“El punk se estaba evaporando rápido y había paralizado mucha de la música surgida anteriormente, pero durante los días de su agonía se sembraron las semillas del futuro”. Así explica Nick Rhodes la situación en la que se encontraba el pop británico en 1979. Por aquel entonces, Rhodes pinchaba en un club de Birmingham llamado Rum Runner. En sus sesiones sonaban muchas de esas semillas, que ayudarían a que floreciese un nuevo movimiento en cuestión de meses. En una misma noche entrelazaba el post-punk de Wire, Psychedelic Furs y Magazine, el glam de Ferry y Mick Ronson, el I Feel Love de Moroder/Donna Summer, el incipiente pop electrónico de Human League y John Foxx, además de precursores del mismo como Kraftwerk y Yellow Magic Orchestra. Eclécticas premisas musicales (recogidas por el propio Rhodes en un recopilatorio llamado Only After Dark) que iluminaron el camino que seguirían nuevas formaciones surgidas por aquel entonces. Entre ellas, Duran Duran, de cuya formación Rhodes era parte.