Gonzalo Solana
En los últimos años un número importante de empresas españolas, en especial de pequeña dimensión, se ha implantado en Perú. Según la Cámara de Comercio española en Perú hay alrededor de 400 compañías españolas operativas en este país y un gran número de ellas, casi el 70%, son pymes y se han establecido a partir de 2009. Por su parte, de acuerdo con información del ICEX, el número de empresas españolas que exportan bienes a Perú se ha más que duplicado desde inicios de la década actual, hasta alcanzar una cifra próxima a 6.500 compañías.
Los motivos más importantes del aumento de la presencia del tejido empresarial español en este país sudamericano están asociados, como en el resto de Latinoamérica, al dinamismo y potencial de expansión de su mercado y a la cercanía cultural e idiomática. En el caso de Perú, y como aspecto diferencial, muchas empresas se han instalado en este territorio por los menores costes relativos necesarios en la implantación y el desarrollo de la actividad cotidiana de los negocios, así como la existencia de más nichos de mercado que en otros países colindantes.
Perú es, después de Panamá, la nación latinoamericana que mayor crecimiento económico ha registrado en los ejercicios transcurridos del actual siglo XXI, 5,5% de media anual. No en vano, su PIB per cápita se ha más que triplicado desde 1980 y, según la CEPAL, es el país latinoamericano que más ha reducido sus niveles de pobreza en el actual siglo, del 55 % a inicios del presente milenio a un 22 % en 2015. La inflación es moderada y estable, la deuda pública en circulación y la deuda exterior son reducidas, y su moneda, el sol, ha mostrado una volatilidad limitada. De hecho, las agencias de rating han otorgado a Perú el grado de inversión a su deuda soberana, con la segunda mejor calificación de Latinoamérica por detrás de Chile.
En el año en curso, el aumento esperado del PIB peruano será más reducido, del orden del 2,5%, como consecuencia de los relevantes daños causados por el fenómeno climatológico denominado El Niño, el retraso en la ejecución de importantes programas de inversiones públicas en infraestructuras y las huelgas registradas en la mina cuprífera más importante del país. En cualquier caso, en 2017 el crecimiento de la economía peruana será superior al resto de los países que, junto a Perú, crearon la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia y México) y las previsiones de los organismos internacionales son que en los próximos ejercicios recupere un ritmo de expansión anual cercano al 3,5-4% .
El “bono demográfico” que supone disponer de una población joven - la edad media es de 28 años-, el auge de las clases medias y las mejoras en la exportación y el turismo son factores expansivos que deberían complementarse con la ejecución de los ambiciosos programas de inversiones públicas previstos en infraestructuras y los efectos derivados de las políticas de inclusión social y reducción de la pobreza que se están poniendo en práctica.
Para las pymes españolas que quieran iniciarse o ampliar sus actividades en el exterior, Perú es un país a considerar. Como en cualquier país, es necesario estudiar con cuidado las características del mercado y la política local, disponer de suficientes recursos -los periodos de maduración en estos procesos son largos- y asesorarse adecuadamente. Para ello, existen servicios públicos y privados especializados y una amplia colonia de empresas españolas, con una presencia significativa en sectores básicos de la economía peruana, que les facilitarán su adaptación y el conocimiento preciso para trabajar en este mercado.
Perú es un país que muestra una firme vocación internacional y que, más allá del signo ideológico de los distintos partidos políticos que han gobernado tras la implantación de la democracia en 1980, ha apostado, como políticas de Estado, por la estabilidad y por una agresiva estrategia de inserción internacional. El actual Gobierno se ha comprometido en reformas para fortalecer sus instituciones y en la aplicación de políticas de inserción social que reduzcan la pobreza y la informalidad. De hecho, entre sus objetivos está el ingreso en el año 2021 en la OCDE.
El tejido empresarial español debe ser consciente de este activo y valorar la conveniencia de aumentar su presencia en este país, así como de llegar a acuerdos estratégicos con compañías peruanas que faciliten el acceso conjunto a otros mercados internacionales.
Gonzalo Solana es Director de la Cátedra Global Nebrija Santander en internacionalización de empresas y su artículo se enmarca en la presentación del libro “Perú: firme vocación internacional” que tuvo lugar el pasado 14 de septiembre de 2017 en Casa de América.
Hay 1 Comentarios
Gonzalo espero que este año Perú retmine firmando vocación internacional. Con tanto problema internacional las empresas de aca nunca prosperaran si no se lleva un plan de emprendiemiento adecuado
Publicado por: Cronograma de pagos | 11/03/2021 20:26:49