Ayer en Girona me tocó hablar sobre la nueva metodología anunciada por el ministro Montoro. El lunes se conocerán los detalles. Pero ya hoy podemos y debemos tener claras varias cuestiones:
1.La forma en la que el Ministerio de Hacienda ha procedido hasta ahora ha hecho un flaco favor a la transparencia y la discusión racional y ha contribuido al ruido y a empeorar objetivamente el escenario para el diálogo. En comparación, las cosas se hicieron mucho mejor con las balanzas que el Ministerio presentó en 2008 a través del Instituto de Estudios Fiscales.
2.Las balanzas fiscales publicadas en 2008 ofrecían el resultado final de la aplicación de diferentes enfoques y supuestos. pero no decían prácticamente nada sobre la composición de esos saldos. Las balanzas fiscales de 2008 sirven, fundamentalmente, para aproximarse a los efectos del establecimiento de fronteras fiscales como las que se producirían en caso de independencia de un territorio. Y en este sentido, el enfoque más apropiado es el que defiende la Generalitat, el del flujo monetario. Porque la idea sería ver qué pasaría si se fijan fronteras fiscales y todos los recursos generados en Cataluña se gastasen dentro. Aunque es cierto que a la cifra resultante habría que reducirle el coste de los servicios que el sector público catalán debería autoproveerse y que no se tienen en cuenta en los cálculos de esta metodología (defensa, por ejemplo); que hay que neutralizar el efecto del déficit público; y que el establecimiento de fronteras fiscales acompañado por la aparición paralela de fronteras comerciales podría afectar muy negativamente, al menos a corto y medio plazo, a las exportaciones catalanas al resto de España y, por tanto, a su PIB y su recaudación fiscal.
3.Si lo que nos interesa no es tanto hablar de fronteras fiscales e independencia, sino sobre si existen agravios comparativos entre territorios, maltratos fiscales sistemáticos, o injusticias a corregir, entonces las cuentas terriorializadas que se han anunciado son un instrumento mucho más apropiado. Porque esas cuentas ponen el acento en la descomposición del saldo global. Por tanto, nos van a permitir dejar al margen la parte de los saldos justificable y lógica (por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la Seguridad Social), y detectar la existencia de agravios, cuantificarlos y transparentarlos. Algo que hacen aparcando el criterio del flujo monetario, imputando territorialmente el gasto según los beneficios que genera en los ciudadanos y no el espacio dónde se ejecuta, y ofreciendo un solo saldo agregado para cada comunidad.
4.El Conseller Mas-Colell tiene razón al pedir los datos correspondientes a 2011 para que la Generalitat estime lo que considere oportuno. Sería bueno hacerlo ya para compensar algunos de los errores procdimentales cometidos hasta ahora.
5.Haciendo un ejercicio de prospectiva, creo que vamos a pasar a tener dos balanzas fiscales, que convivirán. La del Ministerio, que se va a centrar en responder a la pregunta de si existen o no agravios comparativos difíciles de justificar y la de la Generalitat, que servirá para hablar sobre las consecuencias fiscales de la independencia y que seguirá el criterio del flujo monetario.
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La cesta de productos que conforman la base de cálculo de IPC ha sido modificada cuantas veces el gobierno lo ha considerado necesario. Actualmente comprende demasiados productos o formatos que en la práctica se utilizan poco o nada. Todo ello con el objetivo de esconder incremento del coste de la vida. Recuerdo (sólo a título de ejemplo) la "adaptación" al mercado del pan del sistema métrico decimal aplicado por el regimen franquista en cierta ocasión: par no subir el precio del producto, la pieza de un kilo pasó a tener 800 gramos. Así, el precio de la barra era el mismo pero el usuario recibía un 20 % menos de producto. Y la aportación ponderada al IPC del precio del pan aparentaba una subida CERO. Este "milagro" es el que pretende conseguir Montoro, ¿no? Una presentación de la "distribución" de los recursos que el Estado central adjudica a las CCAA que no tenga nada que ver con las balanzas fiscales, tal como se practican en todo el orbe conocido para que no se pueda tener una idea clara de lo que sucede en las tripas fiscales del país. En este sentido, el autor tiene razón cuando propone la coexistencia de los métodos anteriores y del "revolucionario" de Montoro.Com mayor razón cuando el país europeo federal por excelencia, la BRD, hace muchos años que utiliza un sólo sistema que cada Junio publica los resultados del año precedente, a total satisfacción de tirios y troyanos. En eso Montoro rompe el esquema de la intelectualidad española: prefiere inventar lo que ya está inventado a dejar que inventen otros sus veleidades.
Publicado por: JordiP | 02/02/2014 20:35:22