Blogs Comunidad Valenciana Ir a Comunidad Valenciana

Jim Morrison, Young American

Por: | 21 de junio de 2014

JimMorrisonUno. No se sabe muy bien a qué razones concretas, a qué disgusto vital, se debe el vértigo creativo de Jim Morrison, el líder de The Doors (1965-1973).

¿A un padre militar y autoritario que asqueado por la existencia del hijo renunció a él en vida? Quizá un padre así siente decepción ante el vástago que ha de prolongar su trayectoria y que desmiente una a una todas las previsiones que sobre él ha hecho.

Su actitud fría y luego distante no hará sino incrementar el conato de rebeldía adolescente y el abismo generacional que separarán a Morrison de su progenitor. Quizá ese vértigo autodestructivo se debió a una creatividad caudalosa e indomable que el poeta no supo expresar adecuadamente y que acabó por doblegarle. Quizá se debió a un odio cuya energía no supo sublimar.

Morrison fue un tipo bien parecido, declaradamente guapo y viril, revestido de cuero negro, esa uniformidad siniestra tan característica del rechazo a lo burgués. Fue el vocalista y el letrista de un grupo cuyo nombre, The Doors, rendía homenaje a Aldous Huxley (The Doors of Perception) y a la ebriedad, a la alucinación inducida y a la exploración personal y dionisíaca. Pero no quiso ser una estrella del rock, un ídolo quinceañero, sino un poeta, un artista dispuesto a aventurarse valiéndose para ello de todos los soportes posibles.

Como indica el tópico y como él mismo confió, el creador, el auténtico creador, desvela y debela: en su expresión francesa —que él tanto admiró—, el creador es un crítico radical y un opositor del gusto adocenado y del poder. Siempre que pudo, Morrison hizo declaraciones contraculturales y proclamó una revuelta sin cuartel contra el orden mojigato y conservador de la América en que nació. Estamos en la segunda mitad de los sesenta.


Dos. En 1970 a Jim Morrison le hacen una fotografía policial. Es un chico enérgico y a la vez débil. Es un broncas. Es un norteamericano de gran fama cuya celebridad aún aumentará más tras su muerte, ocurrida en 1971.

Es un bad boy, alguien desorientado y desamparado (o que al menos así se siente desde tiempo atrás). Quiere vivir al límite, llegando hasta el fin: hasta el final de una resistencia, la suya o la del mundo que lo idolatra o lo condena. Él es y se siente poeta y las drogas y el alcohol forman parte de su mística de la creación genial.

Es o se cree un "Jinete en la tormenta", alguien solitario y audaz, ajeno a la meta que le han marcado, que él no ha elegido, alguien que vive con rabia las hipotecas con las que carga. La vida que le han previsto, que el padre le ha programado, es la reproducción inevitable de lo que el progenitor mismo ha heredado y de lo que ha logrado con obstinado esfuerzo: ser un gran oficial del Ejército.

La verdad de ese credo contestatario cobró mayor fuerza con la prueba de su muerte, de su extraña muerte ocurrida en París. Otros como él, Janis Joplin o Jimi Hendrix, habían perecido a los veintitantos años y sus vidas alucinadas se agrandaron hasta el mito. Entre los años 1970 y 1971 morían, pues, tres figuras torturadas del rock y dichos fallecimientos constituían el primer síntoma del vértigo creador y del abuso de estimulantes. La segunda generación del rock, de los Young Americans caía abatida. A la música de entonces la agigantaron precisamente esas derrotas y sirvió para mezclar el esteticismo con la muerte.

Hacer de la propia vida una obra de arte era una divisa del esteticismo nacido en Ochocientos, llevar hasta el límite las experiencias sensoriales, también. Arthur Rimbaud fue lectura familiar para Morrison, como lo fueron Jack Kerouac o Allen Ginsberg. Esta generación musical, la de Joplin, Hendrix y Morrison, quiso hacer del presente esa eternidad predicada desde el siglo XIX.

La vida es instante y la eternidad se resuelve en ese instante de vida. Lo que esta generación musical olvidó es que la existencia es también duración: instante y duración, presente y una cierta provisión de futuro.

Poco tiempo después, el punk haría del No Future su lema de combate.

 


http://puntodevistaeditores.com/tienda/young-americans-la-cultura-del-rock-1951-1965/

http://www.amazon.es/Young-Americans-cultura-rock-1951-1965-ebook

Hay 0 Comentarios

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Presente Continuo

Sobre el blog

Un historiador echa un vistazo al presente. Éstas no son las noticias de las nueve. Pero a las nueve o a las diez hay actualidad, un presente continuo que sólo se entiende cuando se escribe: cuando se escribe la historia.

Sobre el autor

Justo Serna

es catedrático de la Universidad de Valencia. Es especialista en historia contemporánea. Colabora habitualmente en prensa desde el año 2000 y ha escrito varios libros y ensayos. Es especialista en historia cultural y ha coeditado volúmenes de Antonio Gramsci, Carlo Ginzburg, Joan Fuster, etcétera. De ese etcétera se está ocupando ahora.

Eskup

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal