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Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas.

Por: | 10 de junio de 2014

HulaHoopLolitaUno. “Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.”


Dos. Leemos en Young Americans (Punto de Vista Editores): "Las costumbres sexuales se relajan. Es entonces, en 1962, cuando otro joven de 34 años, un prometedor cineasta llamado Stanley Kubrick, estrena Young-americans-450x600Lolita. El estrépito, de nuevo, será grande. Y aunque la película modifica algunos de los aspectos más controvertidos de la novela homónima de Vladímir Nabokov, como la edad de la nínfula o lo expreso de las escenas sexuales, las relaciones entre una niña de 14 años y un profesor de mediana edad eran algo escandaloso para la moral de la época.

"¿Qué destapa Lolita? ¿Qué expone a la luz pública? ¿La sexualidad de los niños? No exactamente, pues eso ya lo había advertido Sigmund Freud a comienzos del siglo XX. Más bien lo que la película muestra es la atracción, el deseo sexual que los adultos, en especial los hombres, sienten hacia las adolescentes, hacia quienes ya tienen cuerpo de mujer pero mentalidad de niñas. ¿Pederastia?

"El sexo ya no es sólo cosa de adultos, tampoco es algo que se desarrolle en la intimidad de un cuarto o de una estancia: el sexo es una joven de 14 años –en la novela tiene 12– moviendo el Hula Hoop en el jardín y un adulto de origen europeo, Humbert Humbert, sucumbiendo ante Dolores Haze: Dolly o Lolita o Lo. Lolita es una nínfula ciertamente: “una niña demoníaca”, al decir del narrador, en la que se mezclan una “tierna y soñadora puerilidad” y una “especie de vulgaridad descarada”: una doncella que embruja, una muchachita que ejerce un atractivo sexual desde su propia inocencia perversa. ¿Inocencia perversa? ¿Dónde arraiga la perversidad? ¿En Humbert Humbert o en Lo?"


Tres. Lolita (París, 1955). Leer esta novela es acercarse a uno de los clásicos del siglo XX, gracias a Vladímir Nabokov y gracias a Stanley Kubrick y su versión cinematográfica (1962): una autoría no puede sacudirse la otra.

La novela se presenta bajo la forma de una memoria personal, la memoria de alguien aquejado de 'pederosis' (¿y por qué no pederastia o pedofilia?). Es un estudioso europeo nacido en París, de padre suizo, y de madre... La progenitora tiene un oscuro origen. No sabemos precisar si irlandés o inglés.

En cualquier caso, nuestras dudas y los datos del narrador son los suficientemente significativos: el protagonista masculino tiene un origen mestizo, oscuro, europeo, un tipo importado y afincado en los Estados Unidos.

La memoria relata principlamente el año de convivencia entre este europeo, al que conocemos por el nombre de Humbert Humbert (H H), y Dolores Haze (Dolly o también Lolita).

Lo es una nínfula, es decir, una "niña demoníaca", cuya edad oscilará entre los nueve y los catorce años. Sin querer o queriendo, Lo, Dolores, Dolly o Lolita ejerce un atractivo un atractivo sexual afectando inocencia perversa.

¿Dónde está la perversidad? En H H o en Lolita? El primer contacto sexual no tiene lugar hasta que Dolores lo desea, esto es, H H, no la fuerza.

Agraciado con una herencia , con una renta heredada de un tío americano propietario de una empresa de perfumes, H H acude a los Estados Unidos. Allí ejerce su profesión de estudioso literario, concretamente de la cultura francesa e inglesa. Finalmente se hospedará con Charlote Haze, con quien se casa: viuda y madre de Lolita.

Su boda es una artimaña para estar más cerca de Lolita. Un accidente providencial acaba con Lotte. H H podrá huir con Lolita, emprendiendo un viaje por la América profunda, de costa a costa.

Ese año de convivencia, que comienza en agosto de 1947, es placentero y finalmente delirante. Lolita desparece, presumiblemente secuestrada por Clare Quilty, un oscuro personaje al que H H ve reaparecer en distintos papeles. Parece haber sido médico, directos teatral de Lolita, etcétera.

Cuando en 1952, H H vuelve a encontrar a Lolita, ésta ha contraído matrimonio con un joven robusto pero simple. Está embarazada. A pesar de proponerle una huida, H H sabe que Lolita es irrecuperable. De hecho sabremos después que morirá como consecuencia del parto.

El final de la memoria es la búqueda y el encuentro de Clare Quilty y H H, que aspira a ejecutarlo. El profesor empuña una pistola deliberadamente freudiana (eso mismo nos lo dice)...

La novela es la historia de una degradación contada por él mismo, por el varón europeo occidental que queda trastornado por la América resuelta y obscena. La memoria está precedidda de un "prólogo" d eun tal "John Ray, jr, Doctor en Filosofía", que subraya los valores psiquiátricos, literarios y finalmente morales del libro de H H.

La novela queda a la postre matizada por un breve texto de Nabokov en el que relata la cronología de Lolita y de su gestación: sobre todo, un texto en el que Vladímir desmiente parte de las aseveraciones del prologuista, algo muy metaliterario.

En esta novela, que se tuvo que publicar en París, que provocó escándalo, que trastornó la moral de finales de los cincuenta, están los Estados Unidos. La Road Movie, el erotismo desenvuelto, las costumbres abiertas.

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El mismo Nabocov fue un europeo injertado en Norteamérica que usaba un idioma que no era el suyo. Según Nabocov, el adulto era un pederasta que se aprovechó de una niña.
De todos modos, el valor de la novela está en el inglés que usa y pierde muchísimo en español, empezando por las aliteraciones extraordinarias del comienzo y con las que sigue el libro.

La libertad, el deseo, el amor, la vida, la muerte, la moral, todo...

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Sobre el blog

Un historiador echa un vistazo al presente. Éstas no son las noticias de las nueve. Pero a las nueve o a las diez hay actualidad, un presente continuo que sólo se entiende cuando se escribe: cuando se escribe la historia.

Sobre el autor

Justo Serna

es catedrático de la Universidad de Valencia. Es especialista en historia contemporánea. Colabora habitualmente en prensa desde el año 2000 y ha escrito varios libros y ensayos. Es especialista en historia cultural y ha coeditado volúmenes de Antonio Gramsci, Carlo Ginzburg, Joan Fuster, etcétera. De ese etcétera se está ocupando ahora.

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