EL PAÍS que hacemos

Sobre EL PAÍS

EL PAÍS es el líder de los medios en español y una referencia del periodismo en el ámbito hispanoamericano. Fundado en 1976, el periódico ha evolucionado con los tiempos y hoy ofrece a sus lectores información en todos los formatos posibles: de la web a las aplicaciones, pasando por las redes sociales o los contenidos audiovisuales. Con redacciones en Madrid, Barcelona, Washington, México y Sao Paulo y una extensa red de corresponsales, es un medio global en constante transformación.

Así se creó el sistema responsive de EL PAÍS

Por: | 26 de abril de 2017

La explicación sencilla es un sistema informático que permita adaptar automáticamente tu periódico digital a la pantalla en la que lo consultas. Pero el sistema responsivo de EL PAÍS, que cumple ya un año, es mucho más. Es el reflejo de los cambios en los hábitos de consumo de la sociedad que han cristalizado en una filosofía con un lema muy claro: el móvil va primero (mobile first). 

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Fotografía de las maquetas usadas para el rediseño responsive de EL PAÍS.

Todo parte de un revolucionario que no copa titulares habitualmente pero que ha tenido un enorme impacto en cómo nos comunicamos con la web. Ethan  Marcotte, que hace seis años escribió un artículo, Responsive Web Design, que marcó una época. En el sentó las bases de un nuevo paradigma al diseñar para Internet, un cambio de mentalidad en los diseñadores que obligaba a repensar lo digital como un medio con reglas diferentes al papel: "El control que los diseñadores asumen en el medio impreso, y frecuentemente desean en la web, solo es una consecuencia de las limitaciones de la página impresa. Debemos celebrar el hecho de que la web no tiene las mismas restricciones y diseñar para esta flexibilidad. Pero primero debemos aceptar el flujo y reflujo de las cosas", reflexionaba Marcotte en ese artículo.

EL PAÍS asumió esta filosofía con todas las consecuencias, analizando cómo los lectores consumen este medio de información y tomando las decisiones a partir de ese estudio: "En el caso de EL PAÍS, el mismo usuario que por la mañana leía la app en el metro, continuaba su lectura en el PC y por las noches miraba la web en la tableta antes de dormirse. Y esperaba encontrarse con las mismas noticias y fotos en las mismas secciones", afirma Pablo Delgado Rodríguez, director de desarrollo digital de EL PAÍS. Esto significaba que había que ofrecer el mismo contenido a través de todas las plataformas. Y priorizando el canal que aportaba un mayor flujo de lectores: el smartphone.  

El aplicar la filosofía mobile first exigía también estructurar de otra manera la arquitectura de datos que subyace a cualquier artículo en el que un lector como tú pincha. "Podríamos haber tenido una web responsive muy similar a la de ahora cambiando cuatro cosas. Pero decidimos rehacer prácticamente el código de nuestra web desde cero para aprovechar todas las funcionalidades de la web semántica. Adaptarnos a la estructura que le hace más fácil entender a los robots de los buscadores qué información contienen nuestros artículos", explica Jacinto Corral, jefe del equipo técnico de EL PAÍS. Esta estructuración es una necesidad de la creciente web por unificar su lenguaje. Schema.org —comunidad abierta patrocinada por Google, Microsoft, Yahoo y Yandex— invita a adoptar unos estándares colectivos de categorías a cualquier tipo de entidad pública o privada al estructurar sus datos. Esos estándares son la clave para una web que pueda funcionar de una manera más orgánica y que pueda evolucionar sus funcionalidades de forma colectiva.  

Todos estos cambios tienen también una influencia en el trabajo de los redactores y editores de EL PAÍS. La forma de organizar las portadas de cada sección del inmenso abanico informativo de EL PAÍS cambió radicalmente: "Antes, los redactores solo tenían una apertura y dos columnas que cuadrar [ajustar los títulos, subtítulos y tamaños de foto de una página web para presentar la información de la manera más clara]. Ahora, tienen que cuadrar de módulo en módulo. Es como tener una portada que es, a su vez, un conjunto de portadas", explica Fernando Hernández, responsable del equipo de diseño digital de EL PAÍS. La longitud de la portada de ELPAIS.com se recortó, al detectar que el 86% de los clics se hacían en la mitad superior de la página principal de EL PAÍS. 

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Maqueta del diseño modular de la nueva web de EL PAÍS.

A futuro, los cambios en el diseño y desarrollo web apuntan a mejorar la experiencia a través del smartphone. Entre esas pequeñas revoluciones a la vuelta de la esquina que ya se estudian en este medio, el formato AMP, que permite una carga más veloz de las webs. Pero hay grandes cambios ya en marcha en cómo se presenta la información, como es la incipiente popularización de la realidad virtual y aumentada. "No creo que sea la siguiente revolución. Pasarán muchas cosas antes de que se masifique su uso a través del móvil. Pero no cabe duda que cuando lo haga, estaremos también en ese canal. Porque hemos preparado nuestra estructura de datos para lanzarnos por todas las vías actuales y futuras que exijan los lectores", apunta Corral. Una prueba más de que, en la era digital, ya no se puede hablar de periódicos, televisiones o emisoras de radio. "Ahora competimos todos contra todos", apostilla Hernández. 

EL PAÍS con la libertad de prensa

Por: | 19 de abril de 2017

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Se le llama el cuarto poder. Pero podría llamarse la primera libertad. El periodismo es la manifestación del pensamiento crítico y el derecho a la información de cualquier sociedad del mundo, el baluarte de la democracia. EL PAÍS publicará durante este mes una serie de artículos sobre la libertad de prensa, los peligros que la amenazan y cómo luchar para preservarla. Estos contenidos serán el anticipo al ciclo de conferencias del Día Mundial de la Libertad de Prensa, organizado por UNESCO, que se celebrará del 1 al 4 de mayo en Yakarta. Los artículos podrán ser consultados en este enlace.

El primer artículo de la serie lo firma Antonio Caño, director de EL PAÍS. En Verdad, democracia y periodismo, Caño advierte que esta función crítica de la profesión está amenazada: "La libertad de prensa está en peligro, y con ella, toda la arquitectura de libertades y derechos que conforman una democracia. Conocimos una época en la que la falta de libertad se identificaba, justamente, por el miedo a hablar. Hoy, casi en el extremo contrario, es el exceso de palabras, la verborrea desatada, lo que, en buena medida, se utiliza para negarle al ciudadano el acceso a la verdad".

En la sección internacional, Zorayda Gallegos firma la crónica El periodismo en México Nada a Contracorriente. Cuenta casos escalofriantes de brutalidad para amordazar la prensa. Como los tiroteos y granadas lanzados contra la redacción de El mañana, diario de Tamaulipas, Estado controlado por Los Zetas y el Cártel del Golfo. La redacción de El mañana resistió la violencia hasta mayo de 2012. Un editorial anunció que el diario renunciaba a informar sobre las disputas de los narcos: "“Se ha llegado a esta lamentable decisión por la falta de condiciones para el libre ejercicio del periodismo”, rezaba el editorial. 

La lucha del periodismo es, en muchas ocasiones, el dar voz a quien no la tiene. Esa vocación social marca la carrera de Frank La Rue, adjunto a la dirección general de Comunicación e Información de la UNESCO entrevistado por Patricia Peiró para esta cobertura. La lucha contra la presión contra la población indígena de Guatemala fue crucial para La Rue: ""El que tiene un sentido de humanidad descubre los males de su propio país. En mi caso veía un pueblo mayoritario (los mayas) que representaban casi toda la mano de obra y sin embargo se mantenía alejado de todos los privilegios", explica en la entrevista. 

Yakarta será el culmen de este esfuerzo colectivo de medios e instituciones para recordar la importancia de la libertad de prensa. En la agenda, como temas principales, "la interrelación entre la libertad de expresión, la justicia para todos y la ley, la paz y la inclusión", según indica en su web oficial la UNESCO. Para los que quieran tomarle el pulso día a día a este evento y su cobertura en los distintos medios, los hashtags #Pressfredom y #WPDF2017 permiten seguir la pista al evento y los artículos. 

 

Tras las bambalinas de... Quinta Temporada

Por: | 15 de abril de 2017

"Todo sobre una caja que ya no es tan tonta". Es un lema que Natalia Marcos (Madrid, 1983) lleva grabado a fuego en el corazón. Ella es la coordinadora de Quinta Temporada, el blog de EL PAÍS que sigue la actualidad día a día de las series de televisión. Es un blog que además sirve como testigo de un Big Bang que nació a la vez que esta sección, el de la explosión de calidad que ha vivido en los últimos seis años la ficción televisiva. 

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Natalia Marcos, coordinadora de Quinta Temporada


Pero, ¿por qué quinta temporada? ¿Por qué no tercera, cuarta o duodécima? Pues hay buenos motivos: "No fue mi idea, sino de Borja Echevarría. Él era un fan total de The Wired, especialmente de su quinta temporada [esa en la que un periodista mentiroso se inventa la actualidad y McNulty yace sobre una mesa de billar]. Así que por eso se llama así, por la quinta de The Wire". 

The Wire. Pero también Los Soprano, Mad Men, Breaking Bad y tantas y tantas otras. Ese conjunto de obras maestras conforman la conocida como Tercera Edad de Oro de la televisión norteamericana. Han servido de ignición para un movimiento planetario que ha pegado a pantallas muy diversas (de tablet, de móvil, monitores de PC o pantallotes de 60 y tantas pulgadas) a espectadores de todas las razas y nacionalidades. Marcos no lo ha vivido como una sorpresa, porque cuando estás en el ojo del huracán, las cosas parecen quietas. "Toda esta explosión ha coincidido con mi trayectoria profesional. Así que al vivirlo desde dentro, tal vez me ha sorprendido menos. Eso sí, está claro que la información televisiva ha sufrido un boom de interés paralelo al de las series". 

En Quinta Temporada se critica, se analiza, se investiga y se les sigue la pista a las series. Y es en la vertiente de análisis donde se sitúa una de las novedades que ha tenido que afrontar el periodismo televisivo: la prescripción. Esa voz de la que te fías para que te diga en qué invertir tu tiempo. "Necesitas que alguien se lo vea todo para saber que tú no tienes por qué hacerlo. Con tanta oferta, es cada vez más necesario que hagamos de filtro de lo que merece la pena", explica Marcos. Para esta periodista, ya no estamos en la tercera edad de oro, sino que ahora vivimos bajo una avalancha de series en la que es fácil perderse: "Habrá que ver, cuando pase el tiempo, cuándo empieza y cuándo acaba esa tercera edad de oro. Pero parece que Mad Men y Breaking bad son buenas líneas que marcan el final de la época de los antihéroes, de la moral en grises, hacia una nueva etapa de gran segmentación del público. Ahora hay muchísimas más series para todo tipo de audiencias". 

A futuro, Marcos, que, según su madre, pasó su infancia viendo en bucle Espinete gracias a la magia del VHS, quiere seguir dando guerra desde Quinta Temporada. Pero antes de embarcarse en complejas aventuras, hay algo muy simple que cree que el público y ella necesitan. "Un calendario permanente. Llevo pidiéndolo mucho tiempo así que a ver si comentarlo aquí sirve de algo [risas]. Creo que a la gente le va a venir muy bien, nada más entrar en el blog, ver esa agenda de las series en marcha y los estrenos que están por venir". 

 

Así se juzgan los Ortega y Gasset

Por: | 06 de abril de 2017

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De izquierda a derecha. Arriba: Joaquín Estefanía, Antonio Caño, José Álvarez Junco, María Blasco, Inés Fernández - Ordóñez y Juan Luis Cebrián. Abajo: Pedro Zuazua, Jesús Cebero, Javier Moreno y Leonor Watling. ALEX ONCIU


Cuarta planta de Miguel Yuste 40. Reunidos, María Blasco, presidenta del CNIO; el escritor y catedrático José Álvarez Junco; la académica de Real Academia Española Inés Fernández - Ordóñez; la actriz y cantante Leonor Watling; el periodista Fran Llorente, la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan (telefónicamente); Juan Luis Cebrián, presidente de EL PAÍS; Antonio Caño, director de EL PAÍS; Javier Moreno, director editorial de PRISA y Joaquín Estefanía y Jesús Ceberio, exdirectores de EL PAÍS. Once jurados con un una misión: analizar la imagen de la realidad que refleja el periodismo en castellano. El aquí y  ahora de los mejores reportajes y coberturas durante el 2016 que constituye la lista de galardonados en los Premios Ortega y Gasset del Periodismo que concede EL PAÍS. 

Los  ganadores de esta edición han sido periodistas de Univisión Noticias (la venezolana Mayre Primera y el costarricense Ronny Rojas), de El Periódico de Catalunya (María Jesús Ibáñez, Guillem Sánchez y Jesús G. Albalat), el fotógrafo cubano Yander Zamora y la periodista mexicana Alma Guillermoprieto. El próximo 11 de mayo se entregarán en CaixaFórum Madrid. Pero, más allá de los votos de esta edición, la número 34, entre bambalinas se ha hilado una compleja madeja para detectar el mejor periodismo del momento. Muy cerca de la sala de consejo donde se celebró hoy la reunión, hay un pequeño cuarto que guarda a buen recaudo los trabajos presentados cada año por los Ortega y Gasset. Aunque el cuarto es de modestas dimensiones, dentro cabe, año a año, todo el pulso de la realidad: 500 trabajos y 17 nacionalidades —Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Italia, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, Reino Unido, República Dominicana y Venezuela— para esta 34ª edición.

"Desde finales de enero, principios de febrero [de cada año], vamos leyendo día a día este conjunto de trabajos presentados a concurso. De entre los candidatos, realizamos una preselección que le presentamos al jurado. Intentamos que sean entre cinco o seis por categoría [estas son: Historia o investigación periodística, Cobertura multimedia, Fotografía, y Trayectoria profesional]", explica Pedro Zuazua, director de comunicación de Prisa Noticias y secretario de los premios.

Los Ortega y Gasset, como cualquier otra faceta relevante del periodismo presente, están en plena ebullición. "El año pasado [2016], con motivo del 40º Aniversario de EL PAÍS, nos dimos cuenta de que teníamos que adaptar los premios a los tiempos que corren. Ya no tenía sentido la distinción entre periodismo digital y periodismo en papel, porque todos los medios nos hemos transformado digitalmente".

Otra de las categorías, Cobertura multimedia recientes ahonda en cómo están cambiando los medios, independientemente de su origen, en cómo presentan sus informaciones. La realidad del periodismo presente es transmedia, y por ello los Ortega y Gasset estrenaron también en 2016 esta categoría. Este año, los jurados han visto esta categoría como una de las esenciales. "Es un cambio que forma parte de la experiencia cotidiana. Proponer al lector una serie de herramientas para que ejerza un papel activo en la cobertura informativa es una tendencia evidente que detectamos desde el jurado. Creo que refleja el cambio que vivimos en el periodismo, un momento difícil pero a la vez apasionante", explica el director del área de I+D de TVE, Fran Llorente, por primera vez jurado en los Ortega y Gasset. Joaquín Estefanía, exdirector de EL PAÍS, fue más allá: "En un futuro, los premios irán basculando irremediablemente a una sola categoría, porque cada vez tiene menos sentido dividir los premios según el formato. Viendo el extraordinario nivel de la categoría multimedia, da la sensación de que en los premios de hace dos años estábamos en la prehistoria de la prehistoria". 

La importancia de los Ortega apunta, según sus jurados, a dos vertientes. Una es el reconocimiento a la excelencia: "Simplemente, te recuerda que se sigue haciendo periodismo de calidad, cuando en el día a día te cuesta tanto encontrarlo", asevera Estefanía. La otra, para quién se trabaja, la sociedad: "Me parece un acierto que juzgando los premios no solo estemos periodistas. Esto convierte a los Ortega en algo distinto a un premio de periodistas para periodistas. Es una mirada de la sociedad hacia el periodismo".  

El País

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