¿Se baila hoy mejor que antes? (I)

Por: | 18 de enero de 2014

Las-bailarinas-alicia-alonso-y-maya-plisetskaya Este debate siempre ha estado vivo. Vemos unas fotografías de apenas dos o tres décadas atrás, y algo, un agudo contraste, nos salta a la vista. ¿Tanto ha cambiado el ballet? No nos engañemos. Hoy no se baila mejor que antes, con toda seguridad esto es así y resulta simplista tal afirmación (que frecuentemente incluso oigo a entrenadores y maestros). Hoy se baila diferente, naturalmente diferente. Ese es el signo de los tiempos. Igual que la morfología de los artistas ha evolucionado en los últimos 50 años, la técnica del ballet ha sido desarrollada hacia unas exigencias plásticas extremas, que puede decirse, están en línea dialéctica con sus presupuestos originales, pero que tienen en la herramienta de la estética, el control para que no sea desvirtuada. Ahí está el peligro y la alerta. El exhibicionismo gratuito de ciertas pericias o dotes corporales poco tiene que ver con el arte; esas condicionantes sólo pueden ser un vehículo instrumental para plasmar un contenido artístico, armónico y transmitido a través de una excelencia, que a los ojos contemporáneos, también ha cambiado. No siempre pasa que cuando vemos fotos de antiguas bailarinas nos choquen. El ejemplo más claro es el de Anna Pavlova; como pasa igual con dos figuras cimeras del siglo XX, aún vivas y opinando, que son Alicia Alonso (La Habana, 1920) y Maya Plisetskaia (Moscú, 1925). Hace años, en una fructífera conversación con el crítico Clive Barnes, se me quedó esta frase: “Los que tenemos más de 60 años hemos visto todos los estadios del cambio en el ballet, del gran cambio, y eso se ha verificado sobre todo a través de las bailarinas”. Agregaría que se trata de un cambio trágico, y que es baladí rasgarse las vestiduras. Lo que sí es una verdad marmórea es que precisamente el caballo de batalla de bailarinas como Alonso y Plisetskaia siempre ha sido que la pervivencia del ballet solamente la garantizará el respeto por los estilos. Se lo he oído decir a ambas en múltiples ocasiones. La asociación esencial no siempre respetada de técnica depurada y estilo, a la vez, pone en el tablero dos dramas contemporáneos: hoy se baila todo prácticamente igual y los artistas con más frecuencia de la deseada cambian lo que les parece de las coreografías patrimoniales o canónicas (volveré en entregas sucesivas y en detalle sobre estos aspectos). Acomodarse es trampa. Pero trampa no solamente para el ojo experto sino para el arte del ballet. La tutoría sobre la estética académica se debate hoy por las exigencias de un mercado que pide un brillo sorpresa y más extremo (así tantas costosas producciones de ballet hoy parecen musicales). Igual que la etapa de los muy mediáticos directores escénicos cambió y marcó a la ópera del siglo XX y el XXI en curso, en el ballet la preeminencia de la calistenia que roza el circo y borra las líneas, ha logrado imponerse y crear una espuria competencia que solamente conduce a olvidar el arte. La fotografía que ilustra esta primera entrega es del fotógrafo Osvaldo Salas y fue tomada en marzo de 1963. Alicia Alonso y Maya Plisetskaia al final de una gala conjunta en el Teatro Chaplin (antes “Blanquita” y hoy “Karl Marx” en La Habana); la cubana hizo “Coppélia” y la rusa “El lago de los cisnes”.

Hay 5 Comentarios

El amplio conocimiento que tenemos hoy en día de otras culturas y otros ritmos hace que la danza se haya enriquecido de manera irreconocible.
Constantemente aparecen personas y grupos que bailan como nunca antes habías visto y hacen espectáculos maravillosos.
Quizás ya se bailaba así antes, pero ahora esta al alcance de nuestros ojos.

Considero que la danza, como todo el arte, ha evolucionado enormemente en los ultimos decenios, y si la tecnica asimila los adelantos cientificos, tambien la interpretacion de algunos artistas es capaz de apropiarse de las posibilidades de conocimiento universal que hoy existen...Al final, el buen arte prevalecera, con sus adelantos y la aceptacion del buen publico...

Lo que ha cambiado es el concepto de lo que es MEJOR. Por los medios de grabar y reproducir la actuación , es que se ha pasado a sublimar el "no equivocarse", ya sea en ejecución musical o ballet. Si nos ponemos de acuerdo en que es mejor aclararemos el punto. Pero que en contenido se ha perdido, por el temor al error, en eso estaremos todos de acuerdo. Prefiero cualquier grabación histórica de los grandes al fatuo moderno y adocenado de una "perfección" de la superficie solamente

¿Se cantaba ópera antes mejor? ¿Los músicos eran mejores?, ¿Pelé era mejor que Messi? Un estilo, una escuela, desde luego hay que conocer todo, ver todo y dejar que lo auténtico te toque, te ponga la piel de gallina te haga llorar o gritar, pero eso no tiene que ver con antes o ahora, tiene que ver con dar vida, dar nuestra vida cuando hacemos lo que amamos, ponernos a disposición del arte para crear algo vivo. El mundo hoy va más rápido, hay más competencia y todos queremos ser famosos tener un sitio privilegiado para llenar nuestro ego o simplemente para asegurarnos un buen sueldo. Estoy algo cansado de oír "tiene unas condiciones increíbles, trabaja muy duro..." y se valora eso, el virtuosismo, el ponerse la pierna detrás de la oreja mientras se hace un triple tour en l'air después de un mortal y tres flip flap. Pero se llega a eso, solo para llegar a hacerlo, por repetición, por cabezonería, no desde el alma, desde la necesidad de que salga del estómago, de las costillas de los pulmones de debajo de la piel todo lo que nos enciende. No se si se baila mejor ahora que antes, no estaba allí, aunque vídeos si que he visto. Lo que si me da la impresión es de que se ha convertido un poco en un circo. Hay que ser diferente, llegar más lejos más alto para diferenciarnos.

Creo que tenicamente hoy se baila mejor, pero la parte interpetativa y lo que es mas importante el estilo se ha perdido y lo lamentable tambien es que el publico tampoco sabe diferenciarlo. Los concursos que son importantes para descubrir nuevos talentos se convirtieron en competencias donde gana el que mas salta o mas gira sin ver nada mas.

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Por Pies

Sobre el blog

Un espacio para la reflexión y la crítica de la danza y el ballet. Su historia y avatar en el mundo global, los cambios estéticos y los nombres propios en una escena universal y dinámica. Ballet clásico, moderno y contemporáneo; danza actual y teatro-danza; ballet flamenco y danza española; festivales, teatros y compañías, diseños, música y tendencias; los grandes coreógrafos junto al talento emergente. La DANZA es una y así debe glosarse y ser estudiada desde todos sus ángulos, como verdadera materia de cultura.

Sobre el autor

Roger Salas

es el crítico de danza y ballet del periódico EL PAÍS desde hace 28 años, con una breve pausa cuando participó en la aventura de la revista "EL GLOBO"; nació en Holguín (Cuba) en 1950, estudió piano y presume de autodidacta. Emigró a Europa en 1982 y ha publicado dos libros de cuentos, una novela y varios ensayos sobre ballet, ciencia coréutica y danza española. Roger cree, como dijera Maya Plisetskaia un día, que "la danza salvará al mundo".

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