Sènakpon Gbassi e Irene Calero
Casa Mediterráneo acogió en Alicante, una exposición dedicada a la arqueología, en particular, a la Via Domitia cuya edificación se remonta al siglo I a.C. Es el resultado de la política de excavaciones llevada a cabo estos treinta últimos años por la Asociación francesa Arqueofactory, con domicilio en Loupian, un municipio situado en el sur de Francia, a unos 35 kilómetros de Montpellier.
Esta exposición ha sido el fruto de una colaboración entre el Liceo Francés de Alicante y el Ministerio Galo de la Cultura cuyo Conservador del Patrimonio se desplazó para poner de relieve la importancia, tanto de la prospección arqueológica, como de la conservación del patrimonio, en interés de la Humanidad. En colaboración con la Universidad de Alicante, se organizó igualmente una mesa redonda entre arqueólogos de ambos países. El encuentro, que tuvo lugar en el Liceo Francés de Alicante, permitió debatir y comparar aspectos tan esenciales en la actualidad como la formación, la protección así como la financiación de la arqueología.
Los visitantes han podido observar la reconstrucción de una posada romana llevada a cabo en Loupian. Los trabajos empezaron en 2004 pero fueron interrumpidos por la cercanía de una mina de bauxita que ponía en peligro la actividad en el terreno, siendo retomadas en 2014. Sin lugar a duda, el mayor descubrimiento en estas excavaciones fue la Via Domitia, vía romana que discurría entre la actual Italia y España, pasando por Francia, vía principal de las grandes corrientes comerciales de la época galo-romana, hecho constatado a partir del estudio de los diversos tipos de cerámicas y de las monedas halladas. Asimismo los visitantes pudieron apreciar el desarrollo del trabajo arqueológico que permitió descubrir una ruta privada, paralela a la vía Domitia, que habría servido como punto de acceso a esta vía principal.
La Asociación Arqueofactory fue creada en 1985 por un grupo de amigos, estudiantes de Arqueología en la Universidad Paul Valery de Montpellier, para desarrollar las excavaciones en el litoral de Languedoc-Rosellón que reúne cuatro provincias, Montpellier, Bézier, Narbona y Perpiñán. Asimismo promueven la participación de voluntarios en aras de difundir y acercar esta ciencia a diversos públicos. El desarrollo de sus actividades está ligado a la evolución de la arqueología preventiva en Francia cuyo objetivo consiste en la búsqueda y protección de yacimientos arqueológicos amenazados por la construcción, autovías, vías ferroviarias, aparcamientos, inmuebles o movimientos de tierra. Con este fin llevan a cabo sondeos, excavaciones y se encargan posteriormente de su preservación. El origen legal de este tipo de arqueología proviene del Convenio Europeo para la protección del patrimonio arqueológico – Malta, 16 de enero de 1992-. Concretamente en la legislación francesa, debe aludirse al Código del patrimonio creado por una Ley del 17 de enero de 2001 y modificada en agosto de 2003. En 2001, también se creó el Instituto Nacional de búsquedas arqueológicas, un organismo centralizado, pero con ocho direcciones regionales.
En Francia, desde 2001, la actividad arqueológica y la investigación, se ejercen fundamentalmente en el marco de la arqueología preventiva o en el de la arqueología programada, organizadas bajo los auspicios del Ministerio de Cultura y Comunicación así como del Ministerio de Educación Superior e Investigación. En efecto, cuando se acondiciona el espacio para fines públicos o privados (para construir una carretera o un edificio, por ejemplo), el suelo y el subsuelo se examinan de forma automática. Antes de que comiencen las obras, y para asegurarse de que no sean interrumpidas accidentalmente por descubrimientos arqueológicos, se realizan estudios previos con el fin de averiguar si el terreno contiene rastros o testimonios de ocupaciones humanas anteriores; es la fase de diagnóstico. Su objetivo es detectar, caracterizar, aislar y fechar posibles restos arqueológicos, realizando sondeos con una excavadora sobre un 5 a 10% de la superficie del suelo afectado por el proyecto urbanístico. Esto conduce a un informe cuyo resultado puede conllevar la realización efectiva de las obras proyectadas o la modificación del proyecto. Actualmente, la participación del sector privado en estas actividades es del 25%.
Las excavaciones y los diagnósticos están sujetos a una tasa arqueológica que debe abonar cualquier sujeto, de derecho privado o público, que esté planeando la realización de obras que afecten al subsuelo. El constructor, además, debe soportar los costes derivados de los sondeos y las excavaciones. Es cierto que la tasa es simbólica y que la normativa prevé numerosas posibilidades de exención, por lo tanto puede peligrar el futuro de la arqueología preventiva en Francia, de ahí la importancia de la financiación.
Sènakpon Gbassi es Cónsul Honorario de Francia en Alicante e Irene Calero Cerqueira es estudiante de la Universidad de Alicante y ex alumna del Liceo Francés de Alicante. Ambos participaron en la inauguración de la exposición "Intercambios y pueblos alrededor del Mediterráneo:la aportación de la arqueología" el pasado mes de junio en Casa Mediterráneo.
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