Uno. Leo un noticia en Valencia Plaza. Trata de edificios de la
Generlitat Valenciana, esos locales e inmuebles de los que el Consell
quiere desprenderse para tener liquidez. Es una crónica muy seria.
Como se supone que las dependencias administrativas se van a concentrar
en el complejo Nueve de Octubre, ahora les sobran antiguos
emplazamientos. En La farsa valenciana (Foca) hablo de estos despilfarros.
Dos. Yo tengo un corresponsal desplazado a lo bajos fondos. Vive en los
corredores de palacio, en los pasillos de la Generalitat, en los
sumideros del poder. Es mi garganta profunda.
Me dice que en
la caja fuerte que dejó Francisco Camps en la Generalitat sólo había un
billete de cinco euros; algo de calderilla en un recipiente de Cola Cao;
una lata de berberechos sin abrir; un preservativo sin usar que caduca
en 2020; un ejemplar de la Biblia, con manchas de humedad o de otras
humedades irreconocibles; un paquete mediado de folios galgo; y, fin,
las escrituras del patrimonio inmobiliario de la institución. Es decir,
no hay liquidez, cosa extraña para quienes vivían en la tierra
prometida, ese sitio con líquido, con mucho líquido: con ríos que manan
leche y miel.
Tres. Valencia Plaza titula la noticia de un
modo que me resulta indescifrable: "El Consell ahuyenta a los fondos
buitres interesados por las antiguas consellerias".
Creo
entender que estamos hablando de la especie de las rapaces, que --si o
me equivoco-- se alimentan de despojos orgánicos, etcétera. Las aves
están a la expectativa y en cuanto advierten debilidad o incluso peligro
de muerte se lanzan como fieras, como fieras que son, a zamparse su
apetitoso y nutritivo plato.
Cuatro. ¿Es así o no es así?
Entonces, eso significa que el complejo Nueve de Octubre, antigua Cárcel
Modelo, salvará a los empleados del Consell: ya no estarán a la
intemperie con riesgo de ser devorados por los buitres y por otras
alimañas.
En La farsa valenciana no hablo de aves, pero
hablo de algunos pájaros que han ascendido mucho, mucho. Algunos han
volado alto, creyendo que el viento soplaba siempre a favor. De repente
han descubierto que, aun batiendo sus potentes alas, la caída no será
menos morrocotuda. En septiembre empieza el calvario del Partido Popular
de la Comunidad.
Cinco. Qué raro es todo y qué metafórico.
En el aeropuerto de Castellón hay halcones sobrevolando para zamparse
los conejos que corretean por las pistas. Creo que, semanas
atrás, el halconero del aeropuerto fue imputado por traficar con
animales exóticos. Así rezaba el titular. En Valencia tenemos aves de
presa y mucho exotismo animal.
Estamos hechos unos fieras.
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http://buff.ly/14TWibh
http://elpais.com/diario/2010/02/03/cvalenciana/1265228290_850215.html
Hay 1 Comentarios
¿Es broma no?
Deberían trasladar, directamente, el Congreso de los Diputados a Alcalá Meco
Publicado por: VícToR | 28/08/2013 8:30:00