Manuel Montobbio
Vivimos desde siempre, desde Platón, instalados en la polis como unidad política referencial. Una polis – sea ésta la ciudad Estado de la Grecia clásica o el Estado contemporáneo – que presupone otras polis y la consecuente diferenciación entre política interior y exterior, la existencia del sistema internacional como necesario corolario y complemento. Y sin embargo podríamos desde siempre haber vivido, en lugar de en ésta, en la Tianxia que Confucio, Mencio, Mozi, Xunzi o Huanfeizi concibieron en las obras que conforman la Filosofía política clásica china como la unidad de gobierno natural de los seres humanos. Tianxia: todo bajo el cielo, seres que bajo él habitamos. Y habría sido en consecuencia la labor y reto del pensamiento y la acción política la de superar los gobiernos o unidades políticas territoriales para desde ellas construir o contribuir al gobierno de todo bajo el cielo. Y el orden natural de las cosas fuera la existencia de un Gobierno mundial junto y sobre los gobiernos territoriales.
Vivimos una era de cambio y un cambio de era determinado por la conformación de China como potencia global y su centralidad en el sistema internacional, que plantea la cuestión de si dicha emergencia y transformación va a conllevar simplemente un cambio de la estructura, distribución y equilibrios de poder en el sistema internacional existente, o una reconfiguración del mismo y de las ideas y paradigmas en que se sustenta. En ese contexto y con esa potencial trascendencia está teniendo lugar en China un proceso de búsqueda y propuesta para la reformulación de la Teoría de las Relaciones Internacionales, que recurre a la obra de las grandes figuras de la Filosofía política china anterior a la unificación Qin y a Las estratagemas de los reinos combatientes para extraer conceptos útiles para la formulación o reformulación de la Teoría de las Relaciones Internacionales, desarrollada, en función de su relación con la Teoría de las Relaciones Internacionales elaborada en Occidente, en los enfoques anverso, reverso e interactivo, que recurren respectivamente a un sistema conceptual chino, a ésta o a un diálogo intercultural que aplica simultáneamente marcos conceptuales autóctonos y extranjeros; y que cuentan respectivamente con las figuras y teorías referenciales de Zhao Tingyang y su teoría del sistema de la Tianxia, Yan Xuetong y su obra Ancient Chinese Thought, Modern Chinese Power y Qin Yaqin y su teoría de la relacionalidad. Que recurre, en definitiva, al introducir el pensamiento basado en la Tianxia para reconfigurar una Teoría de las Relaciones internacionales basada en el paradigma de la Polis.
Tras proceder a su análisis en mi libro Ideas chinas. El ascenso global de China y la Teoría de las Relaciones Internacionales, continúa éste su itinerario analítico abordando el del debate sobre la Política Exterior de China y el del ascenso global de China, acometiendo una reflexión sobre su cultura estratégica, y el de la dimensión interior del debate exterior y sus implicaciones para la evolución internacional de China; así como el del paso de los “valores asiáticos” a las ideas asiáticas y sus aportaciones a la gobernanza global, en una aproximación a partir de la obra de Kishore Mahbubani, y la relación entre realización de las ideas y proyección internacional, a partir del caso de Singapur. Y concluye con una aproximación a los intentos occidentales de comprensión del pensamiento chino y de su integración en propuestas sintéticas para la gobernanza global, así como al reto de Estados Unidos ante la maldición de Tucídides; y con unas reflexiones sobre los retos para la Unión Europea y para España y unas consideraciones sobre el ascenso global de China, la superación del etnocentrismo y el futuro de la Teoría de las Relaciones Internacionales y sobre China como nuevo actor principal.
Un recorrido del que se desprenden, entre otras, algunas tesis que quisiera compartir. Como que el ascenso global de China tiene una dimensión económica y geopolítica, mas también cultural y paradigmática, implica el reto de construcción entre todos de la universalidad de todos y una Teoría de las Relaciones Internacionales compartida para un mundo compartido. Implica, frente al esquema centro-periferia en que hemos vivido, la asunción de un mundo policéntrico además de multipolar.
Igualmente, sostiene la “maldición de Tucídides” que todo ascenso de una nueva potencia hegemónica conlleva una confrontación de la que resulta una redefinición del orden internacional. ¿Será el caso del ascenso global de China? Quienes aportan desde ella ideas para la reformulación de la Teoría de las Relaciones Internacionales nos dicen que la maldición de Tucídides puede cumplirse si pensamos como Tucídides, si pensamos en términos de tesis-antítesis-síntesis; mientras en la tradición china convive el yin con el yang, pueden coexistir co-tesis que conviven e interactúan armónicamente, y eventualmente se trascienden en una universalidad o paradigma superior.
Si tras la caída del muro de Berlín, frente al fin de la Historia de Fukuyama y la afirmación de la universalidad de las ideas occidentales de economía de mercado y democracia, Lee Kwuan Yew proclamó los “valores asiáticos”, asistimos hoy, especialmente desde la crisis global de 2008, a la instalación definitiva de las ideas asiáticas en el debate global. La obra del teatro del mundo cuenta con un nuevo actor principal, y se llama China. Saber qué piensa sobre el mundo, desde qué paradigmas y con qué ideas lo analiza y explica, cómo, en qué y por qué responden éstas a su rica tradición cultural y civilizacional… resulta hoy necesario para comprender el mundo. Compartirlas y con ellas dialogar desde las nuestras, participar en la conversación global para la gobernanza global, construir en común el mundo común. Ideas chinas responde al propósito de darlas a conocer, y contribuir a esa conversación.
Manuel Montobbio es diplomático, escritor y doctor en Ciencias Políticas, además de autor de "Ideas chinas. El ascenso global de China y la Teoría de las Relaciones Internacionales" (Barcelona, Icaria-RI Elcano, 2017). Su obra fue presentada el pasado mes de abril en la sede de Casa Asia en Barcelona.
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