La economía socialdemócrata. Crisis y globalización

Por: | 14 de marzo de 2014

Con este título, Francisco Blanco acaba de publicar un sugerente libro en la editorial Tecnos. Sugerente por lo mucho que muestra y por lo que deja entrever. Muestra la superioridad manifiesta de la tradición socialdemócrata como fórmula para organizarnos socialmente garantizando de forma simultánea dosis razonablemente elevadas de eficiencia, equidad y libertad. Cualquier otra posibilidad ensayada en el tiempo y el espacio supone renuncias insoportables en alguno de los tres frentes.

Precisamente el problema de fondo hoy es buscar nuevos equilibrios entre los tres vectores; reequilibrar las ventajas económicas de la globalización de las mercancias, con la extensión de los derechos sociales y las libertades individuales. Para ello, no existe una alternativa mejor a esa tradición socialdemocrata. De lo que se trata es de concretar cómo se hace. Y aquí aparece la puerta entreabierta. 

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Un Gobierno mundial no es una distopía.

Lo que es una distopía es un Gobierno mundial que se meta en los asuntos propios de los otros cuatro escalones del sector público:
- local,
- regional,
- nacional, y
- UE.

La cuestión del diseño del sector público no es política. Es técnica. Dos de los mejores ejemplos son la evolución histórica de las monedas y de las Aduanas.

ECONOMÍA DE LOS SOCIALDEMÓCRATAS DESDE MEDIADOS DE LOS 1980S.-

La economía de los socialdemócratas desde mediados de los 1980s ha sido EL CAPITALISMO POPULAR.

El sueño dorado de la II Internacional: todos capitalistitas por tener:
- un pisito o dos, dedicando el segundo a exprimir algún bicho, hijo de algún compañero socialdemócrata o comunista (rentas inmobiliarias);
- unas accioncitas de un empresón privatizado o un plazofijo de deuda pública (rentas financieras fijas); y
- la posibilidad de acceder a algún día a algún puesto superbienpagado de trabajador-directivo, aunque financiado con cargo al resto de bolsa salarial, porque los salarios de siete dígitos no son apropiación del neto patrimonial de los accionistas (rentas supersalariales).

Por contra, las pensiones pertenecían al viejo ESTADO DEL BIENESTAR bismarckiano, a la que, por cierto, también pertenecían los pisitos... hasta Felipe, bueno, exactamente hasta el RDL "Boyer" de 1985, que "liberalizó" el inquilinato para regocijo de obreros propietarios (y de la ultraderecha no liberal-auténtica).

A los economistas socialdemócratas les pagábamos para que nos amortiguaran la lucha de clases, para que nos castraran el revolucionarismo obrero.

Pero los canallas no sólo han traicionado a la clase obrera sino que la han robado y saqueado, pero no sólo económicamente, montando la mierda de El Pisito, también moralmente, con El Terruñito y Las Ideítas.

Mediante El Terruñito han infectado el movimiento obrero con el pensamiento fascistoide del nacionalismo étnico-cultural-territorial (Volkstum, Kulturnation, etc.) predicado ya no de España sino de 17 miniunidades de destino en lo universal, unas, grandes y libres.

Mediante Las Ideítas han corrompido a las generaciones jóvenes, haciéndoles creer que el Cristianismo podía ser desplazado de la Überbau por un cuerpecito de ideas, desgajadas de la Doctrina Social de la Iglesia, pero pasadas por El Ano & El Feto, bajo la batuta de una mierdecilla de curia laica cuyos cardenales y obispos no eran más que personajes frívolos, mucho de ellos de la farándula.

Pero a todo cerdo le llega su San Martín. La burbuja-pirámide generacional ha pinchado. Y se ha desvelado que los pisitos no valían nada, que los terruñitos no eran ninguna nación canónica, y que la religión laica todavía tiene que superar, además de a Cristo, a Buda y sobre todo a Mahoma, con sus atochas, para lo que faltan varios siglos.

NO ENTIENDO POR QUÉ LOS SOCIALDEMÓCRATAS Y LOS SOCIOLIBERALES NO SE HAN SUICIDADO TODAVÍA, dada la cerdada histórica perpetrada. Aunque visto desde el otro lado, hay que reconocer que, cuando acceden al Gobierno, son los que hacen el trabajo sucio del ajuste post-burbuja: quitar el Impuesto sobre el Patrimonio, congelar las pensiones, bajar los salarios nominales a los funcionarios, etc.

Quizá por esto último son tan horteras.

Gracias por leerme.

Dice Herman Daly que la globalización que erosiona la capacidad de cada país de afrontar los tres problemas esenciales que se plantean a la economía basada en el paradigma neoclásico, (en algunos son los tres en otros sólo dos o uno), superpoblación (Malthus), distribución injusta (Marx) y desempleo (Keynes) de forma que se transforman problemas tratables a nivel nacional en un sólo problema intratable a nivel global. Pensar en un gobierno mundial que pueda afrontarlos no es ya una utopía sino una distopía. En está entrada hay el documento de Daly que trata entre otras cosas de la globalización y fue escrito de 1999 (y su traducción al español) http://economiapangloss.blogspot.com.es/2014/03/las-falacias-del-crecimiento.html

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Sobre el blog

Este es un blog sobre economía pública, sobre gastos e impuestos, sobre descentralización y reforma fiscal. Si pensar en todo lo anterior es siempre importante, lo es más cuando los ajustes aprietan hasta ahogar y cuadrar números se convierte en obsesión. Comparto la opinión de que mirando las cuentas de la res publica se descubre mucho sobre la Sociedad que las soporta y disfruta.

Sobre el autor

Santiago Lago Peña

Santiago Lago Peñas es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo. Director ejecutivo del grupo de investigación GEN, codirector de RIFDE y director del Foro Económico de Galicia. Columnista de Faro de Vigo y El País y colaborador de Cadena SER. Editor asociado de la revista Hacienda Pública Española/Review of Public Economics.

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