En la Comunidad Valenciana hemos padecido distintos gabinetes, distintos ayuntamientos, con granjerías, con mordidas, con cargos públicos untados: generalmente del mismo partido. De cuando en cuando, militantes y dirigentes de esa formación nos aleccionan con mucho aspaviento. El caso Brugal, el caso Emarsa, el caso Orange Market, el caso Gürtel, el caso Cooperación, el caso Fabra son sólo algunos de los escándalos más conocidos. Desechos, aguas, eventos, comisiones inmobiliarias, saqueo de fondos públicos, prevaricación son una parte de los presuntos delitos cometidos.
¿Cuál es el funcionamiento? Hay recursos --incluso recursos escasos-- y de ese fondo nos apropiamos con favores. Repartimos contratas a manos llenas (en época de obras edilicias). Y a cambio esperamos una compensación por la que te dispensaremos protección legal o institucional. Yo te favorezco para que tú me beneficies. Todo estos casos --y otros-- están aún en curso. Por tanto no hay culpables por sentencia judicial. Pero en todos se huele el nauseabundo pestazo de la corrupción.
Si estuviéramos en Italia, hablaríamos de Mafia, de Camorra, de 'Ndrangeta. Como estamos en España hablamos de picaresca: es un crimen sólo levemente desorganizado, con avispados comisionistas, con contratistas que hacen presentes, con listos que se lo llevan crudo sin que nadie parezca enterarse. Don Luis Bárcenas es un epítome, palabra feísima que significa ejemplo, muestra significativa, quintaesencia. Pero don Luis Bárcenas es también una pulga, un bicho que no hace manada. O eso creen en el PP.
Hay un relato de Julián Barnes que forma parte de Una historia del mundo en diez capítulos y medio(1989). En el primer capítulo alguien cuenta el episodio del Diluvio Universal. Y cuenta los avatares y el destino del Arca de Noé. Noé era un tipo que sólo miraba por sí y para sí, un hombretón al que le gustaba el vino, maltrataba los animales --que a su vez eran piezas de armas tomar-- y, francamente, su conducta general era más que dudosa.
En el Arca se hacían toda clase de trapicheos, en fin. Aquello era un centro de perdición, pero ya ven: de su supervivencia venimos los contemporáneos, ¿no es cierto? ¿Y por qué sabemos todo esto? Porque alguien nos lo cuenta: un bichito ¿Quizá una pulga? ¿O acaso una carcoma? En todo caso, un bichito narrador, muy dado a sus negocios. ¿Lo creemos?
Don Luis Bárcenas es una pulga y don Mariano Rajoy no es Noé: le falta un comportamiento más tiránico y más hablador. Pero el PP sí que es el Arca o un contenedor: está lleno de bestias supervivientes que de momento logran salvarse del gran Diluvio. Estaremos pendientes del relato la pulga (o de la carcoma). Ahora, desde que está largando, ya nadie la ama en el Arca. Pero en Soto del Real sí que se hace querer: allí varó la Nave