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¿Trenes rigurosamente vigilados?

Por: | 29 de julio de 2013

¿Un tren desbocado? (27 de julio de 2013)

ViasdetrenLlevo varios días asombrado y entristecido por el accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Me he informado. Pero de forma antigua: sólo a través de la prensa.

No he visto la televisión, por tanto me he ahorrado el minutaje de morbo con el que las cadenas han competido. Eso es lo que me han dicho que ha pasado: imágenes impactantes mil veces repetidas, angustia, dolor, sangre. Se pretextará que eso es un accidente. Sí, si quitamos la repetición y sí si quitamos el regodeo. La televisión tiene eso: una noticia de alcance sólo se mantiene si hay imágenes, si hay declaraciones, si hay intervenciones, si hay un reportero desplazado al lugar de los hechos para preguntar a testigos.

Pero la información cuesta. Cuesta dinero, pero sobre todo cuesta esfuerzo. Informarse es documentarse, contrastar los datos, confirmar o descartar hechos y, sobre todo, informarse es indagar, averiguar aquello que no se sabe. Es obtener peritajes, exámenes de gente que sabe. En este caso, desde lo dicho por Renfe, Adif, hasta lo declarado por el sindicato de maquinistas y el propio conductor.

Desde el primer momento me dije que la seguridad de tantas personas no puede depender sólo de la intervención humana. A lo largo de la historia ha sido así cuando no había suficientes medios técnicos que permitieran controlar las previsibles situaciones de riesgo. ¡Pero ahora! Hay sistemas de frenado automático. En el caso del AVE no se deja margen al error o a la inconsciencia humana. Pero puede fallar el control técnico. En el caso del Alvia, sí hay margen para la acción del maquinista, para el acierto o el error humanos. En todo caso, el conductor del convoy siniestrado dice que fue advertido por las señales sonoras y que accionó el sistema de frenado sin que aquello funcionara. Eso justificaría un recorrido de cuatro kilómetros a 190 por hora. ¿Un tren desbocado?

Sigo esperando una respuesta común, cabal, concertada sobre lo ocurrido. Para quienes somos ignorantes de la circunstancia técnica, la mucha información nos desconcierta, nos abruma: es como un espejismo que nos hace ver lo que no es o lo que creemos que es. Hace falta una respuesta política que con autoridad relate y ordene, descarte y presente. Lamentablemente, no es el caso.

 

El maquinista de lo general (29 de julio de 2013)

MaquinistaTras la declaración ante el juez parece que se corrobora alguna irresponsabilidad por parte del maquinista: lo que él llama "despiste". Sin duda, que por un despiste en la condución ferroviaria se puedan provocar tantas muertes y víctimas nos horroriza. Pero, si no ando equivocado, se percibe a la vez un sentimiento de pena y rabia entre espectadores, lectores, internautas. Muchos quieren culpar en última instancia a los organismos estatales y a laz corporaciones ferroviarias: Renfe y Adif y de paso al Gobierno.

¿Acaso por sectarismo? Nos cuesta culpar a un hombre solo, estrecho de hombros, también ensangrentado e insignificante, un tipo como nosotros, un cualquiera: un conductor sin relevancia, un maquinista de lo general. En cambio, los organismos políticos serían para nosotros los responsables directos por no haber invertido suficientemente en materia de seguridad.

Imaginemos que el argumento del ministro del Interior, de Renfe y Adif fuera cierto y sobradamente inculpatorio: la culpa fue del maquinista, alguien que habría obrado temerariamente. Sí, podríamos admitir, pero yo no quiero que mi seguridad, cuando tomo un Alvia, acabe dependiendo del factor humano: somos humanos, parece ser que dijo el maquinista. Sí, hay, debe haber, controles y mecanismos técnicos que impidan despistes. Cuando me operen, yo quiero que mi suerte no dependa sólo de la atención o de desatención del cirujano.

¿Tanto cuesta de entender? Para intelectuales de postín, mi argumento sería irresponsable, víctimista e incluso infantil. No fui yo, no fui yo, que fue el maldito Sistema quien se apoderó de mí, chillaré. Mi pretexto sería típico de la cultura de la queja. Hemos de aprender, dirán, a asumir las consecuencias de nuestros actos. Cierto, cierto.

Por eso mismo, como somos tan poco fiables, como somos tan inconstantes, como somos tan decepcionantes, la seguridad no puede depender de una pareja, de un humano. Yo mismo, por ejemplo, me trastorno o me despisto en un plis plas. Sólo cuando el equipo técnico falla, prefiero que me guíe un experto conductor. Ése es el momento en que Dave le apaga las neuronas a HAL.

¿Es tan difícil de entender?

Hay 2 Comentarios

¿Tanta tecnología y no hay un sistema que detecte que el tren va a alta velocidad ante la proximidad de una curva?

Cosas que no tienen sentido ni explicación...

Vivimos una época en la que curiosamente las grandes tragedias siempre ocurren ante una cámara. ¿Por qué será? ¿Qué hace que estando tan vigilados la vigilancia sea ineficaz, incapaz de evitar que dichas tragedias se produzcan?

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Presente Continuo

Sobre el blog

Un historiador echa un vistazo al presente. Éstas no son las noticias de las nueve. Pero a las nueve o a las diez hay actualidad, un presente continuo que sólo se entiende cuando se escribe: cuando se escribe la historia.

Sobre el autor

Justo Serna

es catedrático de la Universidad de Valencia. Es especialista en historia contemporánea. Colabora habitualmente en prensa desde el año 2000 y ha escrito varios libros y ensayos. Es especialista en historia cultural y ha coeditado volúmenes de Antonio Gramsci, Carlo Ginzburg, Joan Fuster, etcétera. De ese etcétera se está ocupando ahora.

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