Corarl Pastor
Coincidiendo con el 75 aniversario de la muerte de Miguel Hernández, el pasado 25 de febrero tuvo lugar un concierto que, bajo el título de “Dos Orillas”, reunió al grupo Nakhla con el artista Fraskito como invitado en el Teatro La F.O.L de Casablanca (Marruecos).
El espectáculo, organizado con la colaboración de Casa Mediterráneo, permitió escuchar los poemas más universales de Miguel Hernández cantados en español y árabe, subrayados por una instrumentación ecléctica que nos sitúa en la creencia de la convivencia entre las diferentes culturas. La actuación logró el espíritu de la auténtica fusión y tanto en las presentaciones como en el desarrollo de cada uno de los temas, las dos lenguas parecían fundirse en una misma expresión de clara comprensión para el público asistente desde las dos orillas.
La orquesta de música árabe Nakhla fue fundada en el año 2002 con objeto de divulgar la cultura árabe a través de conciertos y actividades didácticas. Los músicos que la integran, de distintas nacionalidades y con gran diversidad en su formación musical, hacen de ésta una orquesta con sello propio, que se traduce en su particular forma de ejecutar el repertorio tradicional del legado árabe, andalusí y de las diferentes regiones del área mediterránea.
Gran destreza y cercanía con los espectadores por parte de Hicham Malki (eje del grupo y cantante) junto al fluido engranaje de los instrumentistas: Hamid Lux en percusión, Chelo Romero en la batería, Monserrat Salma Vives en cello y laúd árabe, Fernand Depiaggi en el nei, Youssef Hamuda en el kanun y Mohamed Boumergoud en el violín.
En múltiples ocasiones el kanun, familia de la vieja cítara a la que ya aludía Pitágoras en su música de las esferas, esa especie de arpa horizontal que nos traslada a los bosques, a atmósferas vegetales, a espacios imaginarios, atrapaba la mirada de los espectadores sobre las manos de Youssef Hamuda quien hacía danzar sus dedos entre las cuerdas, envueltos en púas que producen el mismo efecto que el carey.
El público, eslabón fundamental en toda puesta en escena, recibió y respondió con todos los sentidos: algarabía, palmas con compás, aplausos, voces y coros en los estribillos, y hasta sucesivas taghridas; sonido que denota aprobación y gusto, felicidad, patrimonio de las mujeres en el que la glotis se impulsa para emitir un agudo grito roto, un aplauso en toda su extensión con las cuerdas vocales.
Por su parte, Fraskito, autor y compositor, verdadero mago de la guitarra, aportó el color del flamenco en combinación con los instrumentos y la percusión árabe. Sobre las letras que se escucharon en el escenario baidaní, se hace imprescindible subrayar el efecto sonoro y la comprensión del valor que desprende cada uno de los poemas de Miguel Hernández. Es una experiencia inaudita, al hablar con el público tras el concierto, concluir que para cualquier espectador extranjero, el idioma no solo no es una barrera sino que en este caso la música y la propia rapsodia flamenca transmiten el germen de cada poema, conduciéndonos a una comprensión de naturaleza sensitiva y emocional.
En calidad de artista invitado, Fraskito contribuyó como es habitual con su maestría con la guitarra, que cala en la emoción del espectador, e impulsó con su repertorio una miscelánea de gran disfrute, en la que coqueteaba el aire flamenco con canciones populares como La Tarara, Llegó con tres heridas, o Nanas de la Cebolla de Miguel Hernández. Varios fueron los temas que tomaron el escenario del Teatro La F.O.L., pertenecientes a la Gira 2017 “Tierra y Sangre” de Francisco Rodríguez, Fraskito, en un auténtico código de fusión, donde no cabe la traducción, pues en este caso la música se convierte en el propio vehículo para la comprensión.
Todo un lujo cuando, a través del arte, se produce la comunicación, cuando unos y otros verbalizan desde la escena a platea y viceversa sin traductores ni mediación. Es entonces cuando se produce el auténtico encuentro de culturas. Si hemos de buscar una síntesis para concluir con la experiencia de Nakhla en Casablanca, bastan las palabras. “Dos orillas”: Encuentro de lenguas, culturas, músicas, letras y emociones. Fusión de tantos ingredientes que para sí los quisiera la cocina mediterránea. La apuesta para propiciar la divulgación, el conocimiento, disfrute y participación del público a través de la música y la poesía de las dos orillas está servida.
Coral Pastor es actriz y directora de escena especializada en comunicación social. Su artículo se enmarca en el Concierto “Deux Rives” del grupo musical “Nakhla” que tuvo lugar en el teatro La F.O.L. de Casablanca el pasado mes de febrero con la colaboración de Casa Mediterráneo.