11, vertical, segunda palabra. “Y, claro, el hijo de Dédalo”. Y, claro. Y-cla-ro. Í-C-A-R-O. Esta es una de las acepciones juguetonas, sinuosas, con las que deleitó ayer Mambrino, el crucigramista de EL PAÍS, a vosotros, lectores. Había muchas más muestras de ingenio cruzadas en ese rectángulo de 12x13 que ameniza la página de Gente Pasatiempos en su faldón inferior. Por ejemplo, “Entre el yeyuno y el ciego” (4, horizontal, tercera palabra). “Fans del adulterio” (11, horizontal, primera palabra). "El tiempo lo es" (6, horizontal, primera palabra).
No se sabe si le robó o no el yelmo a aquel barbero de Cervantes (o rey morisco), pero está claro que el día a día José Luis Herencia Robles (Madrid, 1951) está lleno de magia. Una muy singular: la que habita en las palabras. Con su diccionario a mano, un volumen creado por él mismo en el que se entrecruza la erudición cultural y la lectura atenta e incansable de la actualidad, Herencia Roble, o Mambrino, para sus lectores, forja sus crucigramas con una misión que el resume en una palabra; una de las largas: "entretener".
El día empieza para Mambrino a las nueve de la mañana. Dos horas frente al periódico del día, el de su vida, del que guarda cuatro ejemplares de su número uno, EL PAÍS. Lee con atención el diario al completo. Anota las palabras y detalles de la actualidad que le puedan venir al pelo. Nada sobra. "Cambia el presidente de un país o sus fronteras, y tienes que estar al tanto. Cambia la alineación de un equipo y también tienes que saberlo. Es necesario una suerte de esclavitud a la actualidad". Luego de la lectura, café con su esposa y a trabajar. Con ella comenta los crucigramas que va creando. El tiempo que dedica a cada fase de la creación de un crucigrama —composición del rectángulo de 12x13, creación de las definiciones y corrección— es variable. Mambrino calcula que si solo se dedicara a componerlos podría hacer hasta 10 al día. Pero claro, hay que definir y "pasar a limpio" también. "Tengo trabajo de sobra, que nunca me ha asustado trabajar y me encanta lo que hago. Pero más no quiero, que también hay que disfrutar de la vida".
Mambrino no es un hombre de método. Para él, la profesión no se puede enseñar con un conjunto de reglas. Depende enteramente del duende, de las musas, del talento. "Eso se lo da Dios a cada crucigramista. Es la habilidad que tengas para hacerlo bien. Vamos, que yo no tengo abuela y sé que soy bueno haciéndolo. Pero hay mucha, mucha gente buenísima en este oficio". Aunque, evidentemente, hay pilares que sustentan un buen crucigrama. Un conocimiento profundo del castellano es una pata. Otra es la habilidad para cruzar palabras, es decir, para conseguir que una voz como "Frankenstein" genere por cada letra sendos cruces en vertical u horizontal con otras palabras. Y el estar al día. Tanto de la academia como a pie de calle. Y luego está el talento para la eufonía, el retruécano, la metáfora. Es decir, que la literatura, gran pasión de Mambrino, ayuda lo suyo.
El gusto por las palabras le viene a Mambrino de familia. "Recuerdo que mi madre hacía crucigramas y verla resolviéndolos me generó la afición. Me enganché a los de EL PAÍS. Conseguía resolverlos solo utilizando las horizontales. Y de ahí a empezar a trabajar en los pasatiempos para revistas". La profesión de crucigramista tiene mucho de legado, de artesanía heredada del maestro al aprendiz. Mambrino sustituyó a Peco, su predecesor en EL PAÍS. Ahora, a sus 65 años, se inquieta por si habrá relevo. "Desgraciadamente, los pasatiempos los hacen las personas mayores. A los chicos de ahora, o no les interesa o no tienen la suficiente cultura. Creo que están en otro tipo de entretenimientos".
Si tiene que quedarse con algo de su profesión, el porqué del oficio, este crucigramista —que también fue cineasta y autor de al menos 10 guiones cinematográficos que se quedaron a las puertas de ser carne de celuloide— apela a la diversión a través de las definiciones que propone al lector: "Anagramas, juegos de palabras, refranes... Hay que echarle imaginación y gracia. Tienes que buscar tu propia personalidad. Y debe costar también un cierto trabajo resolverlo". Aunque cuesta, a Mambrino le salen abuelas constantemente. "La verdad es que nunca me falta gente que me escriba. Casi siempre para bien".
Hay 7 Comentarios
¿Por qué han cambiado el formato?, antes podíamos comprobar los aciertos o fallos, ahora NO y sobretodo se corta continuamente y hay que volver a comenzar unas 7 u 8 veces en cada crucigrama on line. Esto va a seguir así?. LLevo años haciéndolo a diario y ahora es imposible hacerlo de tirón. Se queda pillao continuamente mientras otros crucigramas los puedo hacer de tirón. Gracias
Publicado por: Josefina | 03/08/2018 18:18:32
Me gustaría resolver el crucigrama del país gratis. Es posible?
Publicado por: Luis Céspedes | 05/01/2018 17:08:13
Mi madre que tiene 88 años es muy, muy feliz cada domingo resolviendo sus crucigramas, le adora! Son maravillosos. Hoy hemos leído un blog sobre cómo trabaja (yo lo he leído en voz alta en mi móvil) y nos ha encantado su manera de trabajar... además somos muy de letras! 😘😘😘
Publicado por: Carme Planells | 17/12/2017 13:46:56
Observo el uso continuado de palabras relativas a Linares y su comarca.- ¿ Es casualidad , porque leo que es Vd. de Madrid ?
Publicado por: Ángel Andrés martínez zamora | 17/12/2017 11:47:52
Me gustaría resolver el crucigrama de el país gratis
Publicado por: Pedro ortegon | 19/04/2017 6:29:37
Una de mis maneras favoritas de disfrutar un rato con mi padre es hacer el crucigrama de Mabrino juntos. Ahora mismo vivo en otro país, pero no hay vez que vuelva que no nos sentemos a hacerlo. Muchísimas gracias por esos pequeños momentos, son magníficos.
Publicado por: Carlota | 16/02/2017 19:35:23
Hago muchos días el crucigrama de El País por internet y los diez minutos que empleo, más o menos, en acabarlo son una delicia. Sobre todo cuando aparecen palabras nuevas o se usan términos no muy trillados que se repiten machaconamente (atoar, ciar, Irún, ita o soasar...). Comprendo que debe ser muy complicado salirse de los esquemas previstos, pero se agradece cuando eso ocurre. Y el que no se pueda utilizar la "ñ" es un coñazo, con perdón. De todas formas, enhorabuena a Mambrino y a El País por mantener este magnífico pasatiempo. Todavía guardo como "oro en paño" algunas separatas vírgenes de los dominicales dedicadas a aquellos pasatiempos blancos y tantas derivaciones como publicábais semanalmente.
Publicado por: Peter Mountain | 15/02/2017 23:03:14