Sonríen, dan la mano, saludan a diestro y siniestro, prometen y prometen, te dicen lo que quieres oír. Y cuando menos te lo esperas, te clavan un puñal. Que la política es un mundo turbio es de sobra conocido. Pero el mundo de Francis Underwood no es turbio. Es negro total. Como esos agujeros que se tragan todo lo que hay alrededor y cuya existencia ahora niega Stephen Hawking. Underwood es el amo y señor de un nido de cucarachas que, si se agita, sale a la luz y muestran su peor lado, el que tiene esa mano ensangrentada con la que House of Cards anunciaba una segunda temporada que se podrá ver en España el sábado 15 en Canal + Series en un maratón con los 13 capítulos en versión original subtitulada (también en YOMVI y solo un día después de que Netflix la ponga online). La versión dual arrancará el domingo 16.
Los primeros capítulos de la temporada (hemos podido ver ya los dos primeros, pero no vamos a desvelar ningún detalle) nos devuelven a esa otra cara de la política. No es la cara B, es la cara Z. La cara del todo vale. La de si no haces lo que digo, atente a las consecuencias. La historia se retoma en el punto donde terminó la primera entrega. De hecho, el arranque bien podría ser un epílogo que también sirve de detonante para lo que vendrá. Además del reencuentro con los antiguos personajes, se introducen nuevos peones que parece que jugarán un papel importante en el tablero de ajedrez del ficticio mundo político de Washington cuyos hilos mueve el personaje de Kevin Spacey. El arranque de la segunda temporada gustará a quien se enganchó a la primera y planta cara a los escépticos, a los que sienten que, a pesar de la calidad técnica, de los personajes y de las actuaciones, a la serie le falta algo.
Lo que no se puede negar es que House of Cards abrió la puerta grande para las series de producción propia de Netflix (aunque no fue primera producción, Lilyhammer llegó antes). Con David Fincher en la producción y con dos pesos pesados al frente del reparto, Kevin Spacey y una fantástica Robin Wright, ha conseguido reconocimiento en forma de premios y una resonancia internacional que abrió el camino al siguiente éxito del portal de vídeo en streaming, Orange is the new black. Dos buenas razones para empezar a olvidarnos de la coletilla "de televisión" cuando hablamos de series.
"O cazas o eres cazado". Esta frase, pronunciada a cámara en el primer capítulo de la segunda temporada, puede resumir la forma de ser de Francis Underwood, que da la bienvenida a los espectadores recordándoles pronto en qué mundo se mueven, por si alguien andaba despistado. Aunque es complicado olvidarse de con quién estamos tratando si se recuerda que la primera vez que nos encontramos con este personaje mataba a un perro.
Y, en la sombra, una gran mujer, Claire, la esposa que sabe y calla, tan ambiciosa como su marido pero con mucho más estilo. Una pareja que muestra una cara y esconde muchos dobleces. Pero una pareja que sabe que se necesitan mutuamente para conseguir lo que quieren. Una sociedad que funciona a la perfección y que no deja que se interponga nada en su camino.
El ascenso de Francis Underwood en el poder (la temporada arranca con Underwood a punto de empezar a ejercer como vicepresidente de Estados Unidos) está poblado de sombras. Contamina todo lo que encuentra a su paso. Manipula. Te hace creer que esa idea que has tenido es tuya, pero no: era suya mucho antes de que fueras siquiera consciente de que tenías que tener una idea. Una rata con traje y corbata que asciende por las tuberías del poder sin pizca de piedad.
Bienvenidos a las cloacas de la política.
Hay 11 Comentarios
Ya hemos visto el capítulo piloto y no nos ha gustado mucho, se nos ha hecho un poco aburrida y encontramos a Kevin Spacey bastante sobreactuado. Veremos un par de episodios más para ver si mejora, pero de momento no nos ha gustado.
Publicado por: Al rico libro | 06/03/2014 16:16:16
Tras un inicio deslumbrante basado en una contención argumental en que los espectadores inteligentes agradecían que las cloacas del poder no se mostraran con los tópicos peliculeros de siempre, la primera parte comenzó a decaer hacia la mitad de temporada, donde vimos envuelto al protagonista en peripecias muy de cine pero estridentes para la contención y sobriedad de lo que habían sido los primeros capítulos deslumbrantes. Mucho me temo que esta segunda parte seguirá abundando en las exageraciones innecesarias para mostrar toda la frialdad, rozando la psicopatía, de los juegos del poder.
Publicado por: 00 | 28/02/2014 19:23:47
La verdad es que he visto los tres primeros episodios de esta segunda temporada y pinta muy, muy bien, incluso mejor que la primera :) Aquí os dejo mi valoración de la serie ;)
http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/02/el-castillo-de-naipes.html
Saludos!
Publicado por: David | 18/02/2014 9:19:06
La tenemos pendiente, pero de momento tenemos que ponernos al día con The Good Wife. Hasta entonces, nada.
Publicado por: Al rico libro | 17/02/2014 14:47:30
EMpecé a ver esta serie y es muy buena. Me recordó mucho a Crematorio. Y el secreto, además de buen guión y un reparto muy acertado, está en sus dos protgonistas en estado de gracia: Jose Sancho en Crematorio y Kevin Spacey en House of Cards...Mas series como estas...
Publicado por: Roberto | 13/02/2014 19:37:16
la verdad que empece a verla una noche de esas tontas que no te salen las cosas y te tienes que ir a dormir solo y algo tocado. Y me engancho...Pero lo preocupante..es que parece que la realidad es así o peor...(Gurtel,etc).
Publicado por: elvuelodelgrajo cebrian | 13/02/2014 16:33:47
Me hubiera gustado leer algo acerca del gran trabajo interpretativo de Kate Mara y Peter Russo. Sus personajes ejercen un contrapeso imprescindible a los de Spacey y Wright. Tremenda serie. Para mí muy cerquita de la excepcional The Good Wife.
Publicado por: Israel reina | 13/02/2014 15:53:06
No es un error, Juan Francisco, Underwood consiguió al final de temporada que lo nombraran vicepresidente. El puesto de Secretario de Estado es el que ambicionaba al principio de la serie, y al no ser designado como tal comienzan sus maniobras para alcanzar el puesto.
Bien, llevo tiempo esperando la segunda entrega de House of Cards. A mí sí que me convenció la primera temporada: Francis Underwood moviendo los hilos para conseguir sus objetivos, calculando tan fría como anticipadamente cada maniobra, utilizando a políticos y periodistas a su antojo, sin ningún escrúpulo, interpelando directamente al espectador y convirtiéndonos en cómplices de sus maquinaciones hasta el punto de desear que se salga con la suya, y esa relación Francis-Claire, en la que intuimos hay más intereses profesionales que afectivos... Bueno, y mi debilidad por Kevin Spacey también cuenta. Tampoco está de más recordar la buena factura técnica, en especial esa fotografía tan oscura como las intenciones de Underwood, y el excelente reparto de la serie.
Y se me olvidaba, espectacular la imagen promocional de la segunda temporada.
Publicado por: Andrés | 13/02/2014 13:16:06
Un Kevin Spacey en estado de gracia hace que veamos las cloacas de la política...Política con mayúsculas y corrupción, ambición desmedidas. Excelente serie.
Publicado por: rita | 13/02/2014 12:47:01
Hay un error en el artículo: "El ascenso de Francis Underwood en el poder (la temporada arranca con Underwood a punto de empezar a ejercer como vicepresidente de Estados Unidos)", No es como presidente, sino el equivalente al Ministro de Asuntos Exteriores.
Ya veremos como avanza la serie, estoy aun acabando la primera temporada y pasaré después por la segunda. La recomiendo fervientemente.
Publicado por: Juan Francisco López Naveiras | 13/02/2014 9:44:53
Que ganas tengo de empezar a ver la segunda temporada!!! Ya sé que el personaje de Francis es el protagonista y tal, pero a mí me tiene fascinada su mujer. Como bien dices, mala y con estilo.
http://areaestudiantis.com
Publicado por: AreaEstudiantis | 13/02/2014 9:01:35