Hay personajes cuya leyenda termina devorando al artista y a su obra. Nico es uno de ellos. Su vida podría inspirar varias películas, dependiendo del tramo de la misma que se quiera contar. La belleza germánica que sobrevive a los horrores de la II Guerra Mundial y triunfa como modelo de alta costura en Europa. La mujer enigmática que sedujo a Alain Delon y tuvo un hijo con él. El témpano rubio que irrumpió en el swinging London y fascinó a Brian Jones y a Dylan para, a continuación, anidar en la Factory de Warhol y cantar brevemente con Velvet Underground. La femme fatale que tuvo idilios imposibles con Jackson Browne y Jim Morrison.
La yonqui que paseó su lúgubre misterio a los largo de los 70 y los 80, dando conciertos para audiencias que no siempre estaban allí por la música, convertida en diosa decadente que murió de un derrame cerebral en Ibiza el verano de 1989, mientras paseaba en bicicleta con su túnica negra bajo un sol abrasador.