Red de Casas del Ministerio de Exteriores

Pilar Martino Alba

El Centro Sefarad -Israel conmemora a dos grandes poetas judíos de expresión alemana. Por un lado, Nelly Sachs (Berlín, 1891 – Estocolmo, 1970) de la que se acaban de cumplir sesenta años de la concesión del Nobel de Literatura, motivo por el que la Embajada de Alemania, el Goethe Institut y el Centro Sefarad -Israel, en colaboración con las universidades madrileñas, han organizado una serie de actividades culturales en torno a esta gran poeta cuya obra es inseparable de su identidad judía y de los tristes y dramáticos acontecimientos que la obligaron a huir de Alemania y exiliarse en Suecia, donde desarrolló la mayor parte de su carrera literaria, así como su actividad traductora. Su obra traductográfica dio a conocer al mundo germanoparlante la obra de diferentes poetas suecos. La obra poética propia deja traslucir una deprimente angustia vital por el destino del pueblo judío en la Alemania nacionalsocialista. En sus poemas aparecen con frecuencia elementos como ceniza, chimenea, polvo, lamento, tumba… Los mismos títulos de sus poemarios, tales como En las moradas de la muerte, que dedica “A mis hermanas y hermanos muertos”, Y nadie sabe cómo seguir, Huida y transformación, Aún festeja la muerte la vida, entre otros, o de sus dramas escénicos, como Eli. La Pasión de Israel, ponen de manifiesto el sufrimiento del pueblo judío a través de la palabra de esta poeta de extrema sensibilidad.

Por otro lado, Paul Celan (Cernăuti, Reino de Rumanía [hoy en Ucrania] 1920 – París, 1970), filólogo, poeta y traductor que llevó la lengua alemana a límites de excelencia expresiva cargada de elementos simbólicos que, en ocasiones, rayan en el surrealismo. Hay en su obra brillantes neologismos, objetos recurrentes que de una u otra manera conducen al lector a imaginar el drama de los perseguidos y aniquilados, a los que quiere recordar a través de piedras, árboles, ojos, cenizas... Nacido en un territorio multilingüístico y multicultural, donde la literatura formaba parte indisoluble de la formación académica, recibió una educación basada tanto en la tradición cultural judía, promovida por su padre, como en la lengua y literatura de expresión alemanas, animado por su madre. Ambos progenitores murieron en un campo de exterminio, lo que marcó también su obra, si bien el mismo poeta decía que para él lo judío estaba en su poesía más anímicamente que temáticamente, aunque todos sus poemarios llevasen implícito el judaísmo. Algunas de sus obras más conocidas son Junto a las fosas, La arena de las urnas, Amapola y memoria, De umbral en umbral, La rosa de nadie, Cambio de aliento, La fuga de la muerte o Hebras de sol, considerada una de sus obras cumbre.

En la correspondencia que mantienen ambos poetas durante casi dos décadas, reflexionan sobre lo que les conmueve y mueve a escribir, sobre la identidad, conciencia y destino del pueblo judío, sobre cómo la política trata de exterminar una realidad cultural. En el epistolario que les une en la distancia recuerdan a los ausentes y los hacen presentes a través de la mención de varias decenas de personajes con los que directa o tangencialmente tuvieron relación, de manera que muchos de ellos salen a la luz a través de la mención de Sachs y Celan. Los numerosos referentes culturales presentes tanto en la correspondencia como en sus respectivas obras poéticas, van dejando unos rastros indelebles que permiten al lector seguir sus huellas vitales y creativas.

Ambos poetas recibieron numerosos premios literarios en el contexto cultural de expresión alemana. Nelly Sachs obtuvo los siguientes: Premio de la Asociación Sueca de Escritores en 1958, Premio de Literatura otorgado por el Círculo Cultural de la Federación Alemana de Industria en 1959, Premio de Literatura Droste para Poetisas en 1960, Miembro correspondiente de la Academia de Artes de Hamburgo en 1961, Miembro correspondiente de la Academia de Bellas Artes de Baviera en 1963, Premio Nobel de Literatura en 1966. Por su parte, Paul Celan, quien hubiese merecido, sin lugar a dudas, también el Nobel por la renovación y originalidad de su intrincado lenguaje poético, recibió el Premio de Literatura de la ciudad de Brema en 1958, Premio Georg-Büchner en 1960, y el Gran Premio a las Artes de la región de Renania del Norte-Westfalia en 1964.

 

Pilar Martino Alba, es profesora Titular de Filología Alemana en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Su artículo se enmarca en el evento celebrado el 24 de octubre en el Centro Sefarad – Israel en torno a la correspondencia entre los literatos judíos Nelly Sachs y Paul Celan.

El Renacimiento de la «Ciencia en al-Andalus»

Por: Red de Casas

18 oct 2017

Daniel Valdivieso

 

            En su elevada gloria, el emir Abd al-Rahman [II] superó los hechos oídos de sus predecesores en cuanto al agasajo que             hacía a toda clase de sabios, alfaquíes, literatos y poetas, con constante atención, acercamiento, reconocimiento de             sus derechos y satisfacción de sus peticiones [...].

Así describía Ibn Hayyan la labor del cuarto emir de al-Andalus en su afán por cultivar las artes y las ciencias en el emirato occidental. No en vano, muchos lo consideran el iniciador de la que un siglo después se convertiría en la biblioteca más importante de Occidente gracias a la labor de su remoto sucesor, el califa al-Hakam al-Mustansir. Ambos constituyen los más sobresalientes ejemplos de la política de mecenazgo que caracterizó —en mayor o menor medida— a los gobernantes Umayya de al-Andalus, y que convirtió a Qurtuba en aquella “luz de Occidente” donde el talento o el conocimiento podrían granjearte una vida acomodada, y las ideas revolucionaras encontraban amparo en lugar de hostilidad. De hecho, según nos cuenta también Ibn Hayyan, el célebre músico Ziryab elegiría al-Andalus como lugar donde refugiarse de su antigua vida cuando le hablaron de las grandezas del emir al-Hakam [I] [...], de sus elevados afanes y sólido poder.

La identidad de algunos de estos hukama al-Andalus —“sabios de al-Andalus”— nos es hoy conocida gracias a las páginas que Ibn Hayyan, Ibn Sa‘id, Ibn Abd al-Malik al-Marrakusi o Ibn al-Faradi les dedicaron dentro de sus crónicas pero, de igual manera, sus logros han sobrevivido hasta nuestros días a través de instrumentación hallada en contextos arqueológicos, datos contenidos en sus manuscritos científicos, cálculos encerrados en la compleja arquitectura andalusí o abundantes trazas botánicas de los desaparecidos jardines, así como en la fuerte influencia que tuvieron en la cultura europea y magrebí. Toda esta información permite abordar e incluso retomar sus propios estudios desde las equivalentes disciplinas de la ciencia moderna, conformando un apasionante área de investigación que atrae a expertos de diferentes ámbitos académicos.

Con este motivo, se celebró entre los días 20 y 22 de septiembre el congreso internacional Ciencia en al-Andalus que, bajo la coordinación de Monica Rius (CRIC-UB) y Cristina de la Puente (CSIC), reunió a varios de los más ilustres expertos nacionales e internacionales en la materia: el arabista Julio Samsó, el ingeniero Salim al-Hassani, el biólogo Mustafa Yavuz, el matemático Benno Van Dalen o los historiadores David King y Ekmeleddin Ihsanoglu, por citar algunos. Y por si el programa no resultase lo suficientemente atractivo, mencionar que este prestigioso encuentro tuvo lugar en la sede cordobesa de Casa Árabe, una institución que, como viene siendo habitual, lo programó de forma abierta y gratuita. No hay más que consultar su agenda para comprobar la intensa actividad científica y cultural que lleva a cabo a lo largo de cada año.

Las intervenciones se sucedieron a lo largo de tres jornadas estructuradas según las diferentes disciplinas científicas y su estudio, esto es, transmisión científica, matemáticas y astronomía, instrumentación, aplicaciones de la astronomía, medicina y agronomía, y ciencia y religión; entre las cuales —y a título personal—, me gustaría destacar la brillante ponencia del profesor Esteban Hernández Bermejo (UCO) a quien, a pesar de ser protagonista en prácticamente la totalidad de la investigación arqueobotánica —y al que por cierto, debemos nuestro exuberante Jardín Botánico—, su intacto entusiasmo le obligó a recortar su intervención, muy a pesar de los asistentes, que asistíamos fascinados a una clase magistral acerca de la abundante introducción de especies vegetales durante el periodo andalusí.

Aunque sin duda, la mayor expectación la generó la ponencia que cerraba el congreso: La qibla en la Córdoba medieval y la orientación de la Mezquita Aljama, presentada por el profesor David King. Éste es sin duda un tema que siempre ha generado —y seguirá generando— intensos debates entre quienes achacan su relativa imprecisión a errores instrumentales y aquellos que afirman existía intencionalidad, a pesar del relativo consenso respecto a las limitaciones urbanísticas de su fase constructiva inicial. Tras desgranar toda la investigación realizada hasta el momento, acabaría afirmando entre risas que “¡Resulta que está bien orientada!”. La ronda de preguntas se convirtió entonces en una charla entre amigos, en la que el propio King y Julio Samsó se recordaron anécdotas personales fruto de su larga amistad. Y es que ése es precisamente el mayor logro de Casa Árabe: que en un evento de tal envergadura se cree esa sensación de familiaridad. Personalmente, creo que nada resume mejor lo vivido esos días que el comentario que mi apreciada —y futura eminencia— Dra. Carmen González me hizo en uno de los descansos, cuando vimos a Julio Samsó, David King y Ekmeleddin Ihsanoglu sentados bromeando en el borde de la fuente del patio: “esa es una imagen de las que acaba en los libros de Historia”.

 

Daniel Valdivieso es licenciado en Psicología, autor de "La Córdoba de Ibn Hazm: Crónica de Ibn Hazm sobre la Qurtuba de los Banu Umayya", y uno de los asistentes al congreso internacional “Ciencia en al-Ándalus”, celebrado en la sede de Casa Árabe en Córdoba entre el 20 y el 22 de septiembre.

Camille Pissarro: judío y artista

Por: Red de Casas

11 oct 2017

Federica Palomero

 

Pissarro ha sido sin lugar a dudas el primer artista judío en obtener un sitio destacado en la historia del arte, como pionero del impresionismo que fue junto

Monet y Renoir. Antes de él hubo en el Siglo XIX algunos artistas judíos que lograron cierto renombre, como es el caso de Moritz Daniel Oppenheim en Alemania y Edouard Moyse en Francia. Sin embargo, su impronta en el contexto artístico de su época fuera del ámbito propiamente judío fue escasa, en nada comparable con la importancia que todavía se le reconoce a Pissarro.

La ascendencia del artista es judía tanto por parte materna (la que según la Ley determina su pertenencia al Pueblo judío), como paterna. Su madre, Rachel Manzano Pomié, era criolla dominicana, sefardita como lo demuestra su apellido Manzano. Pomié es la traducción al francés de manzano: “pommier”, ortografiada al modo “créole”.

El padre de Camille, Frédéric Abraham Gabriel Pissarro, era de origen portugués, del pueblo de Bragança. Según algunas fuentes, su nacimiento en 1802 fue en ese lugar; según otras, en la ciudad francesa de Burdeos, donde la comunidad judía sefardita era numerosa y próspera.

Ahora bien, más allá de estos datos genealógicos, cabe preguntarse cuales eran los lazos entre Abraham Jacob Camille Pissarro y el judaísmo. Su educación escolar fue laica, si bien en el hogar Pissarro-Manzano se seguían las tradiciones judías, aunque al parecer de un modo bastante laxo. De hecho, llama la atención que en la lápida funeraria de la familia Pissarro en el cementerio parisino del Père Lachaise, donde reposan, entre otros familiares, Camille Pissarro y sus padres, no se encuentre ningún símbolo judío. Él mismo profesó desde joven ideas de izquierda, incluso anarquistas, incompatibles con cualquier creencia religiosa. Pero no renegó de sus orígenes, y el apodo de Moisés que le dieron sus compañeros artistas nunca le pesó. Al final de su vida, fue testigo del famoso caso Dreyfus, que hizo surgir a la luz pública el antisemitismo socavado de parte de la sociedad francesa.  Él se involucró en el campo de los “Dreyfusards”, defensores de la inocencia del Capitán acusado falsamente de traición. Es difícil saber si lo hizo por solidaridad con el militar -judío como él-, por sus convicciones políticas o por su afán de justicia (tal vez fue por estas tres razones juntas). Lo cierto es que su apoyo a la denuncia del escritor Emile Zola en su artículo “J’accuse”, pidiendo la revisión del juicio, lo colocó definitivamente del lado correcto de la Historia. El precio que pagó entonces fue alto, ya que le valió, además de insultos y amenazas, la ruptura de su larga y estrecha amistad con Edgar Degas, así como con otros artistas que manifestaron entonces un feroz antisemitismo, como Cézanne y Renoir.

Ahora bien, la identidad judía de Pissarro no hace de él un “artista judío”, en el sentido de que Chagall, por ejemplo, es un artista judío, en la medida en que, frecuentemente, tanto su iconografía como su peculiar mundo poético están ligados al judaísmo. Al contrario, en la pintura de Pissarro no se encuentra ningún indicio de su pertenencia hebrea, por lo que su condición de judío no posee ninguna relevancia a la hora de estudiar su obra. No hay ninguna “visión judía del mundo” en el arte de Pissarro.

A los 22 años rompió con su medio familiar burgués y económicamente próspero y viajó a Venezuela con el pintor danés Franz Melbye. Allí produjo dibujos y acuarelas que demuestran su temprano interés por la naturaleza y, particularmente, la vegetación y los efectos de luz y atmosfera. Asimismo, plasmó la vida cotidiana de la gente humilde. En 1856 se radicó en Francia y nunca volvió al Trópico. Su rechazo del lenguaje académico lo llevó a acercarse a Corot, el mayor paisajista de su tiempo, y con él se confortó en su vocación de pintor de la naturaleza. Abandonó la luz artificial del taller y se dedicó a pintar al aire libre, atento a los cambios de clima y de color, al paso de las estaciones, a los reflejos en el agua, en fin, a todo aquello que contribuye a que lo efímero, lo inestable y transitorio haga del paisaje un espectáculo siempre renovado.  En 1959 conoció a Claude Monet y juntos, al aclarar la paleta, eliminar el claroscuro, usar pinceladas visibles, fueron creando el Impresionismo.

Pero, como ya lo había demostrado desde joven en su obra “venezolana”, también era muy atento a los seres humanos y, después de Millet, se convirtió en el retratista de la gente humilde del campo, representada en sus quehaceres más cotidianos.

Desde luego, el caso de Camille Pissarro lleva a una reflexión sobre la vigencia del “arte judío” como una categoría sostenible dentro de la historia del arte. Si bien hay artistas judíos que producen un “arte judío”, otros, siendo judíos, no podrían caber en dicha categoría.

 

Federica Palomero es Historiadora del Arte graduada en la Universidad de Toulouse le Mirail, comisaria-jefe del Museo de Bellas Artes de Caracas y directora del Museo Sefardí de Caracas Morris E. Curiel. Su artículo se enmarca en la conferencia "Camille Pisarro: el olor de la tierra", celebrada el día 9 de octubre de 2017 en el Centro Sefarad-Israel.

 

Perú: firme vocación internacional

Por: Red de Casas

04 oct 2017

Gonzalo Solana

En los últimos años un número importante de empresas españolas, en especial de pequeña dimensión, se ha implantado en Perú. Según la Cámara de Comercio española en Perú hay alrededor de 400 compañías españolas operativas en este país y un gran número de ellas, casi el 70%, son pymes y se han establecido a partir de 2009. Por su parte, de acuerdo con información del ICEX, el número de empresas españolas que exportan bienes a Perú se ha más que duplicado desde inicios de la década actual, hasta alcanzar una cifra próxima a 6.500 compañías.

Los motivos más importantes del aumento de la presencia del tejido empresarial español en este país sudamericano están asociados, como en el resto de Latinoamérica, al dinamismo y potencial de expansión de su mercado y a la cercanía cultural e idiomática. En el caso de Perú, y como aspecto diferencial, muchas empresas se han instalado en este territorio por los menores costes relativos necesarios en la implantación y el desarrollo de la actividad cotidiana de los negocios, así como la existencia de más nichos de mercado que en otros países colindantes.

Perú es, después de Panamá, la nación latinoamericana que mayor crecimiento económico ha registrado en los ejercicios transcurridos del actual siglo XXI, 5,5% de media anual. No en vano, su PIB per cápita se ha más que triplicado desde 1980 y, según la CEPAL, es el país latinoamericano que más ha reducido sus niveles de pobreza en el actual siglo, del 55 % a inicios del presente milenio a un 22 % en 2015. La inflación es moderada y estable, la deuda pública en circulación y la deuda exterior son reducidas, y su moneda, el sol, ha mostrado una volatilidad limitada. De hecho, las agencias de rating han otorgado a Perú el grado de inversión a su deuda soberana, con la segunda mejor calificación de Latinoamérica por detrás de Chile.

En el año en curso, el aumento esperado del PIB peruano será más reducido, del orden del 2,5%, como consecuencia de los relevantes daños causados por el fenómeno climatológico denominado El Niño, el retraso en la ejecución de importantes programas de inversiones públicas en infraestructuras y las huelgas registradas en la mina cuprífera más importante del país. En cualquier caso, en 2017 el crecimiento de la economía peruana será superior al resto de los países que, junto a Perú, crearon la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia y México) y las previsiones de los organismos internacionales son que en los próximos ejercicios recupere un ritmo de expansión anual cercano al 3,5-4% .

El “bono demográfico” que supone disponer de una población joven - la edad media es de 28 años-, el auge de las clases medias y las mejoras en la exportación y el turismo son factores expansivos que deberían complementarse con la ejecución de los ambiciosos programas de inversiones públicas previstos en infraestructuras y los efectos derivados de las políticas de inclusión social y reducción de la pobreza que se están poniendo en práctica.

Para las pymes españolas que quieran iniciarse o ampliar sus actividades en el exterior, Perú es un país a considerar. Como en cualquier país, es necesario estudiar con cuidado las características del mercado y la política local, disponer de suficientes recursos -los periodos de maduración en estos procesos son largos- y asesorarse adecuadamente. Para ello, existen servicios públicos y privados especializados y una amplia colonia de empresas españolas, con una presencia significativa en sectores básicos de la economía peruana, que les facilitarán su adaptación y el conocimiento preciso para trabajar en este mercado.

Perú es un país que muestra una firme vocación internacional y que, más allá del signo ideológico de los distintos partidos políticos que han gobernado tras la implantación de la democracia en 1980, ha apostado, como políticas de Estado, por la estabilidad y por una agresiva estrategia de inserción internacional. El actual Gobierno se ha comprometido en reformas para fortalecer sus instituciones y en la aplicación de políticas de inserción social que reduzcan la pobreza y la informalidad. De hecho, entre sus objetivos está el ingreso en el año 2021 en la OCDE.

El tejido empresarial español debe ser consciente de este activo y valorar la conveniencia de aumentar su presencia en este país, así como de llegar a acuerdos estratégicos con compañías peruanas que faciliten el acceso conjunto a otros mercados internacionales.

 

Gonzalo Solana es Director de la Cátedra Global Nebrija Santander en internacionalización de empresas y su artículo se enmarca en la presentación del libro “Perú: firme vocación internacional” que tuvo lugar el pasado 14 de septiembre de 2017 en Casa de América.

Sobre el blog

La Red de Casas es un instrumento de la diplomacia pública española, compuesto por Casa África, Casa de América, Casa Árabe, Casa Asia, Casa del Mediterráneo y Centro Sefarad-Israel. Su finalidad es fortalecer la cooperación política y económica, el diálogo intercultural, el mutuo conocimiento y los lazos de España con los distintos ámbitos geográficos en los que actúan. Este blog dará voz a las personalidades políticas, institucionales, sociales y culturales que participan en las actividades de las Casas y servirá para invitar a las actividades que se organizan. Web: www.reddecasas.es Twitter: @ReddeCasas.

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