La política lo anega todo, lo ocupa todo: las tertulias
de primera hora; las de media mañana; las vespertinas, etcétera. Nuestros
diputados hacen una declaración, incluso emiten un flatus vocis, pero los
medios se aprestan inmediatamente a recoger
sus palabras, deseosos de dar sentido a lo que carece de razón.
Ayer mismo, sin ir más lejos, Esteban González Pons
soltó lastre --lastre verbal, quiero decir-- y la prensa estaba allí para
registrar sus hueras declaraciones. ¿Hueras? No hay sustancia ni miga ni
enjundia. Lo característico de González Pons es el ornamento y el aderezo. Como
es usual en él, habla afectadamente, con la hondura de quien se escucha. Se le
nota que siente mucho placer al articular un sermón o al pronunciar un
discurso.
Es o se cree un vate de altura. La verdad es que talla
no le falta: sus centímetros y su creciente corpulencia hacen de él un hombre
imponente. En unas pasadas elecciones le llamaban el cuerpo y su guapeza era celebrada. Bien rasurado, con el pelo entrecano, con un cuello ancho de tipo fornido. Si se lo propone, de su tráquea sale la mayor pavada.
De momento habla en prosa, pero no lo sabe. De sus
pinitos líricos en móvil con lenguaje entrecortado y de estos cacharros, le
queda cierto aire de poetastro. Lo pude comprobar en su libro de memorias, Camisa blanca, que leí con fervor y decepción. Digo fervor porque me gusta la
literatura circunstancial, aquella en la que los políticos se justifican con
sintaxis notarial. Pero me decepcionan cuando se sienten literatos de postín.
Es el caso de Esteban González Pons.
Para pasmo de mi hijo, que hizo la prueba, en
cualquier página el autor ponía empeño lírico, un esfuerzo que acababa en cursilería. La
literatura de González Pons es muy amanerada, dicen los críticos más finos. Yo
no sé si es exactamente así. ¿Amanerada? No, la prosa de González Pons carece
de maneras, de formas: tras su tono afectado, aparece la nada, un portavoz de
la nada.
Hay 5 Comentarios
Yo resumiría a Esteban Gonzalez Pons, doctor en derecho, de la forma siguiente: "bla, bla, bla, o cha, cha, cha, que lo mismo da".
Publicado por: Llorenç Crespo i Andrés | 28/02/2013 7:44:09
Bárcenas es, seguramente, el mejor exponente de un fin de época en España. Fueron años de dinero, corrupción y desvergüenza... Entra en Vergüenza de país: yestheycan.blogspot.com
Publicado por: Verguenza de país | 27/02/2013 13:40:25
GONZALEZ PONS HABLA SIEMPRE "EX CATHEDRA". SERIO Y ENGOLADO. CREE QUE DICE ALGO IMPORTANTE Y UNICAMENTE DICE OBVIEDADES. ES EL PORTAVOZ DEL "Y TU MÁS".
Publicado por: jose luis sanchez | 27/02/2013 12:11:01
Cuidado, Justo que estás tocando a dos... (de momento...) que peligra tu puesto, tu jubilación, tu pasaporte...lo que se propongan jejeje.
Un saludo y sigue así.
Publicado por: Gerk | 27/02/2013 11:32:06
Me ha encantado el Post a Pons yo le llamo 'el repelente niño Vicente 'es como el acústica de la clase
e cada vez que habla mete la patita,ahora la 'cantinflada'de la Cospedala fue de aúpa,
Mama mía que 'politiquejos',,,,..,,
Publicado por: Nieves | 27/02/2013 11:16:29