Acerca de Giselle (III) Una variación

Por: | 21 de abril de 2013

Giselle4.grabado Un jugoso tema controversial es la variación de Giselle del primer acto, que no se vio en Occidente en el siglo XX hasta 1925 y por la gran Olga Spesitsseva, calificada de “gran espíritu doliente” por Smákov, a pesar de sus imperfecciones técnicas (que ejemplarmente intentó superar con clases personales dadas para ella durante años por Agripina Vagánova en San Petersburgo/Petrogrado y después en Londres con Cecchetti), pero era sin dudas la más grande Giselle de entonces, cuando, a los 42 años, tuvo su primer brote de esquizofrenia; ella había debutado en “Giselle” en 1919 con Piere Vladimirov como Albrecht y en 1924, tras vacilar muchísimo, aceptó una invitación de la Ópera de París para bailar “Giselle”, intentando recuperarse así de la rutina del Teatro Mariinski y del desengaño amoroso con Boris Káplun (estaba viviendo en sus carnes el abandono y la traición). Ella llegó a París destrozada anímicamente y en un estado de confusión total; según testimonios, costaba que se recogiera el pelo o se limpiara las uñas. Apenas habló en los ensayos y finalmente en una fría noche de noviembre, bailó “Giselle” en el Palais Garnier y París se le entregó entre lágrimas y silencios de devoción. André Levinson escribió: “Es única y singular, el suyo es el tipo de belleza creado por Taglioni”. En 1927 volvió a La Ópera con su “Giselle” y aún después en 1932 por última vez con Serge Lifar, y de ahí vagó con su baúl de tutús (algunos “ya raídos e imposibles de remendar”) de Giselle por medio mundo, de Buenos Aires a Londres, donde la hace junto al primer Albrecht inglés, Antón Dolin (de estas funciones en Londres se conservan fragmentos de un filme donde se baila la variación del primer acto.). Esta variación con las famosas diagonales de saltos sobre las puntas primero y de giros después, fue creada, obviamente, en Rusia. La música es de Minkus, y no fue introducida por Adam poco antes del estreno al último momento y por exigencias de Perrot y de Grisi, como se ha asegurado hasta hace poco y como aparece escrito en muchos libros de ballet. La coreografía original de esta variación se ha perdido, pero está claro que algo de ella queda en redacción actual, que es la de Marius Petipa de 1884. El “Pas de Paesants” que se incluye en el primer acto como anticlímax (algo dramatúrgicamente acertado pero estilísticamente más que discutible) en un formato original de “pas de deux” procede de la partitura original de “Un Recuerdo de Ratisbona”, del compositor alemán Johann Friedrich Burgmüller (el mismo músico de “La Péri”), y se insertó en Giselle, con sonadas protestas de Adam, tras el estreno parisiense. En algunas versiones de “Giselle”, como la cubana creada por Fernando y Alicia Alonso a finales de los años 40, este “pas de deux” ha sido sustituido por un baile de grupo de solistas (ocho o diez). Este invento se atribuye a Mary Skeaping, y ella relata en uno de sus libros, cómo llegó a tal redacción reciclando los pasos de las variaciones y dúos que recordaba y manteniendo todo lo posible del estilo original, que no es exactamente el del todo de Giselle. En su tiempo, Adolphe Adam también se opuso a que al final del segundo acto entraran en escena Bathilde y la Corte a rescatar al príncipe, para justificar la pretensión de agregar un tercer acto que fuera un largo “divertissement” para celebrar las bodas de Batilde y Albrecht. Adam intuyó que esto destrozaría el ballet y se negó a componer (más por respeto a sí mismo y a su partitura que al ballet en sí, al que despreciaba y sobre el que ironizó todo lo que pudo: sólo amaba sus óperas, hoy casi todas olvidadas), lo que quedó, por suerte, en agua de borrajas una vez más. (continuará…)

Hay 2 Comentarios

Estoy realizando un trabajo monográfico acerca del ballet La Bella Durmiente, y me gustaría incluir información como la que muestras en tus textos, ¿podría recomendarme alguna fuente? Se lo agradecería muchísimo.

La historia de Olga Spesitsseva es una muestra de el desgaste físico (y psíquico ) de las bailarinas. Es verdad que muchos de los manuscritos originales de Gisselle se han perdido, pero gracias a muchos profesionales de la danza , la obra no desapareció. Gracias.

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Por Pies

Sobre el blog

Un espacio para la reflexión y la crítica de la danza y el ballet. Su historia y avatar en el mundo global, los cambios estéticos y los nombres propios en una escena universal y dinámica. Ballet clásico, moderno y contemporáneo; danza actual y teatro-danza; ballet flamenco y danza española; festivales, teatros y compañías, diseños, música y tendencias; los grandes coreógrafos junto al talento emergente. La DANZA es una y así debe glosarse y ser estudiada desde todos sus ángulos, como verdadera materia de cultura.

Sobre el autor

Roger Salas

es el crítico de danza y ballet del periódico EL PAÍS desde hace 28 años, con una breve pausa cuando participó en la aventura de la revista "EL GLOBO"; nació en Holguín (Cuba) en 1950, estudió piano y presume de autodidacta. Emigró a Europa en 1982 y ha publicado dos libros de cuentos, una novela y varios ensayos sobre ballet, ciencia coréutica y danza española. Roger cree, como dijera Maya Plisetskaia un día, que "la danza salvará al mundo".

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