Javier Rosón
Ramadán es un mes del año señalado para millones de musulmanes en el mundo. Un tiempo dedicado a la reflexión interior, al encuentro y la convivencia. En su vertiente más práctica, el ayuno o sawm del mes de Ramadán, es el cuarto pilar del islam y una de sus características más conocidas entre los no musulmanes, designando, fuera de la lengua árabe, más el propio ayuno que el mes.
Este ayuno, recomendado durante otros momentos del año, comenzó el día 27 de mayo, con la puesta de sol, en el momento en el que los musulmanes pudieron contemplar el cuarto creciente por primera vez. De estricto cumplimiento para todo el que pueda realizarlo, el ayuno se efectúa durante todos los días del mes desde la salida hasta la puesta de sol, llegando a modificar sensiblemente la vida de los creyentes musulmanes mientras dura: se vive más de noche; la gente se reúne para compartir la ruptura del ayuno; muchos emigrantes musulmanes vuelven a sus países de origen para ayunar con los suyos (en parte porque consideran que el ayuno es más duro si se está en un medio no musulmán); y también cambia la alimentación y la preparación de estos alimentos específicos de gran aporte energético.
Este mes se visibiliza cada vez más en nuestro país debido a que los musulmanes son una de las comunidades religiosas mayoritarias, muchos de ellos españoles, llegando a alcanzar aproximadamente los dos millones de fieles (concentrados principalmente en Cataluña, Madrid y Andalucía).
En este contexto, el Festival “Noches de Ramadán” atesora una larga trayectoria, que se inició en el año 2006 en el barrio madrileño de Lavapiés y que Casa Árabe lideró desde el año siguiente. Con el fin de fomentar la integración y cooperación cultural entre ciudadanas y ciudadanos que compartían un mismo espacio público, y durante siete ediciones consecutivas, se llevaron a cabo infinidad de actividades que involucraron a distintas instituciones públicas y privadas, colectivos y regiones (como Alicante –Benidorm y Xàbia– y Las Palmas de Gran Canaria). Este conjunto de actividades, pioneras en Madrid, también tuvo reflejo, en 2014, en la ciudad y en la sede de Casa Árabe en Córdoba, en la que por cuarto año consecutivo se ha consolidado como un encuentro único para dar a conocer la cultura del mundo musulmán, tan presente en nuestra historia común, en el que unos pueden celebrar su fiesta más importante y otros compartir y aprender de la realidad de sus vecinos más próximos.
Con este objetivo en el horizonte, Casa Árabe, en colaboración con la Unidad de Turismo del Ayuntamiento de Córdoba y el Instituto Halal, ha apostado decididamente por la diversidad y la convivencia, y muy concretamente por el papel de la cultura como elemento difusor e integrador.
Este año, con más de 30 actividades programadas, “Noches de Ramadán” ha contado con un ciclo de cine de Casa Árabe, dos exposiciones, cinco conferencias, cuatro conciertos de distinto formato, cinco presentaciones de libros, dos representaciones de narración oral y ocho paseos temáticos y/o recreaciones históricas. Para “desentrañar” un poco este programa, del que han podido disfrutar más de 1.900 personas, se ha trabajado en cinco líneas específicas o bloques de contenido: para el primer bloque, hemos contado con actividades más relacionadas con la visión que tiene el propio musulmán del mes y de la práctica en general. Para la ocasión hemos contado con presentaciones de libros de temática histórica, y con conferencias que han analizado el papel de los musulmanes en el presente, que han aportado una visión académica y formativa que pretende luchar contra los estereotipos y juicios de valor equivocados sobre las comunidades árabes y musulmanas que residen en España.
En el segundo bloque se ha trabajado específicamente sobre cuestiones de género, sobre el papel de la mujer en al-Ándalus y el papel de las mujeres musulmanas en el presente. También sobre cuestiones de cultura, protocolo y ceremonial árabe.
El tercer bloque ha tenido un componente más “lúdico”, con la programación de tres conciertos: uno de jazz con el grupo Sinouj, otro de flamenco fusión con el grupo liderado por el marroquí Simo Baazzaoui, y una velada poético musical titulada “Huellas de al-Ándalus, poesía y música para sanar el alma”.
Para el cuarto bloque hemos contado con diferentes recreaciones históricas y paseos temáticos, aprovechando el entorno privilegiado en el que se encuentra la sede de Casa Árabe en Córdoba, junto a la mezquita-catedral y el barrio de la Judería –ambas declaradas Patrimonio de la Humanidad. Poner en contexto el pasado, sin duda, es un paso imprescindible para reflexionar sobre los procesos contemporáneos de convivencia y de hibridación cultural.
Por último, y de forma transversal, también se han programado un ciclo de cine titulado “Cine y Sufismo”, distintas actividades de narración oral a cargo de Héctor Urién, narrador profesional que ha puesto en escena un espectáculo novedoso y original basándose en la estructura de la historia de Sheherezade. Y también dos exposiciones: "Jayal, la imaginación creadora: El sufismo como fuente de inspiración" -exposición que pretende mostrar una experiencia de encuentro entre el actual momento cultural español y el variado y amplísimo mundo de referencias culturales, artísticas y espirituales del islam y el sufismo, y que se puede visitar hasta el 20 de julio de 2017 en la sede de Casa Árabe en Córdoba-, y "Fiestas y tradiciones islámicas" -que da a conocer los aspectos más relevantes sobre las fiestas de la religión islámica, su calendario, sus tradiciones y costumbres festivas-.
En definitiva, actividades concebidas para jóvenes y para adultos que reflejan la rica pluralidad cultural existente en nuestro país, y la decidida apuesta de Casa Árabe por acercar de forma objetiva la cultura del mundo musulmán, para conocer y reconocer a los demás y enriquecerse mutuamente.
Javier Rosón es coordinador de Casa Árabe en Córdoba. Su artículo se enmarca en las actividades del Programa “Noches de Ramadán”, organizado por Casa Árabe durante los meses de mayo y junio de 2017.
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