Harías cosas horribles

Por: | 26 de septiembre de 2013

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Lo más inquietante de Hijos del Tercer Reich es darte cuenta de que serías capaz de lo peor. De que dispararías a personas como tú en el frente, fusilarías a familias enteras de inocentes a la orden de “fuego”, delatarías a una judía que lo oculta, quemarías casas de civiles, dejarías pasar los trenes de la muerte. Lo harías, sí, aunque ahora no lo creas, aunque te resulte inconcebible, lo harías si la circunstancia te empujara a ello, si el contexto no te diera elección, si estuvieras bajo gran presión y temieras por tu supervivencia. “La guerra te hará un hombre”, le dice su padre al soldado Friedhelm Winter; pero el chico le responde rotundo: “La guerra sacará lo peor de nosotros”. Es así.

La miniserie alemana (tres capítulos de hora y media que emite Canal+) es un electroshock, una sacudida a las conciencias, un ejercicio de honestidad intelectual que no solo impactará a los alemanes. El espíritu de la obra se corresponde mejor con su provocador título original en alemán: Unsere Mütter, unsere Väter (Nuestras madres, nuestros padres). Los nazis no eran otros. Éramos nosotros.

No esperarías una historia con final feliz (y a partir de aquí lo comentaremos sin reservas: si planeas ver más adelante el último capítulo deja también para otro día la lectura de este post). Empezábamos con la fiesta de cinco amigos que ríen y beben, que se disfrazan y bailan, un último momento de alegría mientras estalla una guerra que, creen, no llegará a la siguiente navidad. La copia que tiene cada uno de la foto de esa juerga recorrerá la serie mientras sus historias transcurren principalmente por separado, entre Berlín y Moscú, con algunos encuentros breves (más de los que serían creíbles por casualidad en una guerra de esa dimensión, pero esas son son licencias aceptables) hasta un amargo reencuentro final. No volveremos a ver esas sonrisas.

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“Ahora ya no hay nazis, solo alemanes”. El final rezuma amargura. Los nazis han perdido la guerra, pero no vemos llegar la justicia ni la reparación. Algunos de los asesinos del régimen caído queman sus uniformes y se colocan rápidamente entre quienes administrarán la reconstrucción. Y siguen tratando de hacernos creer que hacen lo que deben. El honor. Ya.

Por el camino nos conmocionan las historias de cinco personajes intensos, que batallan con sus contradicciones. Esas dudas sobre qué es el bien y el mal que observamos en cada mirada, en cada gesto, ese terror a la vuelta de cada esquina. De los cinco amigos, dos son militares, los hermanos Wilhelm y Friedhelm Winter, que harán caminos inversos. El mayor (interpretado por Volker Bruch) es un convencido de su misión que caerá en el desengaño; el segundo  (Tom Schilling) acude nada motivado al frente ruso y se sacudirá su imagen inicial de cobarde. Su relación en la trinchera (“aquí no soy tu hermano”, le dice el mayor) es el ingrediente principal de la trama. A ambos los daremos por muertos varias veces.

Al mismo frente acude, como enfermera, Charlotte, seguramente el personaje más logrado, con el que la que la actriz Miriam Stein hace un papel desbordante de emociones. Ingenua, o inconsciente de lo que estaba en juego, una indiscreción suya perjudica a una inocente y no logrará vencer el remordimiento. También sufrirá la losa de un amor imposible en el sitio más equivocado posible. Su dignidad en medio del hundimiento final puntúa a su favor.

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El otro gran papel femenino es también fascinante y complejo: Greta Müller (interpretada por Katharina Schüttler) es una cantante que ayuda a huir a su novio judío arrimándose a un jefe nazi; y que luego continúa complaciéndole para que haga de ella una estrella. Nada en ella es del todo sincero desde que se marchó su novio, no sabemos cuándo es Greta Müller y cuándo Greta del Torres, su hispanizado nombre artístico. En algunos momentos la vemos deslizarse al lado oscuro, creerse por encima del resto gracias a sus contactos, cuando ya es evidente el desastre nos iguala a todos. 

El quinto amigo en el brindis inicial es el sastre judío Viktor Goldstein (Ludwig Trepte), que no hace otra cosa en la serie que huir, pelear por su supervivencia. La persona a quien Greta protegió emparejándose con otro esquiva el campo de concentración por los pelos y se enrola en una precaria resistencia, no tan heroica y también antisemita. Es el personaje más limpio, la víctima, que gracias a su frialdad salva su pellejo varias veces. Y merece una mención el malvado y cínico jefe nazi Dorn, quien traiciona a Viktor y a Greta, creíble en la piel de Mark Waschke.

Cuando los que puedan se reencuentren en el Berlín arrasado por los aliados ya no habrá fiesta. Ni siquiera abrazos. Ya no son los mismos.

La Segunda Guerra Mundial ha sido un campo muy trillado por la ficción durante más de medio siglo, y los nazis son los malos por excelencia de nuestro tiempo. Así que tiene mérito que sigan saliendo joyas artísticas en torno a esa carnicería. Hermanos de sangre y The Pacific son dos de ellas, resultado de la alianza entre HBO, Spielberg y Tom Hanks (y de la que se anuncia una tercera entrega, centrada en la aviación). Ofrecían una producción espectacular y una carga dramática impactante. Hijos del Tercer Reich está a la altura de esos precedentes en cuanto a la producción, aunque dedica menos metraje a las batallas y da más peso a los diálogos, las miradas, los gestos de piedad, de odio o de desconfianza.

Nos faltaba el punto de vista alemán, valiente, sobre la Segunda Guerra Mundial (Enrique Müller explica aquí cómo ha removido conciencias en ese país). Porque esta serie bélica no es solo sobre la guerra. Ante todo es sobre qué ocurre en las mentes de los que están en la guerra. Que puede ser incluso peor.

 

Hay 29 Comentarios

Me quedo con el mensaje que yo he podido captar: lo que te puede llegar a cambiar una guerra, independientemente de que sean alemanes, nazis... Una guerra siempre es destructiva y no sirve ni servirá para nada positivo.

Vaya, cuánto bobo con aires de superación pulula por aquí.

Vaya, cuanto catedrático pulula por aquí, esta serie me ha entretenido durante más de cuatro horas y me ha dado un pellizquito en el corazón....es lo que le pido a una serie. punto final.

No todos los pueblos y no todas las personas actuaron igual en contexto diferentes o muy similares, basta de buscarle una justificación sencilla al camino que eligió esa Alemania y muchos alemanes, antes de la guerra hay que tomar muchas decisiones que llevan a esa guerra, los alemanes no se despertaron una mañana y descubrieron que tenían que matar enemigos y aniquilar a distintos grupos étnicos en campos de concentración, tomaron varias decisiones que llevaron a ese callejón, y no fueron todos.

.Israel, si vas a citar a aglguien hazlo bien. Su nombre es Hannah Arendt y la frase es if everyone is guilty, then no one is, que traducido seria algo asi como 'si todo el mundo es culpable, nadie lo es, justamene lo contrario de los que to dices y lo que Hannah queria era denuniar la criminalizacion colectiva, entndiendo que si las culpas se repartian de manera general entonces no era posible juzgar a las personas por sus crimenes. http://www.hannaharendt.net/index.php/han/article/view/90/146

Por alguna razon el titulo del blog me recuerda la frase de Hana Arendt: "donde todos son culpables nadie es inocente"
Y no todos, por minoria que fuera, hicieron lo mismo. Algunos desertaron. En todo caso, esa sociedad se lo cocino y se comio lo que despues les vino encima ellos solitos con su salvajismo. Aunque seria injusto olvidar el Tratado de Versalles, y a Gavrilo Princip asesinando a Franz Ferdinand ayudado por los servicios secretos serbios. Recomiendo el libro de Sebastian Haffner, Historia de un Aleman.

No veo que en Alemania hubiera habido una guerra civil como en España. Se unieron con entusiasmo al nazismo, despreciaban lo que era diferente, como aun sigue siendo en la Europa excomunista, y se creian superiores al resto con derecho a invadir y coger sus tierras. No olvidemos que el plan final era colonizar y esclavizar. Pero les salio mal, otros resultaron ser mas fuertes. Ahora pueden quejarse todo lo que quieran, de lo duro que fue, de las violaciones, de sus ciudades bombardeadas, y olvidarse de lo que ellos hicieron a los demas paises. Thomas Mann al huir y llegar a USA dijo: "donde estoy yo esta la cultura alemana", y tenia razon; el resto eran barbaros. Y lo seguiran siendo mientras continuen identificandose mas con la generacion de sus abuelos que con gente como Thomas Mann o las victimas, aunque sean "extranjeras". Por que lo humano es identificarse con la victima, lo contrario es declarar otra cosa.

Lo que quiero ver en la serie es una de las frases finales “Ahora ya no hay nazis, solo alemanes” impensable algo parecido en España. Aquí todos éramos fascistas y cuando murió franco muchos seguían siéndolo. (y siguen)

Al hilo del planteamiento que suscita este tema, para hoy también tenemos referentes próximos aquí mismo en nuestros días.
Los llamados sicarios, que son personas normales y sin maldad, pero por un dinero y sin preguntar son capaces de eliminar a su víctima.
Sin sentir culpa alguna.
Como un trabajo cualquiera y sin contrato ni seguridad social.
En precario.
Al igual que la persona que paga, que tampoco siente culpa ni pena.
Sin guerras de por medio ni ideologías, que si se prefiere suena a peor y a más malo.
Injustificado, solo por el dinero.
Personas normales, con las que nos podemos cruzar en cualquier sitio o país del mundo actual.
Sin guerras y sin ideologías, que no quiere decir que sea mejor o peor, o menos malo.
Seres humanos son todos, los verdugos y las víctimas antes y ahora.
Con guerra o sin guerra.
Solo la sociedad que los pare puede ser un poco diferente, y ahí si que entra de lleno el corazón, la inteligencia, la moral y el respeto por lo que somos y lo que queremos ser los seres humanos.
A diferencia de los animales irracionales.

Pedazo plomo aleman antibelico cansino y sin el menor interes historico ... si la guerra es un infierno, ya lo sabemos y lo hemos visto mil veces, pero nosotros no tenemos la culpa

recomendada para televidentes con problemas de insomnio

Hoy escribí sobre esta serie. Me ha gustado mucho y creo que el punto de vista que muestra enriquece mucho.
,
http://planetamancha.blogspot.com.es/2013/09/hijos-del-tercer-reich-unsere-mutter.html

He visto los tres únicos capítulos de la serie y al final te impacta que los cuatro personajes son reales... todos han muerto a la fecha excepto el hermano militar mayor

HNO: ¡Los reyes son los padres!

Pues a mí me gustó bastante

Vistas otras críticas, las premisas y el argumento, parece de un revisionismo nauseabundo. Pues sí que estamos bien, culpando siempre a los superiores y comparando el antisemitismo polaco con la solución final... A ver si se animan los rusos a hacer una serie sobre el frente del este en 1941. Podrían recrear cómo estos chicos atormentados hacían caminar a pueblos enteros por los caminos, en grupos compactos a punta de fusil, para limpiarlos de minas. Cuidado con los demonios, que parece que nunca mueren.

Vistas otras críticas, las premisas y el argumento, parece de un revisionismo nauseabundo. Pues sí que estamos bien, culpando siempre a los superiores y comparando el antisemitismo polaco con la solución final... A ver si se animan los rusos a hacer una serie sobre el frente del este en 1941. Podrían recrear cómo estos chicos atormentados hacían caminar a pueblos enteros por los caminos, en grupos compactos a punta de fusil, para limpiarlos de minas. Cuidado con los demonios, que parece que nunca mueren.

. . . el ser humano es depredador por naturaleza y, además y hago hincapié, a todos nos fascina la extrema violencia. El final de esta serie me ha encogido el corazón en un puño.

Las hienas, disfrazadas de humanos, han sometido a referendum, a nivel planetario, la libertad de robar y de matar, incluyendo el placer de la tortura. Sus líderes, licenciados en hipocresía, son los mas sinceros con sus diarreas mentales. Tales fueron y son los tiranos que siempre se asoman al balcón de la Historia. La desgracia de una parte del Homo Sapien es el virus que un extraterrestre le inoculó y por ello padece la sed insaciable de sexo, riqueza y poder, que lo tiene infectado desde hace milenios.

Ya lo demostro Stanley Milgram en el 74, con su "Obediencia a la Autoridad". El famoso experimento 18...

completamente de acuerdo con la critica,te deja helado,y ese poso de tristeza al final,de que nada tuvo sentido que fueron manipulados para convertirse en diablos. Y lo más doloroso,aqui no hay ficción.

Recuerdo el pasaje bíblico cuando Pedro le dijo a Jesús que jamás le negaría y Jesús le dijo que antes de que cante el gallo lo habrá hecho 3 veces y así fue.
Uno nunca debe decir "eso nunca lo haría yo" porque la vida siempre nos pone pruebas complejas y por mucho que uno se conozca bien, a veces el amor por la vida y la seguridad de uno es más grande que otra cosa y por defendernos podemos ser capaces de todo. Yo me conozco muy bien y sé que aún no sé de lo que soy capaz de hacer por mi y por los que quiero. Y una guerra saca lo mejor y peor de cada uno de nosotros.

Una guerra es capaz de sacar lo peor de cada uno de nosotros, claro. Esa es la gran mentira de la serie que se mete directamente en el horror de la guerra ¿y antes? La serie comienza directamente en 1941¿y antes qué ocurrió? Nos pintan a unos alemanes convencidos (el mayor de los hermanos) amigos de un judío ¿esa situación se dió? Habría acabado directamente en un pelotón de castigo en la primera escena cuando entra la gestapo. El problema del nazismo y de su horror es anterior a la guerra, parafraseando la última escena de la serie "en ese momento no había alemanes sólo nazis". Toda la puesta en escena rezuma revisionismo, incluso esa frase final "sólo quedan alemanes", seguía habiendo nazis... y les dejaron dentro del sistema.

Y el que crea que no haría cosas horribles en un contexto determinado, que Dios proteja su bendito estado de inocencia, y que no se lo ponga a prueba. Pero lo malo de las ilusiones es que se terminan antes o después. Por cierto: ni se tiene más razón por gritar, ni por poner todo en mayúsculas; al contrario.

¡MENTIRA! UN HOMBRE CON PRINCIPIOS, BASADOS EN EL HUMANISMO Y LA ILUSTRACIÓN, Y VALOR JAMÁS HARÍA A OTRO SER HUMANO LO QUE DICEN LOS AUTORES EN EL ARTÍCULO...

"El Mal es uno de los proyectos posibles de la libertad constitutiva de la humanidad del hombre" (Jorge Semprún, La escritura o la vida).

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