Res Publica

Sobre el blog

Este es un blog sobre economía pública, sobre gastos e impuestos, sobre descentralización y reforma fiscal. Si pensar en todo lo anterior es siempre importante, lo es más cuando los ajustes aprietan hasta ahogar y cuadrar números se convierte en obsesión. Comparto la opinión de que mirando las cuentas de la res publica se descubre mucho sobre la Sociedad que las soporta y disfruta.

Sobre el autor

Santiago Lago Peña

Santiago Lago Peñas es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo. Director ejecutivo del grupo de investigación GEN, codirector de RIFDE y director del Foro Económico de Galicia. Columnista de Faro de Vigo y El País y colaborador de Cadena SER. Editor asociado de la revista Hacienda Pública Española/Review of Public Economics.

Hay que reconducir la situación

Por: | 31 de julio de 2012

Lo escenificado hoy en el Consejo de Política Fiscal y Financiera es malo para España y malo para su gobierno. Con la lupa comunitaria puesta en nuestros esfuerzos de consolidación fiscal y teniendo en cuenta el nivel de descentralización financiera que existe en España, es imprescindible que existan acuerdos que vinculen a todos los niveles de gobierno y que se cumplan. En 2011 se llegó a acuerdos de déficit que luego no se cumplieron. Los más de dos puntos de desviación nos han pasado factura. En 2012 la cosa va a peor. Ni siquiera se llega a acuerdos. La imagen del país se deteriora.

El presidente debe intervenir. Hay que reconducir la situación para que unos vayan a las reuniones y otros no se levanten de ellas antes de tiempo. Desde un punto de vista técnico, existen diferentes fórmulas y reglas para repartir los objetivos de déficit y de deuda entre niveles de gobierno y autonomías. No voy a entrar en ellos en este post. Me quiero quedar en la idea de que el gobierno central tiene la responsabilidad de gestionar la siuación para que haya acuerdo. Y para eso no se pueden presentar como cerrados los objetivos sin margen de discusión; no pueden existir reuniones de partido el día anterior con las que se da la sensación de que ajustar y cumplir acuerdos es una mera estrategia partidista; es necesario compartir de alguna manera los margenes adicionales que brinda la UE en materia de déficit.

Es verdad que el gobierno central tiene una pesada losa con los intereses de la deuda y el gasto por desempleo al alza. Y es razonable que quiera dotarse de un colchón por si autonomías, corporaciones locales y seguridad social no cumplen. Pero todo esto hay que lograrlo con mano izquierda y habilidad política, escenificando respeto a las autonomías y cediendo aunque sea un poco. En particular, la vuelta de tuerca en el déficit autonómico para 2013 cuando Bruselas abre (algo) la mano ha dolido.

Negocien y acuerden, por favor.

La deducción en el IRPF por compra de vivienda

Por: | 30 de julio de 2012

Esta deducción supone mucho dinero para las arcas públicas españolas. En el siempre interesante blog Nada es gratis recordaban recientemente la cifra: alrededor de 5.000 millones de euros en 2012. Mucho dinero. ¿Debemos eliminarla?

A mi juicio, la respuesta es un sí rotundo para las compras futuras, en línea con lo que ha decidido el gobierno en su último plan de ajuste. Y esperemos que esta vez para no volver. 

Los estudios disponibles muestran reiteradamente sus efectos distorsionadores en el mercado de vivienda: han contribuido a que la compra primase sobre el alquiler y han elevado artificialmente los precios: ya que existía la deducción, la gente estaba dispuesta a pagar y endeudarse más, inflando demanda y elevando precios, e incrementando las plusvalías de constructores y promotores. También, eso sí,  elevando la recaudación por IVA, impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentales. En total, entre un 8% y un 9% del precio de venta registrado. Pero también la del impuesto de sociedades y el IRPF por las ganancias en las operaciones de venta que se cerraban en A y declaraban los vendedores. Desiderio Román y José Félix Sanz sintetizan resultados previos de otros autores en la idea de que, en el arranque del boom inmobiliario, la eliminación de la deducción por vivienda reduciría su precio entre un 16% y un 30%. Por otro lado, estiman que la eliminación de la deducción en 2004 hubiese aumentado la recaudación por IRPF un 6,82%.

El problema aparece, por tanto, con aquellos que ya compraron su vivienda cuando regía la deducción. Porque cuando compraron pagaron un precio más alto y más impuestos porque existía la deducción. Sin ella, hubiesen pagado menos al vendedor y a Hacienda. Por eso tengo menos claro que sea justo y razonable eliminar completamente la deducción a este otro colectivo. Otra cosa sería discutir, por ejemplo, si el límite de los 9.000 euros como base de la deducción podría rebajarse para reducir el beneficio fiscal y el coste para el erario público.  

PS: El trabajo de Desiderio Román y José Félix es un capítulo del libro Fiscal Reform in Spain. Accomplishments and Challenges dirigido por Jorge Martinez-Vazquez y el propio José Felix, de obligada lectura para los interesados en reformar nuestro sistema fiscal. Sobre este asunto he escrito recientemente esta columna en El País 

 

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