Lo bueno de American Horror Story es que, al hacer borrón y cuenta nueva con cada entrega, si sale una temporada mala, se tira a la basura y se pasa a la siguiente sin problema. Lo malo de American Horror Story es que ya empieza a acumular demasiadas entregas malas consecutivas. La papelera se está llenando peligrosamente. La serie sorprendió con su primera entrega, situada en una casa en la que convivían vivos y muertos. Alcanzó un gran nivel en su segundo año contando una historia ambientada en un manicomio católico por la que lo mismo desfilaban doctores nazis que fuerzas extraterrestres o la mismísima Anna Frank. Todo muy loco, sí, pero funcionaba dentro de su género (si es que se puede encuadrar dentro de algún género...).