Maria O´Donnell

Sobre el autor

Maria O'Donnell. Periodista, licenciada en Ciencia Política, trabajó en dos diarios a lo largo de 15 años, fue corresponsal en Washington, y publicó dos libros políticos de actualidad (El Aparato y Propaganda K) Conduce La Vuelta por las tardes en Radio Continental.

Negocios son negocios

Por: | 27 de mayo de 2012

   Unas cuantas empresas de capitales españoles mandan en los sectores de negocios que son más rentables en la actualidad en la Argentina. Bancos y telefonía, entre otros. 

   A lo largo del primer trimestre del 2012, los bancos reportaron ganancias por 1300 millones de pesos (arañando los 300 millones de dólares) y se convirtieron en el sector que mejores resultados presentó para el período ante la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. La cifra suma los resultados de dos subsidiarias de capitales españoles -el Santander Río y el BBVA Francés-, más el Banco Galicia, el Macro y el Hipotecario, informó el diario La Nación en su portada del 21 de mayo

   El presente próspero no sólo contrasta con la actualidad de los bancos en Europa, sino también con su historia reciente en la plaza local. Hace algo más de una década, los argentinos que habían depositado sus ahorros en el banco se vieron impedidos de acceder a ellos por la imposición de un "corralito", drástico final para el sistema cambiario de la convertibilidad de un dólar por un peso. Después de la devaluación, con la recuperación económica, los bancos apelaron a la estrategia de ofrecer descuentos en compras de supermercados y shoppings para volver a atraer clientes. Con los años, gracias al boom de los créditos al consumo, se instalaron como uno de los grandes ganadores del modelo económico de la era de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner. 

   El incremento sostenido de la rentabilidad del negocio no significó, sin embargo, un mejor trato para el cliente. El Banco Central jamás se ocupó de regular con eficiencia las comisiones que los bancos cobran por cada trámite a sus propios clientes, los intereses descomunales que imponen a los morosos en las tarjetas de crédito, o los costos encubiertos de los créditos al consumo, como los que surgen de la contratación forzada de seguros cautivos a tasas elevadas. Para no hablar del trato cada vez menos humanizado, ya que obligan a sus clientes a realizar cada día un mayor número de transacciones a través de cajeros automáticos o vía internet. 

   Las empresas de telefonía también están entre las grandes ganadoras de este período (ver el gráfico que acompaña al artículo ya citado del diario La Nación). El Gobierno congeló las tarifas de la telefonía fija, que se utiliza cada vez menos, pero Telefónica y Telecom, que brindan ese servicio, se han consolidado, con otras dos competidoras, en el mercado más rentable y en permanente crecimiento, el de la telefonía celular. Pese al reclamo de organizaciones de defensa del consumidor, acompañado muchas veces por dirigentes de la oposición, el Gobierno impidió que el Congreso debatiera proyectos para declarar a la telefonía celular un servicio público. Sólo así se podrían regular las tarifas, que en Argentina están entre las más caras del mundo. 

   Por cierto, el peso preponderante de empresas españolas en los sectores más rentables de la economía argentina debe servir para entender el contexto en el cual se han desarrollado los acontecimientos más recientes de la relación bilateral. Porque en los últimos días, el gobierno español ha matizado su enojo.

   El canciller español José Manuel García-Margallo relativizó por primera vez el peso de la expropiación de las acciones de Repsol en la compañía petrolera YPF en la relación bilateral. Si bien insistió con la necesidad de que Repsol sea compensada, García-Margallo indicó que se trata de un "sobresalto en el camino" que "no afecta la profundidad de la relación" entre "dos naciones hermanas". 

 

 

Una princesa que rompe con la corrección política

Por: | 22 de mayo de 2012

    Mariana Eva Perez considera que el suyo es un raro "privilegio". La dictadura militar la dejo huérfana de padre y de madre, y le arrebató a su único hermano. Después de una crianza ligada a la militancia tradicional dentro de los organismos de derechos humanos, rompió el molde. Decidió hablar de lo mismo, pero desde otro lugar. Como escritora encontró refugio en la ficción, pero el punto de quiebre más novedoso es que abandonó todo intento por ser políticamente correcta. De ahí su particular privilegio: su historia personal le abrió la posibilidad de cuestionar un discurso que, después de muchos años de lucha valiosa, dejó de ser resistencia y se volvió oficial.


  Tapa libro   "Creo que puedo aprovechar mi lugar. Supongo que nadie va a pensar que soy una jodida, y puedo abrir cosas que corren riesgo de clausurarse. No digo que la mía sea una voz más legítima, sino más legitimada. Es un poco lo que ocurre con los chistes de judíos: si los hace alguien que no es judío, son nazis", me cuenta vía Skype desde Alemania, cuando la contacto para hablar del libro que acaba de publicar, Diario de una princesa Montonera- 110% verdad (Capital Intelectual), basado en un blog del mismo nombre que ya no existe en la web, porque ahora es libro. 

   El primer prejuicio que dejó en el camino se advierte en el leguaje. Ella es "princesa" pero huérfana, porque sus padres fueron militantes de la organización Montoneros. El libro gira alrededor de "el temita", forma más liviana de aludir a la represión ilegal de la última dictadura militar argentina (1976-1983), que en la familia de Mariana Eva surtió el efecto de un tsunami. 

  Criada por sus abuelos y con la verdad, transitó el camino "políticamente correcto". Durante muchos años trabajó en la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, cuya vicepresidente es su abuela materna, Rosa Roisinblit, y buscó con desesperación a su hermano, nacido en la "maternidad" del centro clandestino de tortura que fue la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA); hasta que lo encontró, y descubrió que él, que había sido criado por una pareja de apropiadores,  seguía aferrado a quienes lo criaron en la mentira.

    La princesa Montonera (que no es la voz de Mariana Eva necesariamente) habla en forma despiadada sobre quienes han llamado o siguen llamando a la sede de Abuelas de Plaza de Mayo para denunciar hechos sobre los cuales han guardado silencio durante demasiado tiempo, y no esconde su impaciencia con ellos:

    "Creo que el Nunca Más habla de una tortura que se llama teléfono, cuánta razón

    Otro vicio que me quedó de **** es la fobia al tubo, producto de los años de toma de denuncias telefónicas. Hombres y mujeres, sobre todo mujeres, llamaban con la fantasía de protagonizar una novela de suspenso, hablaban en clave, pedían reserva, mientras yo, aburrida y/o indignada, trataba de obtener datos concretos, objetivos, no conjeturas ni alucinaciones. Hombres y mujeres, sobre todo mujeres, que después de callar durante veinte años, todavía esperaban que una les estuviera agradecida".

    Mariana evaMariana Eva ya no quiere hablar de su historia personal en primera persona, ni le interesa aclarar demasiado cuándo se produce en su libro el cruce de la frontera entre la realidad y la ficción. Considera que la etapa testimonial, que transitó con intensidad, ya es parte de su pasado. Pero me aclara, una y otra vez, que no reniega de su pasado. Porque teme quedar encasillada en un lugar que no reconoce como propio, y que además le parece injusto con sus sentimientos: no es, ni quiere ser, presentada como una hija de desaparecidos que critica a los organismos de derechos humanos. 

  Entiendo su temor, porque entiendo que la tentación de usar su voz y su historia puede resultar grande. Con el matrimonio Kirchner en el poder, las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo, línea Hebe de Bonafini, perdieron distancia con el Gobierno, que -por cierto- adoptó muchas de las políticas por las que ellas venían bregando  en el desierto. Preguntarse si valía la pena preservar la distancia, para no peder la fuerza transformadora y crítica, no es una pregunta para cualquiera. Mariana Eva no se siente mal al alzar una voz disonante, pero igual  se mantiene alerta. 

  "La incorrección política me interesa, y eso no quiere decir que no reconozca a mis abuelas: mis abuelas me salvaron la vida y les estoy eternamente agradecidas, y en ellas, a todas las madres y abuelas. Pero creo que mi manera de hacer honor a esa historia es recuperar la creatividad y la potencia crítica, y no ir sólo por el lado del homenaje y del aplauso. Me preocupan los discursos de tono más bien triunfalista, porque el nuestro venía siendo un discurso en soledad, y de pronto, el poder lo hace propio, y eso nos plantea nuevos desafíos: el estar alerta para hilar más fino, porque hay mucho para aplaudir, pero también hay mucho por hacer", me cuenta por Skype desde Berlín.

   Mariana Eva cursa en la Universidad de Constanza con un doctorado sobre "Narrativas del Terror y la Desaparición". La academia la ayuda a moldear su mensaje, que es potente porque rompe con el lugar común y desconfía de los intocables, de los incuestionables, de lo sagrado. Porque rechaza su propia comodidad y busca un lugar que la desafía a ella también.

 

El periodismo y las preguntas

Por: | 15 de mayo de 2012

  En este mismo blog, escribí hace algunos meses sobre la negativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a responder preguntas. En el texto planteaba que, al no conceder reportajes ni conferencias de prensa -sólo comunica a través de discursos en actos públicos que muchas veces se transmiten por cadena oficial en todos los medios del país- la presidenta corre un único riesgo: el ser malinterpretada. De hecho, muchas veces se ha quejado de que eso le ocurre, y una de las esas quejas fue el disparador para mi post titulado: "Sobre las (pocas) desventajas del monólogo para un político".

   El debate -y la frustración- que esta estrategia genera en muchos periodistas se encendió otra vez el domingo, porque Jorge Lanata y una tribuna que lo acompañaba en su programa de televisión de Canal 13 exigió conferencias de prensa. En este contexto, el lunes 14 de mayo, volví a reflexionar sobre el mismo tema, aunque de manera bastante más personal, en la apertura del programa de radio que conduzco (La Vuelta, en AM590, de 17 a 19 horas en Radio Continental). A continuación, una transcripción (bastante fiel) de lo dicho.

 

  Las preguntas son imprescindibles en nuestro trabajo. 

  En este programa intento, intentamos, todos los días hacer preguntas incómodas, sin importar a quién.

  Uno de los costos de preguntar es que no siempre nos atienden el teléfono.

   Nos resulta más fácil con la oposición, más necesitada de salir en los medios. Pero con los funcionarios del Gobierno se hace mucho más difícil.

   No estamos dentro del circuito de medios propios y afines por el que circulan los protagonistas del momento, siguiendo indicaciones de la Casa Rosada. Según cómo viene la agenda del día, desde la secretaría de Medios habilitan a determinados funcionarios a salir en un elenco de programas bastante estable, en el que no estamos incluidos. 

   Así todo, hacemos un esfuerzo enorme por tratar de romper el cerco. Algunas veces lo hemos logrado. A lo largo de tres años y algunos meses, pasaron por este espacio Aníbal Fernández, Florencio Randazzo, alguna vez Juan Pablo Schiavi, creo que una única vez Nilda Garré, y más acá en el tiempo, Juan Manuel Abal Medina y Gabriel Mariotto.

   Al jefe de gabinete le pregunté por qué la presidenta nunca responde preguntas y prefiere el monólogo. Creo que fue la única vez que alguien se lo preguntó. 

   Otros me tratan como a la peste. Me pasó una vez que llamé Andrés El Cuervo Larroque, el secretario general de la Cámpora, para pedirle una nota, y me dijo sobresaltado que elegía no atenderme por mi ideología o mi historia, ya no recuerdo. Los muchachos de La Cámpora se han acostumbrado a esos modos.

   Es obvio que gobierno no se lleva nada bien con el periodismo independiente.Tiene, además, demasiados medios a su disposición, financiados en forma directa o indirecta por el Estado, como para tomar riesgos por fuera de su área de cobertura. En ninguno de esos medios podría yo trabajar, y las opciones se van achicando cada día...

   Hace ya cinco años, publiqué un libro, llamado Propoganda K, una maquinaria de promoción con dinero del Estado (Editorial Planeta), con una investigación sobre la estrategia de comunicación de este gobierno y el reparto de la publicidad oficial. Por aquella época, era un tema casi tabú. No se había producido aún la partición que disparó con la sanción de la nueva ley de Medios.

   Desde entonces me encuentro en una extraña posición.

   No me quiero embanderar en ninguna otra causa que no sea la de un periodismo independiente, aunque para muchos sea una expresión pasada de moda. Pero el terreno está muy contaminado.

   Para la mayoría de los kirchneristas soy de la corpo opo, algo así como un pariente de Dar Vader. Los macristas me suelen decir que soy kirchnerista, y que eso se nota en las preguntas que les hago.

   (Cuando estaba por iniciar el programa, me llamó un vocero de Macri, para recodarme que ellos sí responden preguntas en conferencias de prensa; es cierto, le dije, pero ustedes vetaron una ley que regulaba la publicidad oficial y les prohíbia usar el color amarillo para confundir lo partidario con la gestión...)

   Otros pensarán que soy tibia, porque no soy ni una cosa ni la otra.

   Soy periodista.

   También están quienes aprecian nuestro esfuerzo cotidiano por construir un espacio en la radio donde se escuchan muchas voces, donde hablamos sin eufemismos de los dueños de los medios y de sus intereses, de las prácticas corruptas de la profesión y también de los abusos del poder de turno.

   En este programa, las preguntas que no se hacen son las que no se nos ocurren.

 

El aviso, las Malvinas y el espíritu olímpico II

Por: | 07 de mayo de 2012

  Los cancilleres no suelen emitir comunicados los días domingo, salvo que ocurran hechos excepcionales y de cierta gravedad que exijan un pronunciamiento que no puede esperar al día lunes.

   Más inusual aún puede resultar que el motivo de tal premura sea una propaganda.

   Lo cierto es que el aviso filmado en las Malvinas de manera clandestina -con un mensaje de aliento a los atletas argentinos que competirán en los Juegos Olímpicos Londres 2012- se ha ubicado ahora en el centro de un intercambio verbal cada vez más acalorado entre los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido, con eje en la disputa de la soberanía de las islas.

   El día viernes, el ministro de Defensa británico, Philip Hammond, había exigido una disculpa y pidió que no se emitiera más el aviso que muestra a un atleta argentino ejercitando en las Malvinas, bajo el slogan: "Para competir en suelo inglés entrenamos en suelo argentino".  El mensaje lleva el sello de la Presidencia de la Nación y se emite en horarios centrales de audiencia en la televisión, como parte de la propaganda oficial financiada con fondos públicos. Hammond consideró que el anuncio es "de mal gusto, provocador e insultante" para los soldados británicos caídos en la Primera Guerra Mundial, cuya memoria honra un monumento que es una de las locaciones de la publicidad.

   (Para más detalles la filmación y las primeras derivaciones del anuncio ver la primera entrega de esta saga, en este mismo blog)

   El canciller Héctor Timerman no quiso esperar al lunes y hoy mismo difundió un extenso comunicado, que no ahorra en ironías, cuyo texto completo se puede leer en el cable de la agencia oficial de noticias Télam. Timerman describió a Hammer como "un adversario de temer", porque ocupa el cargo de ministro de Defensa de un país colonial que aún mantiene presencia en las islas Malvinas.

    Timerman

   A la exigencia de una disculpa, Timerman responde: "El señor Hammond debería saber que el mundo es más seguro cuando se usa la creatividad que cuando se bombardean poblaciones civiles en países independientes". Luego consigna que "la guerra es lo que sucede cuando fracasa el lenguaje" y se queja de la actitud del Reino Unido de ignorar de manera sistemática las resoluciones de Naciones Unidas que instan a una negociación con la Argentina por Malvinas.

   "¿Si Gran Bretaña, miembro del Consejo de Seguridad, viola las resoluciones votadas por los demás miembros tiene derecho a exigir que otros países las cumplan? Sólo le quedan las armas. Sólo le queda seguir sumando víctimas para cada vez tener que “honrar” más muertos", continúa Timerman.

  "Nada es más irrespetuoso con la memoria de quienes perdieron la vida en los campos de batalla que la necia decisión de impedir que avance la paz. Lamentablemente, el pueblo argentino, al igual que el pueblo inglés, también tiene sus muertos", sigue el canciller.

   Luego critica al ministro de Defensa por haber difundido sus declaraciones a través de la cadena de televisión Sky News, propiedad de Rupert Murdoch, el magnate de los medios investigado por haber utilizado métodos ilegales para obtener información, y de vínculos estrechos con el actual gobierno de David Cameron.

   "El nuevo aliado del gobierno británico, el editor que, sin vergüenza, publicaba mails robados de las artistas contando sus vidas privadas dice que los “Argies” bailamos sobre las tumbas británicas. ¿Que dirá el pueblo inglés sobre lo que está haciendo su gobierno al enviar a sus pobres a pelear las guerras de los ricos mientras siguen sumergidos en la peor crisis económica de las ultimas décadas?", dice el último párrafo del comunicado.

  Del tono de la respuesta surge como algo evidente que el aviso que tanto revuelo ha generado se seguirá emitiendo en la televisión Argentina. El gobierno inglés, por su parte, ha sugerido que el Comité Olímpico Internacional debería tomar cartas en el asunto; por ahora, el COI se ha limitado a reiterar a través de uno de sus voceros que para preservar el espíritu de los juegos convendría no mezclar asuntos políticos con el deporte.

 

Un aviso, las Malvinas y el espíritu olímpico

Por: | 05 de mayo de 2012

 

 

   ¿Por qué tanto revuelo con un aviso? Primero, porque empezó con un engaño. Una agencia contrató a un grupo de atletas argentinos que, simulando que iba a participar de un maratón, grabó de manera clandestina una publicidad en las islas Malvinas. A las imágenes de un jugador de hockey que corre por los lugares más característicos de las islas le imprimieron la consigna:

    Para competir en suelo inglés/ entrenamos en suelo argentino. 

   Los creativos mezclaron así el reclamo argentino de soberanía sobre las islas con el aliento a los atletas locales que van a competir en los Juegos Olímpicos Londres 2012. Al final del anuncio, agregaron una frase de homenaje a los caídos y ex combatientes de la guerra librada en 1982 ahí mismo, en Malvinas, contra los ingleses, anfitriones de los juegos que se van a desarrollar en la capital del Reino Unido, entre el 27 de julio y el 12 de agosto próximo. 

   La fórmula, banderas nacionales de alta sensibilidad puestas a jugar con el deporte, no necesitaba mucho más para generar impacto. Pero faltaba el cliente. 

   El canal de deportes TyC, del Grupo Clarín, que tiene los derechos para transmitir los juegos, no quiso asociar el contenido de esa publicidad con su imagen. Una marca de cervezas y otra de ropa deportiva de primera línea, clientes de la filial local de la agencia Young & Rubicam, también declinaron la posibilidad de tomar el aviso como propio. Cuando llegó a manos de quienes trabajan en la propaganda del Gobierno, otro elemento se sumó a la polémica: la Presidencia de la Nación le imprimió su sello y lo emite desde hace varios días en horarios centrales de televisión. 

   Que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tomara el mensaje como propio potenció el disgusto de los isleños, que habían sido engañados sobre el verdadero propósito del viaje de los atletas nacionales, ya que desde el fin guerra ejercen una suerte de "derecho de admisión" sobre los ciudadanos con pasaporte argentino y de haber sabido la verdad, no habrían autorizado la estadía. 

   A la molestia de los isleños, que se vio reflejada también en expresiones de funcionarios ingleses, se sumó una tensión interna dentro de la agencia responsable del aviso. Youg & Rubicam es en parte propiedad del grupo WPP, un conglomerado gigante de empresas de comunicación fundado por un inglés, con título nobiliario, Sir Martin Sorrell.

   Si bien los creativos locales deben haber imaginado que el aviso podía impactar en el Reino Unido, cometieron una torpeza -atribuible a la ignorancia- de haber utilizado para una de las tomas del vídeo al monumento que en las islas honra a los soldados ingleses caídos en la Segunda Guerra Mundial.

  Al protagonista de la publicidad, Fernando Zylberberg, quien ha sido en los últimos años capitán de la selección de hockey masculino, se lo observa en un momento, cual Rocky Balboa en las escalinatas de Filadelfia, entrenando fuerza de piernas trepando unos escalones que, ahora ya todos sabemos, son parte de un monumento de valor histórico y sentimental para los ingleses. La prensa amarilla inglesa no demoró en presentarlo como un golpe bajo premeditado. The Sun tituló: "Los argies (término despectivo en inglés para referirse a los argentinos) sobre nuestras tumbas. Un vídeo del equipo olímpico insulta a nuestros muertos".

Thesun

  La casa central de Young & Rubicam, con sede en Nueva York, emitió un comunicado con un tono enérgico, sin ahorrar críticas a su propia filial argentina:

   "Nos hemos enterado de que nuestra agencia en la Argentina creó un anuncio para el Gobierno nacional que ha ofendido profundamente a mucha gente en el Reino Unido y en todo el mundo. Condenamos fuertemente este trabajo y hemos pedido que el gobierno de la Argentina retire la pieza.

   No creemos que haya sido la intención de los creadores del anuncio profanar un monumento de la guerra, pero se comportaron de una forma que es inaceptable en nuestra compañía. Además está en contra de nuestra política de no involucrarnos en trabajos con motivaciones políticas. El spot es también ofensivo para el espíritu de las Olimpíadas.

   Lo que sea que los creativos quisieron reflejar, lograron exactamente lo contrario a todo lo que esta empresa representa. Sentimos mucho el dolor que este anuncio ha causado y nos disculpamos ante aquellos que han sido perturbados por él, tal como lo nosotros".

   Falta a la verdad la casa matriz cuando afirma que la compañía procura no involucrarse en trabajos con motivaciones políticas. La última campaña de Cristina Fernández a la Presidencia incluyó una serie de piezas publicitarias de su creación. Más allá en el tiempo, a través de la firma Burson-Marsteller, el mismo grupo ideó el perverso slogan "Los argentinos somos derechos y humanos", que la dictadura militar utilizó durante el mundial de fútbol del año 1978 para neutralizar las denuncias por violaciones a los derechos humanos que cometía mientras distraía a gran parte de la sociedad con los triunfos de la selección argentina.

    Luego, en Buenos Aires, la agencia local se defendió con un mensaje, firmado por su director general creativo, Martín Mercado. Sin pedir disculpas, Mercado respondió:

     "El spot de Malvinas se origina como un mensaje para el país, para los argentinos. No para el afuera. Sí quisimos honrar a nuestros ex combatientes y dar un mensaje que reivindique lo que consideramos nuestra soberanía. No quisimos ofender a nadie. Creemos en la fuerza de la publicidad, pero nunca se nos ocurrió semejante repercusión a nivel mundial. Entendemos los distintos criterios y opiniones; y agradecemos las muestras de afecto de todas las personas que nos las hicieron llegar".

   Mientras tanto, el Gobierno continúa emitiendo el aviso, que también despertó reparos del Comité Olímpico Internacional (COI). "Los Juegos Olímpicos no deben ser un foro para tratar problemas políticos y el COI lamenta cualquier uso de los Juegos con esa finalidad, porque siempre se ha esforzado por separar deporte y política", comentó la portavoz del organismo internacional, Emmanuelle Moreau, desde Lausana, Suiza.

   La propaganda y sus secuelas dieron la vuelta al mundo, pero quien no sabe aún si podrá viajar a Londres es su protagonista. El martes próximo, la embajada británica en Buenos Aires organiza un agasajo para periodistas y atletas argentinos que van a participar de los juegos. Zylberberg no está invitado, pero nunca lo estuvo; y aunque su presencia en Londres podría despertar mucha curiosidad, resta aún saber si el entrenador del equipo de hockey masculino lo convocará a los juegos.

 

 

El País

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