Silicon Valley es la historia de un éxito y un fracaso. En su contenido, claro, porque como serie es una de las más inteligentes del panorama televisivo. En sus dos primeras temporadas, sus protagonistas, un grupo de jóvenes emprendedores que intentan abrirse camino en la jungla de las startups tecnológicas, consiguen hacerse relevantes gracias a su creación, Pied Piper, una aplicación con un revolucionario algoritmo que permite comprimir datos sin apenas perder calidad. Ahora, en su tercera temporada, y después de haber conseguido abrirse un hueco y hacerse un nombre en el altamente competitivo Valle del Silicio, el protagonista de la serie se encuentra sin poder dentro de la empresa que él mismo creó, viendo cómo las decisiones las toman otros y utilizan su creación para algo muy distinto de lo que imaginó inicialmente.