peliculas y que bien se vende.
Impagables sus clases magistrales en los College.

Cuanta pedantería me parece captar en ese texto, y cuanto sinónimo y palabrita rebuscada para describir a alguien. Y lo peor cuanta contradicción. En fin... Iconoclasta de mentalidad y Nerd de religión , indie irredento, diatribas antisistema..jejeje

Kevin Smith es Dios, desde que vi Clerks y la he visto veinte veces al menos, iba a ir a muerte con él, a pesar de Jersey Girl. Pelis como Clerks, Malrats o Chasing Amy merecen mucho la pena. Y el tío está zumbao, pero es un genio.

Para mi peliculas como Clerks o Mallrats no envejecen nunca, me siguen gustando tanto como cuando las vi la primera vez hace ya mas de 10 años. Además Dogma me parece una pelicula buenisima, cierto es que con el tiempo Kevin Smith ha ido cambiando su forma de hacer cine y sus peliculas han ido perdiendo la chispa y la originalidad del principio. Por ejemplo Una chica de Jersey es una mala comedia romantica, genero que personalmente detesto, realmente mala y llena de tópicos, pero con hacemos una porno, me lo pase bien, no tan bien como antes viendo Mallrats, Clerk o Jay y Bob el silencioso, pero eche un buen rato. De todas maneras desde que empezó a coger peso, este hombre parece enfadado con todo el mundo. En fin que se dedique a lo que quiera pero que nadie olvide lo bien que nos lo hizo pasar en sus principios como director.

heres muy pedantito Avendaño,uanque estoy de acuerdo que el cine de este tio no da para mucho mas que para una critica pedante en el PAIS. Un admirador

es iglesia BAUTISTA (baptist), no papista

me ha ocurrido lo mismo que a ti, olaf. Pero con Clerks. Que mal ha envejecido la jodía y que gracia me hizo en su momento... De las secuelas ya ni hablo. Pero debo decir que, aunque me parezca toda su filmografía un disparate (a veces entreñable, eso sí), la última película que vi suya (zach and miri make a porno) me hizo reír un rato (al menos, la primera media hora). Y sólo le doy gracias al cielo de que haya decidido dedicarse a hacer de mecenas 2.0 de jóvenes talentos y no haya conseguido nunca sacar adelante su Superman, porque podría haber sido un desastre

Mallrats es una de la mejores peliculas que he visto...

La primera vez que vi "Mallrats" a mis veintipocos (allá a mediados de los 90) flipé en colores "qué peli más buena, qué gran comedia, enorme Jason Lee, grandes Jay y Bob el Silencioso, hasta Ben Affleck me ha gustado..."; a partir de ahí eché hacia atrás en su filmografía y vi "Clerks", que venía a ser la primera parte de "Mallrats", y seguí con "Persiguiendo a Amy", "Dogma"...
A medida que avanzaba en sus películas me iba quedando un no sé qué, que no me acababa de convencer, las gracias ya no me parecían tan graciosas, la estética indie se mezclaba excesivamente con la comercialidad, y acabé por no ver sus pelis más recientes.
Hace unos meses, pusieron en la tele "Mallrats" y, o yo me he hecho mayor (indudablemente, cosa de una docena de años largos) o la peli ha envejecido muy mal (eso, seguro) o es que nunca fue buena (probablemente sea eso) pero el caso es que me pareció un pastiche de comedia teen y parodia friki infumable.
A día de hoy, le reconozco a Kevin Smith el hecho de haberme dado unos grandes momentos cinematográficos en mi (cada vez más) lejana juventud, pero ya no doy un Euro (y 75 dólares, menos) por ver una peli suya.

que mierda de películas hace y que gracioso es el jodío

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El consumo pop y sus efectos secundarios. Un repaso indiscriminado a lo más ingenioso, llamativo, ridículo o aburrido de la industria del entretenimiento poniendo el acento en lo peculiar, pero sin renunciar a lo olvidable.

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