Los datos que divulgaba ayer José Juan Toharia en El País son de lo más interesante. Preguntados los españoles, las cinco entidades, instituciones y grupos sociales que más contribuyen al bienestar social son, por este orden: científicos, médicos del sistema sanitario público, PYMES, guardia civil y profesores del sistema educativo público.
No está mal para el denostado sector público español: cuatro de cinco. Parece que los ciudadanos no asumen las tesis de quienes ven en el sector público el gran problema de nuestra economía y sociedad. Por el contrario, el sistema político, la iglesia, los agentes sociales clásicos (sindicatos y organizaciones empresariales), la banca, las multinacionales y parte del sistema jurídico suspenden claramente.
Por supuesto que el sector público puede mejorar. Y, desde luego, hay que estar abiertos a reformas y cambios. Lo que no es de recibo es convertir en chivos expiatorios a los profesionales con más capital humano en la administración, concentrar en ellos los recortes salariales y de otro tipo, con la no reposición de empleados que pone en riego la calidad del servicio correspondiente. La realidad es que disfrutamos de unos servicios públicos mejores que lo que tenemos en la mayoría de los ámbitos. La gente lo sabe y lo valora. Atendiendo a los hechos, parece que gobierno central y buena parte de los autonómicos no.