En España hemos avanzado muchísimo en la igualdad de género en las últimas décadas. El punto de partida en el inicio de la Transición era una sociedad profundamente machista. Se tardó más de una década de democracia en eliminar la discriminación entre género en el propio código civil español. Y no fue hasta la década pasada cuando empezamos a introducir en las leyes la necesidad de eliminar barrearas de cristal (o techos de cemento) y promover a las mujeres al frente de instituciones y empresas. Estoy muy de acuerdo con las cuotas. Fijar mínimos del 40%, por ejemplo, y períodos de transición amplios cuando el punto de partida es muy deficiente, da suficiente libertad a la hora de componer equipos directivos y permite dar oportunidades a quienes históricamente han estado discriminadas. Puesto que las estadísticas sobre educación y desempeño educativo muestran desde hace tiempo mejores resultados comparados para las mujeres, parece que existe cantera suficiente para ello.
No obstante, los avances han sido más claros en el ámbito público que en el privado. El salto en la última década es enorme, aunque es verdad que en el ámbito local al máximo nivel (presidencias de diputación y alcaldías) parece que hay que seguir incidiendo. Y no cabe duda de que fotos colapsadas por corbatas, como la de la presentación del grupo de expertos para la reforma del sistema fiscal español, resultan chocantes: conozco varias catedráticas españolas de hacienda pública con currículum igual o mejor que el de algunos de los hombres que allí posaban.
Pero aún así, el principal reto futuro está en el sector privado. Un reciente y recomendable informe patrocinado por PriceWaterhouseCoopers constata la enorme dificultad para superar el 10% de presencia femenina en los máximos órganos de las mayores empresas españolas, la del IBEX-35. Queda mucho por hacer.
Hay 3 Comentarios
Reconocer que la mujer en España ha ido acercándose al varón en todo lo tocante al reconocimiento social, es un mérito enorme.
La mujer como persona normal al igual que el varón, y no disminuida y negada ante el derecho.
Si partimos de la base de que España siempre ha sido un país de corte católico desde la reconquista para acá, y por lo tanto la mujer siempre ha sido tratada como tal, sospechosa del pecado original.
Hoy la Iglesia Católica no consiente un trato de igualdad a la mujer dentro de su institución.
Le niega la posibilidad de ejercer en igualdad el acceso al ejercicio del sacerdocio, que no se entiende desde la óptica del Evangelio de Cristo.
Basándose en unos supuestos designios divinos, que no humanos que lo justifiquen.
Cuando las personas son iguales por nacimiento en derechos ante Dios y ante la sociedad moderna y avanzada, que reconoce al ser humano sean hombres y mujeres iguales ante la ley.
Es mérito reconocer el avance social en España, salvando algunas excepciones que dimanan del concepto añejo del pecado original.
Tan curioso, negando la igualdad ante la comisión de un acto de rebeldía ante un mandato directo.
Dejando al hombre como un calzonazos, y a la mujer como una víbora.
Un mal rollo que aun perdura.
En la mente interesada de muchas gentes que así ven ventajas ante el cincuenta por ciento de la población discriminada.
En nombre de unos designios arcaicos y medievales
donde los hayan.
Publicado por: Jacinto | 29/12/2013 12:58:55
Al hilo de la igualdad de géneros. Os dejo "¡Pero no llores, tonta!" El primer cuento que escribí. Feliz 2014.
http://loscuentostontos.blogspot.com.es/2012/09/pero-no-llores-tonta.html
Publicado por: Cuentón | 29/12/2013 12:50:17
Al hilo de la igualdad de géneros, os dejo "¡Pero no llores, tonta". Mi primer cuento tonto. Feliz 2014.
http://loscuentostontos.blogspot.com.es/2012/09/pero-no-llores-tonta.html
Publicado por: Cuentón | 29/12/2013 12:48:22