Tres noticias portuguesas en un mismo día:
1/ El Gobierno portugués va a suprimir (para ahorrar) el sueldo vitalicio de los ex dirigentes que han desempeñado altos cargos en la Administración portuguesa y que, paralelamente, trabajan en la empresa privada. En un país en el que muchos pensionistas y funcionarios se van a quedar sin pagas extras el año que viene, nadie ve bien que se cobre para siempre del Estado si ya tiene un buen sueldo en otro sitio.
2/ El sindicato de la Guardia Nacional Republicana (GNR) han pedido al presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva (en la foto, junto a su mujer María) que suprima (para ahorrar) parte del boato y la fanfarria que acompaña la ceremonia de entrega de credenciales de los embajadores extranjeros. A juicio de este sindicato es “completamente desmesurado” que se utilicen, para esto, un escuadrón de caballería y una banda militar entera: 60 hombres. “Este tipo de homenajes se podría llevar a cabo por no policías”, propone un dirigente del sindicato. “El presidente, en esto, es un mero actor. Es el protocolo del Estado el que dicta las normas”, replica el portavoz de Cavaco Silva.
3/ Las funerarias portuguesas se quejan de que, actualmente (se supone que para ahorrar) hay mucho deudor que remolonea a la hora de pagar el funeral de su pariente. Carlos Almeida, de la Asociación Nacional de Empresas Luctuosas (ANEL) calcula que el 30% de los funerales llevados a cabo últimamente en Portugal no se han cobrado. La causa, según Almeida, es que las familias encargan un funeral por encima de sus posibilidades. Muchos economistas han achacado al excesivo tren de vida de los portugueses en los últimos años el origen de una de las causas de la crisis económica del país. El funerario Almeida es el primero en asegurar que ese ritmo prosigue más allá de la muerte.