Pedro Martínez Montávez
A mediados de la década de los años cincuenta del siglo pasado, se produjo un importante movimiento de inflexión y cambio en el desarrollo del arabismo académico español, hasta entonces dedicado, casi en exclusividad y con indiscutible proyección y provecho, al estudio y la investigación de los temas relacionados con Al-Andalus, además del ejercicio de la docencia universitaria. Tal movimiento tuvo su origen en la atención que empezó a prestarse a la literatura árabe contemporánea, y yo lo he calificado de “etapa fundacional del nuevo arabismo español”. Conviene saber y valorar como corresponde que se trataba básicamente, por sus planteamiento y objetivos, de un intento muy claro de ampliación, de actualización y de innovación en ese marco de estudios, y no de rechazo, confrontación o ruptura con los mismos, que acumulaban muy larga y fecunda tradición.
El camino principal de expresión y plasmación de ese planteamiento innovador fue en sus primeros años la traducción. La literatura en lengua árabe había iniciado un auténtico renacimiento hacía ya bastante tiempo, y a mediados del siglo XX empezaba a vivir precisamente una etapa muy significativa y brillante de renovación interna y de reformulación a fondo, tanto en formas como en géneros, propósitos e idearios.
La labor traductora llevada a cabo a lo largo de pocos años fue en líneas generales, aparte de ilusionada e ilusionante, rigurosa y meritoria, bastante acertada en la selección de autores, títulos y tendencias. Baste recordar que, entre 1954 y 1958, se publicaron los primeros siete volúmenes monográficos sobre tal materia, que descubrían al lector en lengua española una literatura que era por entonces casi absolutamente desconocida en nuestros medios, y que se tenía además por inexistente desde hacía varios siglos. A tal labor le dio un primer impulso el maestro indiscutible del arabismo español de la época, don Emilio García Gómez (1905-1995). Y a ella se dedicaron, con especial afán y determinación, dos jóvenes licenciados arabistas: Leonor Martínez Martín (1930-2013) y Pedro Martínez Montávez (n. en 1933), quien sería además el autor de la versión del primer relato de Naguib Mahfuz traducido al español, en 1960.
La labor constante y de dedicación preferente al estudio del mundo árabe contemporáneo, y de forma concreta a su producción literaria e intelectual, que desarrollaría este profesor a lo largo de las dos décadas siguientes, contribuiría decisivamente a la expansión y al afianzamiento definitivo en España de los estudios en torno a estas nuevas temáticas. Se empezó a contar además parcialmente con un apoyo de carácter institucional, del que hasta entonces se carecía, canalizado en buena parte a través del llamado por entonces Instituto Hispano-Árabe de Cultura, fundado oficialmente en 1954, y que pretendía ser otro exponente de la diplomacia cultural de la época.
Las dos décadas siguientes fueron las de desarrollo y consolidación de la nueva área de conocimiento y estudios. Ello se produjo de forma bastante firme y coherente, aunque hubiera también que afrontar y superar no pocos obstáculos, dificultades y hasta tendenciosas incomprensiones sin fundamento. A la vez que se intensificó la labor traductora, empezó a abordarse también la necesaria tarea de estudio, crítica e investigación de la materia escrita y literaria. A ello se añadió la apertura a otros aspectos y hechos no atendidos hasta entonces, como los de carácter histórico, político y cultural, y hasta, incipientemente, social y económico. Especialistas procedentes de otros campos y disciplinas, como historiadores y politólogos, fueron incorporándose también a esta nueva área de estudios.
Ejemplo especialmente significativo de tal desarrollo fue Almenara, “revista sobre el mundo árabo-islámico moderno”, y que fue la indiscutible pionera de este género de publicaciones académicas. Entre 1971 y 1977 aparecieron diez números de la revista, de vocación claramente independiente, lo que dificultó enormemente su financiación y provocó su desaparición definitiva.
Asimismo, la creación del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid, con licenciatura y doctorado propios, y la aplicación de un plan de estudios decididamente innovador, a partir del curso 1973-74, aportó una continuidad y una estructura académicas de las que se carecía hasta entonces. En algunas otras universidades españolas se llevaron a cabo propuestas y ensayos de índole parecida.
Se entraba en otra fase de desarrollo. Las nuevas generaciones aportaban no solo el correspondiente ingrediente de frescura juvenil, sino también todo un amplio y renovador panorama de inquietudes, preferencias y dedicaciones. En plena transición, además, la sociedad española mostraba un interés creciente por el mundo árabe/islámico, inmerso en la ya muy larga y profunda crisis que lo atenaza a todos los niveles y órdenes desde hace un siglo.
Pedro Martínez Montávez es profesor emérito y ex –Rector de la Universidad Autónoma de Madrid. Su artículo se enmarca en la celebración de la conferencia “Orígenes y primer desarrollo de los estudios sobre mundo árabo-islámico contemporáneo en España” que tendrá lugar en Casa Árabe en Madrid el próximo 15 de marzo.
Sigue toda la actualidad de las Casas en la web de la Red de Casas.
Hay 0 Comentarios