Uno. Francisco Camps y R
afael Betoret compartieron Gobierno, ideología y sensibilidad. Compartieron un modo de hacer.
El primero logró escaparse de la causa de los trajes gracias a un Jurado superchévere; el segundo, por el contrario, admitió en sede judicial haber sido agraciado por la trama Gürtel con ropa de cierto estánding.
Betoret devolvió los trajes y ahora el magistrado ordena que se emplee dicha indumentaria con fines benéficos.
Es un alivio que la Justicia establezca ese objeto para la ropa "usada". Ése es el adjetivo que emplea el
magistrado. La imagino rozada, con cerco de sudor en el cuello de la camisa, con lamparones en las solapas de las americanas y con bolsas en los pantalones.
Dos. En las fotografías que adjunto vemos a dos personas irreconocibles. Un amigo se empeña en decirme que son Camps y Betoret. Yo, si quieren que les diga la verdad, no los identifico.
Pero no por la indumentaria con la que presuntamente se camuflan (esos trajes...), sino por las gafas que usan. Claramente se parapetan tras lentes de aumento.
Quiero decir: dado el tamaño de las gafas, la montura y los cristales tan ahumados les tapan una parte importante de los rostros. Menudos.
Por la alegría que manifiesta el señor de la derecha (¡cómo no!), yo diría que dicho individuo es o puede ser El Fari (que en paz descanse). En cambio, el señor de la izquierda, arriba a la izquierda (¿cómo es posible?), me recuerda a un extraterrestre. Yo diría que parece salido de Star Trek.
¿Ustedes creen que yo puedo reconocer a Camps y Betoret en esas instantáneas? Nuestros dirigentes no gastan adminículos de tanto lujo. Ellos son más de ropa corriente, liviana, de entretiempo. Y de gafas de cinco euros.
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