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Presente Continuo

Sobre el blog

Un historiador echa un vistazo al presente. Éstas no son las noticias de las nueve. Pero a las nueve o a las diez hay actualidad, un presente continuo que sólo se entiende cuando se escribe: cuando se escribe la historia.

Sobre el autor

Justo Serna

es catedrático de la Universidad de Valencia. Es especialista en historia contemporánea. Colabora habitualmente en prensa desde el año 2000 y ha escrito varios libros y ensayos. Es especialista en historia cultural y ha coeditado volúmenes de Antonio Gramsci, Carlo Ginzburg, Joan Fuster, etcétera. De ese etcétera se está ocupando ahora.

Eskup

Algunos hombres buenos (Partido Popular)

Por: | 30 de agosto de 2013


CarlosFlorianoporEFE1. Carlos Floriano. Impecablemente vestido de acuerdo con la moda de hace veinte años, Carlos Floriano se asfixia. Luce una corbata de color metalizado: con motitas. Es un señor con arrugas faciales propias de rústico. Siempre tiene la cabellera a punto de desbordarse: disfruta de ondas, puntas y extensiones. Todo en Floriano es así. Sobrante. Como sus labios gruesos, quizá sensuales, increíblemente carnosos, casi befos. Cada vez que habla me pongo a cubierto. Temo la insidia y la lascivia.

 

 

EstebanGonzalezPonsporEFE2. Esteban González Pons. Es portavoz, vale decir, carece de voz propia. Siempre habla por otros y además lo hace con énfasis y retórica, con lentitud y prosodia. O eso cree. Tiene el pelo cano, luce bronce y una dentadura blanqueada. Justo por ello le llaman El Cuerpo: se asemeja a George Clooney. Eso sí, un George Clooney atocinado, de anchísimo cuello y paquete hispano. González Pons es un señor verboso y lírico. De camisa blanca y jeans avejentados. Carece de ideología. Otros dicen que tiene ideas.

 

 

JoseIgnacioWertporEFE

 

3. José Ignacio Wert. Es cabezón, pero no por su testa poderosa y calva, sino por un par de ideas que atesora y guarda en la cartera: aparte de las matrículas de honor. Las compartió con Edurne Uriarte y ahora ya no. Se sabe listo, excelente y resultón. No está confirmado que sea fino o caviloso. Le pierden su verbo airado y su genio. Viste estrecho e italiano y se ahoga en su traje de bufón. En efecto, no tiene buen color: luce una piel malsana y una sonrisa de ratón.

 

 

 

CritobalMontoroporEFE

 

 

4. Cristóbal Montoro. Por su aspecto parece un ave, un ave picuda y salvaje. Así es. Se presenta feo, fiero y fanfarrón, como gallo de pelea. Pero es algo más. Ejerció de catedrático y ahora se conforma con el Ministerio del Ramo: el de Hacienda. Es, pues, el Hombre del Saco. Temible... De sonrisilla fácil, resulta un comeniños socarrón. Nos falta al respeto, nos quita los cuartos y nos responde siempre con cara de asco. Como hombre creyente y de sacristía bendice y nos inflige los recortes. Viva vocecilla de hombrón.

 

AnaMatoporEFE5. Ana Mato. Ignoro las cualidades de esta persona para estar al frente del Ministerio de Sanidad, que es trabajo muy delicado. Cuando habla hiere. Estudió Políticas y en política se quedó. Está permanentemente bronceada, casi carbonizada, como es normal en el barrio de Salamanca. Lleva siempre trajes de idéntico corte, de niñita: semejante hechura con colores pastel. Luce un peinado rubio con mechas, como una jovencita intemporal. No se le conocen habilidades especiales para ejercer el mando en plaza. Empezó en la 'fontanería popular' y en eso se quedó. Eso..., aparte de casarse y separarse de don Jesús Sepúlveda, un señor con nombre de ganadero taurino, aunque sólo tenga un Jaguar. A la familia se la relaciona con el caso Gürtel. El Caso..., El Caso. La verdad es que sí: la señora Mato es un caso.

 

Para qué leo

Por: | 28 de agosto de 2013

JSporVSLeo para interpretar, para explicar, para escribirlo inmediatamente, para anotármelo.

Pero la glosa ha de ser humilde y apegada a la palabra ajena. En el doble sentido de la expresión: ha de estar cerca de lo que el autor escribió y ha de mostrar apego por lo descubierto. ¿Por qué razón? Para evitar las conjeturas dementes o soberbias, propias de un lector sabelotodo.

El autor dejó algo dicho y eso que queda me concierne directamente: me hace recordar cosas que ignoraba saber y cosas nuevas que me cambiarán, que me producirán efectos. Por eso leo para interpretarme, para explicarme por afinidad o por contraste, sabiendo a la vez que me altero, que me trastorno: que todo esto traerá consecuencias.

Aumenta el enigma, aquello que no conozco o no conozco bien. Ignoro los efectos de esta lectura. Y el resultado es una y otra vez la conjetura sin fin.

¿Derrota tras derrota hasta la lectura última? Yo sé que nunca llegaré al estadio de aquel personaje de Julio Cortázar: de él se decía que tenía todos los libros leídos.

Yo aún estoy releyendo.

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Ilustración: Justo Serna por Víctor Serna

Todos a la cárcel

Por: | 26 de agosto de 2013

Rita-Barbera-junto-Camps-celebracion-tercera-legislatura

Uno. Leo un noticia en Valencia Plaza. Trata de edificios de la Generlitat Valenciana, esos locales e inmuebles de los que el Consell quiere desprenderse para tener liquidez. Es una crónica muy seria.

Como se supone que las dependencias administrativas se van a concentrar en el complejo Nueve de Octubre, ahora les sobran antiguos emplazamientos. En La farsa valenciana (Foca) hablo de estos despilfarros.

Dos. Yo tengo un corresponsal desplazado a lo bajos fondos. Vive en los corredores de palacio, en los pasillos de la Generalitat, en los sumideros del poder. Es mi garganta profunda.

Me dice que en la caja fuerte que dejó Francisco Camps en la Generalitat sólo había un billete de cinco euros; algo de calderilla en un recipiente de Cola Cao; una lata de berberechos sin abrir; un preservativo sin usar que caduca en 2020; un ejemplar de la Biblia, con manchas de humedad o de otras humedades irreconocibles; un paquete mediado de folios galgo; y, fin, las escrituras del patrimonio inmobiliario de la institución. Es decir, no hay liquidez, cosa extraña para quienes vivían en la tierra prometida, ese sitio con líquido, con mucho líquido: con ríos que manan leche y miel.

Tres. Valencia Plaza titula la noticia de un modo que me resulta indescifrable: "El Consell ahuyenta a los fondos buitres interesados por las antiguas consellerias".

Creo entender que estamos hablando de la especie de las rapaces, que --si o me equivoco-- se alimentan de despojos orgánicos, etcétera. Las aves están a la expectativa y en cuanto advierten debilidad o incluso peligro de muerte se lanzan como fieras, como fieras que son, a zamparse su apetitoso y nutritivo plato.

Cuatro. ¿Es así o no es así? Entonces, eso significa que el complejo Nueve de Octubre, antigua Cárcel Modelo, salvará a los empleados del Consell: ya no estarán a la intemperie con riesgo de ser devorados por los buitres y por otras alimañas.

En La farsa valenciana no hablo de aves, pero hablo de algunos pájaros que han ascendido mucho, mucho. Algunos han volado alto, creyendo que el viento soplaba siempre a favor. De repente han descubierto que, aun batiendo sus potentes alas, la caída no será menos morrocotuda. En septiembre empieza el calvario del Partido Popular de la Comunidad.

Cinco. Qué raro es todo y qué metafórico. En el aeropuerto de Castellón hay halcones sobrevolando para zamparse los conejos que corretean por las pistas. Creo que, semanas atrás, el halconero del aeropuerto fue imputado por traficar con animales exóticos. Así rezaba el titular. En Valencia tenemos aves de presa y mucho exotismo animal.

Estamos hechos unos fieras.

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http://buff.ly/14TWibh

http://elpais.com/diario/2010/02/03/cvalenciana/1265228290_850215.html

Las grasas de Mariano Rajoy

Por: | 24 de agosto de 2013

PaseodeMarianoRajoyEFE

Uno. Según creo, el presidente del Gobierno camina. Leo en 'El País': "Fugaz paseo de Rajoy en sus últimos días de vacaciones".

He de admitir que el titular de la noticia del periódico me ha perturbado. No lo entiendo muy bien. Llevo un par de días tratando de interpretar los hechos. Leo en el subtítulo: "Los periodistas que se acercaron al lugar no pudieron formular preguntas porque solo se les permitió seguir el paseo a unos dos minutos de distancia". Literalmente. Primero sale una comitiva de políticos de charla insignificante que hablan del bronceado de la consejera, etcétera. Cosas así. Caminan a un ritmo vivo; y luego sigue un convoy de periodistas, como corderitos. ¿Era preciso?

Dos. Leo la noticia y me lo vuelvo a repetir. ¿Era preciso? Paso inmediatamente al vídeo para comprobar, para confirmar el desarrollo de los hechos. Todos luciendo camisa blanca o clara con barriguitas prominentes o, sencillamente, con barrigas sobresalientes. ¿Era preciso mostrar el exceso grasiento? Se nota que Rajoy ha comido abundantemente. Yo haría lo mismo en tiempos de incertidumbre.

Cualquiera sabe qué pasará este otoño. Cuando los catalanes por cientos, por miles, por millones..., salgan a la calle, cuando los académicos del Principado se reúnan para debatir sobre lo más urgente que nos preocupa ('Espanya contra Catalunya'), el mundo se hundirá a nuestros pies. Conviene, por tanto, caminar ahora. En septiembre, en octubre, en noviembre, nadie sabe si existirá España. O este Gobierno. O Artur Mas. O, como dicen en los telediarios: Ártur Mas.

Tres. Hay que rebajar, echar lastre. Yo mismo estoy pensado en eso. Es lo que haré cuando regrese a clase, cosa que ocurrirá en diciembre de 2016 o 2017 (mientras tanto tengo vacaciones, como muchos profesores). Entonces, tras años de veraneo, meexhibiré gordo y reluciente. Para festejar el final de mis vacaciones convocaré a un grupo de estudiantes. ¿Con qué objeto? Con el fin de que me sigan a dos minutos: con ardor, con rencor o con amor.

Cuatro. Vivo en una pesadilla. ¿Esto es real? ¿Pero qué repertorio de inútiles nos gobiernan? Trato de no insultar cuando escribo, pero este episodio es tan ridículo que ya no me muerdo la lengua. Ahora me perdonarán: voy a ver si alcanzo a la comitiva de Rajoy.

La farsa valenciana, episodio cuatro. Redifusión

Por: | 23 de agosto de 2013

Exclusiva. Las grabaciones valencianas

La farsa valenciana, episodio tres. Redifusión

Por: | 22 de agosto de 2013

La farsa valenciana, episodio tres. Redifusión

La farsa valenciana, episodio dos. Redifusión

Por: | 22 de agosto de 2013

La farsa valenciana, un cuento de hadas

Esta es la historia de un cuento de hadas. Maravillas de la realidad, fantasías ordinarias. Esta es la historia de jóvenes príncipes que se enriquecieron y de damas que se ennoblecieron. Valencia fue tierra de promisión, un reino inacabable. Allí todo fue posible, allí todo se arruinó.


La farsa valenciana, episodio uno. Redifusión

Por: | 20 de agosto de 2013

La farsa valenciana (Foca, 2013) es un libro sobre la corrupción, sobre el clientelismo, sobre los usos y abusos del poder. Por las páginas del libro desfilan personajes impensables, una parada de monstruos. Análisis y guasa, humor negro y drama.

 

 

¿Los profesores tenemos mala prensa?

Por: | 19 de agosto de 2013

ProfesorLos profesores tenemos mala prensa. Al menos los docentes universitarios. Que si tenemos unas vacaciones inmerecidamente largas, que si cobramos sueldos fastuosos, que si llevamos una vida de opulencia.

Les garantizo que el profesor de Universidad trabaja, da clases e investiga. Investigar es estudiar, estudiar sin parar, leer, vivir para incrementar el conocimiento, sabiendo además que tus actualizaciones son provisionales, incompletas, caducas. Precisamente por eso lees más y lees con tino, racionalizando tu tiempo.

El resultado puede ser un libro, un artículo académico, el capítulo de un volumen, la ponencia presentada a un congreso. Y de paso lo que lees y aprendes beneficia a tus alumnos, pues ellos reciben nuevos datos, nuevas interpretaciones, nuevos enfoques. Te sientes mejor en las clases, pues tienes la certeza de que has hecho bien tu trabajo y de que careces de fines de semana: te llevas trabajo a casa, pues se trata de seguir leyendo, aprendiendo, documentándote.

Digo esto porque yo no he dejado de leer, de aprender, de documentarme en esta vacación... ¿inmerecidamente larga? Estamos a 19 de agosto y creo que me precipito a un septiembre agotador. Mientras tanto me tonifico.

Mariano Gasoy

Por: | 13 de agosto de 2013

CarpantaUno. Por una grave irresponsabilidad como ciudadano no he prestado mucha atención al contencioso de Gibraltar. Sí, ya sé que la palabrita ('contencioso') es un tópico expresivo que se emplea con muchísima frecuencia. Pero como estoy irresponsable y perezoso no me he esmerado.

Sé que hay pescadores que ven peligrar su trabajo y sé que en Gibraltar Fabian Picardo se ha hecho bien visible. El ministro de Asuntos Exteriores español ha aprovechado la circunstancia para lanzar soflamas, palabra que por sí sola ya parece incendiar.

Dos. Y sé que Mariano Rajoy ha demostrado ser una vez más un estadista accidental. Está aquí como podría estar en Matalascabrillas del Duque ejerciendo su profesión de registrador. Lo malo es que Matalascabrillas es un invento de Forges.

Igual que Mariano Rajoy es un resistente de tebeo, como para no morir. Como Carpanta, aquel héroe de la historieta, ideado por Escobar. Pero atención: Carpanta duró décadas. Sólo le bastaba con ingerir accidentalmente. Vivía bajo un puente, sin cariño ni oficio. Únicamente pensaba en ingeniárselas para sobrevivir.

Mariano Gasoil, que dice un familiar mío, resiste (como los motores diesel) y se las ingenia para sobrevivir.

Nada más.

El País

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