El Partido Socialista es una formación generalmente temida o
despreciada por sus rivales. ¿Hay razones? Sin duda, el PSPV no siempre
lo ha hecho bien. A veces, incluso, muy mal. Ha pecado de arrogancia,
como si tuviera la hegemonía de la izquierda local. Y ha pecado de
moderación: como si sólo dicha organización fuera un partido de orden.
Bueno, pues vamos a darle la vuelta al argumento y creo que Ximo Puig
nos puede ayudar: la izquierda será hegemónica en la Comunidad
Valenciana si hay un partido socialista fuerte, si hay otras formaciones
con aspiraciones; una organización de Gobierno, una coalición para
formar un Gabinete, será posible si dejan de lado las mezquindades.
Juntar en un debate a un militante crítico y a un secretario general no
es un acto irrelevante. Hay muchas y poderosas razones para acudir a un
evento de esta clase. No es una conmemoración nostálgica; no es una
celebración de las gestas del grupo; no es una exaltación de lo propio.
Es, por el contrario, un diálogo sutil, una discusión de altura y de
hondura en el que un secretario general se mide con sus militantes más
preparados.
Y Ximo Puig es un dirigente de sólida formación.
Tiene, quizá, que soltar amarras, que ser osado frente a un aparato,
frente a una estructura orgánica de armas tomar. Puig ha demostrado
audacia aceptando este desafío que yo planteé semanas atrás. ¿Sabrá
apoyarse en los ciudadanos, en los militantes? Los aparatos de los
partidos son necesarios, qué duda cabe, pero no son la fuente de
legitimidad. Y no pueden ser el oigen del poder.
Que lo piensen
bien: Fran Sanz y Ximo Puig me deben convencer para que apoye a los
socialistas. Yo no milito, yo no soy un voto cautivo ni soy un estómago
agradecido. Necesito tener la convicción intelectual y moral de que el
PSPV es uno de los instrumentos del cambio. Uno de los instrumentos. Los
restantes partidos deberían empezar a organizar actos semejantes. De
paso, una lectura o relectura de Antonio Gramsci y, en fin, de Tony Judt
no vendrían mal. A todos les podrían beneficiar.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/27/valencia/1367090286_201570.html
Bueno, pues vamos a darle la vuelta al argumento y creo que Ximo Puig nos puede ayudar: la izquierda será hegemónica en la Comunidad Valenciana si hay un partido socialista fuerte, si hay otras formaciones con aspiraciones; una organización de Gobierno, una coalición para formar un Gabinete, será posible si dejan de lado las mezquindades.
Juntar en un debate a un militante crítico y a un secretario general no es un acto irrelevante. Hay muchas y poderosas razones para acudir a un evento de esta clase. No es una conmemoración nostálgica; no es una celebración de las gestas del grupo; no es una exaltación de lo propio. Es, por el contrario, un diálogo sutil, una discusión de altura y de hondura en el que un secretario general se mide con sus militantes más preparados.
Y Ximo Puig es un dirigente de sólida formación. Tiene, quizá, que soltar amarras, que ser osado frente a un aparato, frente a una estructura orgánica de armas tomar. Puig ha demostrado audacia aceptando este desafío que yo planteé semanas atrás. ¿Sabrá apoyarse en los ciudadanos, en los militantes? Los aparatos de los partidos son necesarios, qué duda cabe, pero no son la fuente de legitimidad. Y no pueden ser el oigen del poder.
Que lo piensen bien: Fran Sanz y Ximo Puig me deben convencer para que apoye a los socialistas. Yo no milito, yo no soy un voto cautivo ni soy un estómago agradecido. Necesito tener la convicción intelectual y moral de que el PSPV es uno de los instrumentos del cambio. Uno de los instrumentos. Los restantes partidos deberían empezar a organizar actos semejantes. De paso, una lectura o relectura de Antonio Gramsci y, en fin, de Tony Judt no vendrían mal. A todos les podrían beneficiar.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/27/valencia/1367090286_201570.html
Etiquetas: Compromís, Esquerra Unida, Fran Sanz, Justo Serna, PSPV, Ximo Puig