Res Publica

Sobre el blog

Este es un blog sobre economía pública, sobre gastos e impuestos, sobre descentralización y reforma fiscal. Si pensar en todo lo anterior es siempre importante, lo es más cuando los ajustes aprietan hasta ahogar y cuadrar números se convierte en obsesión. Comparto la opinión de que mirando las cuentas de la res publica se descubre mucho sobre la Sociedad que las soporta y disfruta.

Sobre el autor

Santiago Lago Peña

Santiago Lago Peñas es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo. Director ejecutivo del grupo de investigación GEN, codirector de RIFDE y director del Foro Económico de Galicia. Columnista de Faro de Vigo y El País y colaborador de Cadena SER. Editor asociado de la revista Hacienda Pública Española/Review of Public Economics.

Reforma fiscal: no es cosa de hooligans

Por: | 17 de marzo de 2014

Las reacciones ante la presentación del informe de los expertos sobre la reforma fiscal ponen en evidencia, una vez más, que en este país preferimos la tertulia al debate; que todo lo vivimos con la pasión con la que abordamos el fútbol, y desde la horizontalidad y el infinito saber que da la barra del bar.

Los expertos y el informe merecen un respeto. Saben de lo que hablan y tratan una enorme cantidad de asuntos. Como no podía ser de otro modo, hay luces y sombras. En el lado positivo del balance aparecen, a mi juicio, esa globalidad en el enfoque. Se aborda el conjunto del sistema tributario, si bien es cierto que se orilla una parte de los tributos locales, que también requiere de revisión, o la tributación de la SiCAV´s. Las propuestas suponen un avance muy sustancial en el frente de la hoy obsoleta y caótica tributación sobre la energía y el medioambiente. Se incide en la lacra del fraude fiscal y la falta de equidad que genera. Se explicitan una miríada de deducciones y ventajas fiscales que podrían y deberían ser revisadas para, a cambio, rebajar unos tipos impositivos hoy excesivos. En muchas de estas cosas, se siguen las tendencias internacionales y las sugerencias de organismos internacionales. La tributación autonómica, apartado en el que se citan algunos trabajos en los que he participado, merece atención específica en otra entrada de este blog.

Por supuesto, podemos descender al detalle. Estoy muy de acuerdo en la defensa del impuesto sobre sucesiones, que pasa por establecer mínimos a escala estatal. Pero no con la eliminación con efectos retroactivos de la deducción por adquisición de vivienda: dejando al margen el encaje global de la retroactividad, la realidad es que las personas que compraron vivienda cuando estaba vigente pagaron precios inflados e impuestos más elevados que los que les hubiese tocado pagar sin deducción. Concuerdo en que la tributación sobre los inmuebles es muy baja en España. Pero antes de revisarla al alza deberíamos consensuar y aplicar valoraciones razonables y homogéneas, no usar directamente las deficientes valoraciones catastrales. El voto particular de uno de los miembros de la comisión va en esta dirección. Sin duda, las recomendaciones que atañen a la tributación de las indemnizaciones por despido y a las cotizaciones a la seguridad social dan para el debate. 

Mi sensación al leer por primera vez el informe ha sido la de estar no delante de un texto de reforma en sentido estricto, o de definición de un sistema fiscal realmente novedoso. Seguramente, la Comisión debería haber comenzado mucho antes y contar con el doble de tiempo, al menos. Por eso se trata, más bien, de un inventario de disfuncionalidades y propuestas que, en general, merece la pena considerar. Una radiografía en la que la mayor incoherencia es la constatación de que la recaudación fiscal en España es muy baja y la autolimitación de la Comisión por mantenerse en un marco de neutralidad recaudatoria, siguiendo los dictados del Ministerio. Precisamente aquí radica su debilidad. Un informe de expertos independientes no tiene por qué endogeneizar restricciones políticas claramente ideológicas. Porque si la reforma fiscal debe perseguir la neutralidad recaudatoria, implícitamente se está aceptando que hay que seguir bajando el gasto público, las rentas y los recursos para los servicios. Y eso es ideología.

En definitiva, un informe que no es suficiente para definir una reforma integral del sistema fiscal español, pero sí útil y necesario para hacerlo.

La economía socialdemócrata. Crisis y globalización

Por: | 14 de marzo de 2014

Con este título, Francisco Blanco acaba de publicar un sugerente libro en la editorial Tecnos. Sugerente por lo mucho que muestra y por lo que deja entrever. Muestra la superioridad manifiesta de la tradición socialdemócrata como fórmula para organizarnos socialmente garantizando de forma simultánea dosis razonablemente elevadas de eficiencia, equidad y libertad. Cualquier otra posibilidad ensayada en el tiempo y el espacio supone renuncias insoportables en alguno de los tres frentes.

Precisamente el problema de fondo hoy es buscar nuevos equilibrios entre los tres vectores; reequilibrar las ventajas económicas de la globalización de las mercancias, con la extensión de los derechos sociales y las libertades individuales. Para ello, no existe una alternativa mejor a esa tradición socialdemocrata. De lo que se trata es de concretar cómo se hace. Y aquí aparece la puerta entreabierta. 

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Ajustes autonómicos

Por: | 11 de marzo de 2014

      Es verdad que la crisis ha sido (está siendo) muy dura para las finanzas autonómicas. pero no en todas partes las condiciones ni las decisiones están siendo las mismas. En el gráfico adjunto se representa la evolución de gastos e ingresos autonómicos desde el último año del boom económico español (2007) hasta 2012, último ejercicio del que tenemos datos liquidados. Para un análisis en mayor profundidad, remito al lector interesado al número 138 de la revista Papeles de Economía Española, presentado hace unos días y en el que escribo un artículo a medias con Xoaquín Fernández Leiceaga, del que se extrae el gráfico. Para facilitar las comparaciones, se iguala a 100 el valor de gastos e ingresos en cada Comunidad en el año inicial y se descuenta el efecto de la inflación.

      Lo primero a destacar es la caída generalizada de ingresos. La crisis nos ha afectado a todos. Pero es verdad que de forma muy diferente. Basta comparar el País Vasco con Navarra o Andalucía. Pero la divergencia es significativamente superior al hablar del gasto. Es cierto que en algunos casos no cae más por culpa de los intereses de la deuda, que aumentan como una bola de nieve rodando por una ladera. Es la situación de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha o Cataluña. Pero también que la intensidad en los ajustes del gasto ha sido muy dispar. En estas asimetrías, sin duda el calendario electoral ha influido. La política de recortes suavizada en el tiempo de Galicia desde 2009 o la puesta en orden de Castilla-La Mancha en 2011 tiene mucho que ver el cambio de gobierno, que al principio de su primer mandato se sienten legitimados y con fuerza para asumir los costes políticos de los recortes.  

      Sin duda, en la financiación autonómica hay cosas sorprendentes y difíciles de justificar, como los agravios comparativos que han sufrido durante muccho tiempo la Comunidad valenciana, Baleares o Murcia. Pero es obvio que la autonomía se ha utilizado de distinta manera en uno u otro sitio. Y que la responsabilidad fiscal de los gobernantes no ha sido igual en todas partes.

 

          Para pegas

 

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