La noticia saltó a finales de marzo desde el New York Times: durante los últimos diez años, la población de Detroit ha descendido un 25%. Si más de 140.000 personas abandonaron Nueva Orleans tras el Katrina, 237.000 han dicho adiós a Detroit sin que medie catástrofe alguna. Con 713.777 habitantes, la que un día fuera conocida como Motor City por la hegemonía de su industria automovilística, alcanza hoy su tasa más baja de población desde 1910. Un proceso de despoblación que viene de lejos: en 2003 ya contaba con menos de un millón de habitantes.
Detroit se está quedando vacía. La capital industrial de Estados Unidos en los sesenta, se muere. Su nutrida clase trabajadora generó a su vez una importante industria del ocio y así nació una escena musical tan diversa como poderosa que ha ido evolucionando con el tiempo. La aportación de Detroit a la música pop es inmensa. En la década clave de los 60, la ciudad carecía del chic de Nueva York y de la utopía de San Francisco. A cambio, la clase trabajadora negra y el notable activismo político alimentaron una escena con muchos frentes. la factoría Motown, los Stooges, la militancia explosiva de MC5, el rock de Bob Seger y Grand Funk, el funk psicodélico de Parliament y Funkadelic; el techno de los ochenta; Kid Rock, Eminem y White Stripes. Puede que Detroit se esté muriendo, pero lo que ha dado a la cultura pop ya es inmortal. Estos son algunos de los hijos musicales más emblemáticos de la ciudad del motor. Y, a modo de banda sonora, aquí una lista de Spotify con canciones selectas de Detroit
MOTOWN. Concebida en 1960 por Berry Gordy Jr. como una fábrica de canciones que funcionaba bajo el lema “el sonido de la joven América negra”, no tardó en eliminar el adjetivo referente al color a medida que su sonido contagiaba al país entero. Motown reinó gracias a una combinación única de espiritualidad soul y letras urbanas. La integración racial no pudo contar con mejores embajadores: Martha & The Vandellas, The Four Tops, The Supremes, Smokey Robinson & The Miracles, Marvin Gaye, The Temptations, Stevie Wonder. La banda sonora americana de los sesenta sería otra sin todas las canciones que nos dieron.
IGGY POP. Primero asombró con los Stooges, una banda de cafres que elevó el garaje rock a la categoría de orgía sónica. Un grupo nacido para desintegrarse cuyo gran superviviente fue él, Iggy, inspiración para el Ziggy Stardust de Bowie y prototipo del punk. Experimentó algunas resurrecciones de la mano de Bowie, pero no tuvo éxito (Real Wild Child, Candy) hasta que no se dejó edulcorar. Hoy es una leyenda de goma a la que nadie le discute su categoría de institución. Olvidemos a los revividos Stooges tocando Raw Power, su mejor momento reciente pertenece al documental I’m Gonna Tell You A Secret, cuando saluda a Madonna. Es muy probable que el hecho de que aún no cuente con una calle o estatua en su honor se debe a que sigue enseñando el culo en los conciertos.
MC5. “Hermanos y hermanas, ha llegado el momento de decidir si queréis ser parte del problema o ser la solución”, arengaba John Sinclair al inicio de Kick Out The Jams, el álbum en directo que en 1968 presentó al mundo la energía incendiaria de los Motor City 5. No tardaron en hacerse populares en una ciudad que atraía (por su proximidad con la frontera canadiense) a revolucionarios de todo tipo y que, tras las revueltas populares de 1967, estaba al rojo vivo. Fueron el primer grupo que fusionó política y rock & roll de una manera tan explícita como furiosa. Lo pagaron caro, pero como en el caso de Stooges, su leyenda nació entre sus escombros. En sus filas, dos guitarras indispensables: Wayne Kramer y Fred “Sonic” Smith, que en 1979 se casó con Patti Smith y se la llevó a Detroit para que ejerciera de ama de casa hasta su fallecimiento en 1994.
GEORGE CLINTON. La excentricidad hecha funk, Clinton era un nativo de New Jersey que probó fortuna en Detroit. Allí creó Parliament y Funkadelic, grupos de funk que absorbieron el espíritu de la ciudad, es decir, hacían lo que les salió de las narices, echando psicodelia y rock a la batidora y dándole un carácter cósmico a veces, especialmente en el caso de Funkadelic. Talking Heads, Prince y Red Hot Chili Peppers no habrian sido los mismos sin Clinton, el presidente de la república del p-funk, etoqueta que él mismo creó para definir su manera de hacer música.
ALICE COOPER. Nació en Detroit , se crió en Phoenix, probó suerte en Nueva York y se emborrachó a placer en Hollywood pero, por sonido y por carga transgresora, su música está más ligada a la ciudad del motor que a ninguna otra. Se convirtió en pionero en el momento en que descubrió el nexo entre el rock & roll y el terror. Lo hizo con discos tan potentes como Love It To Death (1971), Killer (1972) y Billion Dollar Babies (1973). A nivel escénico, su teatral puesta en escena en la que se escenificaban pesadillas con serpientes, guillotinas y horcas consigue que borremos de la memoria sus momentos más fuleros.
WAS (NOT WAS). Los falsos hermanos Was, Don Fagenson y David Weiss debutaron en 1979 con un concepto que hasta entonces nadie se había atrevido a postular, la suma del potencial musical de la ciudad. Por un lado, funk y soul. Por otro, rock de guitarras duras (y eso incluía tener a Wayne Kramer en nómina). Y alrededor, mucha excentricidad. Cinco años después metían a Mel Tormé y Ozzy Osbourne en el mismo álbum adelantándose a la moda de los discos con varios vocalistas invitados, cada uno de su padre y de su madre. En 1988 tuvieron su primer éxito con Walk The Dinosaur, y no mucho después ponían a Leonard Cohen a cantar Elvis’ Rolls Royce. Para entonces, Don comienza a funcionar como productor de éxito y restauraba comercialmente las carreras de Iggy Pop (exactamente, una de esas edulcoraciones), Bonnie Raitt y los B-52’s.
JUAN ATKINS. A principios de los 80, con la industria del automóvil en crisis a causa de la competencia europea y los precios del petróleo, la ciudad se llena de chavales negros sin ningún presente pero con ganas de hacer algo. Atkins es uno de ellos. Un día descubre que puede hacer música solo con instrumentos electrónicos. Ni corto ni perezoso, va mezclando el futurismo de Kraftwerk, la melancolía del soul y el ritmo de Funkadelic. Se inventa el apodo de Model 500 y en 1985 funda lo que poco después se conoce como Detroit Techno, que rápidamente encuentra adeptos como Kevin Saunderson y Derrick May. Cuando Europa descubre sus posibilidades, la corriente se convierte en un producto altamente exportable, alimentando el nacimiento de la generación de electrónica británica de la cual surgieron The Prodigy y Chemical Brothers.
EMINEM. Sostiene Wayne Kramer que Eminem hizo lo que muchos otros artistas de Detroit, sentó sus propias bases a la hora de hacer música. Marshal Mathers, un rapero blanco cabreado y con ganas de comerse el mundo a su manera. Su honestidad y su crudeza les ganaron miles de fans que creían más en él que en el presidente de su país. Una de las figuras fundamentales de la música de los 00, polémico y popular, uno de los pocos raperos blancos que logró respeto y ventas por igual. Un antihéroe salido de la nada que puede permitirse el lujo de interpretarse a sí mismo en la gran pantalla (8 Mile, 2002)sin que te de la risa. Su legado musical se concreta en álbumes como The Marshal Mathers LP (2000), The Eminem Show (2002) y Encore (2003). Se burló del buenrollismo de Moby, se metió con Michael Jackson y patinó con sus comentarios homófobos, pero al final reculó saliendo a actuar con Elton John.
THE WHITE STRIPES. Jack y Meg White empezaron formando parte de la comunidad de bandas de garaje de Detroit, tradición mantenida por The Gories durante los 80 y los 90. Nunca pudieron imaginar que con su mezcla de estilos vintage conquistarían el mundo. Que fue exactamente lo que ocurrió cuando Inglaterra descubrió su música en 2001. Para entonces ya llevaban tres álbumes grabados, pero fue entonces cuando el mundo en ellos a los cabecillas de una nueva generación de grupos de rock. Después llegaría Seven Nation Army, el estrellato indiscutible y una manera de entender y preservar el espíritu de las raíces del rock que combinaba el respeto con la visión de presente. Y aunque es obvio que Jack nos seguirá sorprendiendo con otros grupos, colaboraciones y producciones (porque para workaholic, él), cuesta aceptar que los White Stripes ya no existen.
espero que algun dia américa ponga a detroit en el lugar que se merece...y aprovechen ese gran escenria para formar a gente en la música
Publicado por: melo | 23/09/2012 12:21:21
Es impresionante la historia musical tan diversa de esta ciudad, cuna de estilos propios influenciados por la socidad del momento. Allí se congregaron artistas para hacer la guerra por su lado, para vivir la música tal cual la sentian sin interferencias de la industria o lo políticamente correcto. Por el bien de la música, esperemos que vuelva a resurgir...
Publicado por: chicanoize | 03/07/2011 12:22:02
Supongo que aquí no le suena a nadie "Detroit Rock City". No, no es de Lady Gaga.
Publicado por: Escéptico | 01/07/2011 2:05:21
Gracias por la información, resulta curioso que la gente abandone Detroit habiendo sido uno de los lugares más importantes.
Publicado por: Abogado Málaga | 23/06/2011 12:09:46
Desde mi humilde opinión Grand Funk Railroad merecían más atención, aunque es cierto que nacieron en Flint, una ciudad periférica. En lo que no puedo estar de acuerdo es en el comentario de Alice Cooper. Entiendo que cuando dices nacido en Detroit te refieres a Vincent Furnier, cantante de esa maravillosa banda glam de los 70 llamada Alice Cooper. Esa banda es de Arizona, y decir que por tener un cantante nacido en Detroit tienen clara influencia es un poco aventurado. Alice Cooper son sobre todo una perversión de la generación hippie, un producto ligado a California, una contracorriente de la contracultura, permítase la expresión, y están mucho más cerca de Frank Zappa o Captain Beefheart que del supuesto sonido de Detroit, con el que poco o nada tienen que ver.
Publicado por: Jose | 23/06/2011 9:56:16
La ciudad mas importante del mundo, para la música, entre 1965 y 1973. Aunque mencionas a Bob Seger veo que luego no hay un apartado como dios manda para el mas grande entre los grandes, por siempre Bob Seger. Y además de los citados creo que faltan grandes nombres como: Mitch Ryder and The Dotroit Weels, ? Mark and The Mysterians, Rare Earth, los Amboy Dukes de Ted Nugent, Sonic's Rendezvous Band, SRC, The Rationals, Black Merda etc. etc.. Viva Detroit.
Publicado por: felipe | 22/06/2011 22:50:05
Richie Hawtin vivió en Windsor, Ontario aunque pasó mucho tiempo en Detroit
Publicado por: miar | 22/06/2011 21:18:07
¿Y Richie Hawtin?
Publicado por: Álvaro Sendra González | 22/06/2011 20:11:38
ea que MADONNA también es de Detroit
Publicado por: louise veronica ciccone | 22/06/2011 19:02:22
Hace poco leí en Le monde que parece que Detroit está empezando a renacer: se instalan allí artistas porque los precios son más baratos, etc. Pronto volverá a estar de moda
Publicado por: Jos | 22/06/2011 18:25:56
@Ainhoa. Gracias por el enlace, muy jevi.
@todos. Sólo por George Clinton deberían declarar a Detroit reserva de la biosfera. Y John Atkins es mucho (Y la Motown es otra dimensión. La dimensión Motown, en concreto)
Publicado por: m | 22/06/2011 18:14:13
http://www.marchandmeffre.com/detroit/index.html También dejo este enlace a modo de epitafio. No se le puede llamar de otro modo.
Publicado por: Ainhoa | 22/06/2011 17:58:24
La historia reciente de Detroit es asoladora, me pregunto si David Simons está pensando en trasladar el escenario de su próxima serie a esta ciudad, no creo que le pongan muchos impedimentos para filmar. Y además, podría ahondar un poco más en la crisis definitiva de la sociedad industrial y de consumo de EEUU. Muy buen tema, y gracias por el artículo!
http://open.spotify.com/track/0KFNNSWqLIEqN2cOO3yecY
Publicado por: Ainhoa | 22/06/2011 17:55:53