Leo en El Mundo: "El presidente del PPCV, Alberto Fabra, ha defendido este domingo la necesidad de que la clase política sepa escuchar a los ciudadanos".
No está mal dicha declaración en un político que lleva décadas con los oídos encerados, pisando moqueta y sometido a sus jerarcas.
Que sepa escuchar, que la clase política sepa escuchar, dice Fabra, y que "trabaje para que estos [los ciudadanos] no la vean como el tercer problema del país "mirándoles a los ojos, estando con ellos y sabiendo qué es lo que buscan". La sintaxis es trabajosa, faltan comas, pero se entiende: los ciudadanos ya no miran; sencillamente sospechan. Por principio.
"A mí no me preocupa que la oposición me llame Fabra, yo lo que quiero es que el ciudadano me llame Alberto, su presidente, esa persona cercana que está con ellos".
Aparte de la prosa, estos párrafos me han puesto triste: tengo el día llorón y leer una declaración como ésa, una declaración petitoria, con esa sintaxis me pone quejoso. ¿La oposición le llama Fabra? Pues sí que es una pena... Que me llamen Alberto. Que me llamen Serafín.
¿Qué hemos hecho para merecer políticos tan mediocres, Alberto? Me refiero a esas gentes que empezaron en el partido y que de su covacha ya no salieron. Me refiero a esos líderes, como Fabra, que nunca abandonaron el despacho o el escaño. Me refiero a esos representantes que no dejaron la poltrona.
"El hombre prefiere ser tenido en gran consideración por aquello que no es a ser tenido en poca consideración por aquello que realmente es", advertía Fernando Pessoa.
Alberto no es --no puede ser únicamente Alberto-- porque siempre estuvo en la poltrona, pisando moqueta y tratándose con gente principal. Fabra lo es porque su padre se apellida así. ¿Un baldón? Alberto prefiere ser tenido en gran consideración por aquello que no es. En fin...
"Los realistas hacen las pequeñas cosas y los románticos las grandes. Para ser gerente de una fábrica de clavos hay que ser realistas. Para gobernar el mundo hay que ser romántico", apostillaba Pessoa.
Que no se equivoque. El romántico Alberto no gobierna el mundo. Fabra sólo es gerente de una fábrica de martillos. Si naciste pa martillo, del cielo te caen los clavos.
Si naciste pa silbato, nunca llegarás a trompeta.
Hay 1 Comentarios
Esta gentuza solo busca frases para quedar bien, no nos engañarán con frases simplonas, la historia reciente así lo demuestra que no es verdad lo que dice.
Saludos... Félix.
Publicado por: Félix Francés | 31/03/2014 20:42:28