Antonio Jiménez Barca

¿Empresario a la fuga?

Por: | 16 de enero de 2012

Alexandre-soares-santos
 Alexandre Soares dos Santos, de 76 años, es el segundo hombre más rico de Portugal, con una fortuna de casi dos mil millones de euros, presidente del grupo empresarial de alimentación y distribución Jerónimo Martins. Ahora, además, este hombre que se confiesa autoritario y riguroso en demasía se encuentra en el ojo del huracán de una agria polémica: su decisión de transferir sus acciones (y las de su familia) a una subsidiaria holandesa a fin de protegerlas de una posible bancarrota en Portugal (y para pagar menos impuestos, según algunos)  ha levantado un revuelo considerable en un país ahogado por el déficit, en el que  el IVA de muchos productos alimenticios (como los yogures) se dispara y los funcionarios y pensionistas entregarán sus próximas pagas extras al Estado, entre otras medidas extremas de austeridad. 
Soares dos Santos no es un empresario común. Posee la cadena de supermercados más populares del país, Pingo Doce, con 24.000 empleados. Y se ha caracterizado, según recordaba esta semana el semanario Visão, por acusar a los políticos portugueses de dejar el país muchas veces en la estacada y por dar a lo largo de muchos años, consejos éticos de ciudadanía.  
Así, tras saberse que va a poner a buen recaudo su paquete de acciones en Holanda,  los comentarios se han vuelto en su contra. “El capital no tiene patria. El problema es cuando los empresarios se las dan de patriotas y dan lecciones de patriotismo”, anotaba en un artículo titulado patriotas publicado recientemente por el semanario Expresso el periodista y escritor Miguel Sousa Tavares.

El empresario, lejos de esconderse, ha dado la cara y ha replicado a todo el mundo en un maratón de entrevistas en medios de comunicación portugueses: “Si piensan que voy a cambiar mi manera de ser y dejar de hablar…¡no! Soy portugués, vivo aquí, siempre pagué mis impuestos y voy a continuar a hablar”, afirmaba en una extensa entrevista también en Expresso. Soares dos Santos explica que  transferir sus acciones a esta subsidiaria no responde a que pague menos impuestos (aunque no deja de reconocer que en el futuro tendrá ciertas ventajas fiscales) sino al intento de proteger su patrimonio. Y añade que eligió Holanda porque, en su opinión, es el país que mejores garantías ofrece a la iniciativa privada. La decisión obedece también a cierto riesgo: "No sé si Portugal se quedará en el euro”, mantiene el empresario. “El año pasado creé 1.000 puestos de trabajo ¿Esa es la manera que tiene una persona de huir de un país? ¿Cuántos puestos de trabajo han creado esos que me critican?”, agrega.   
Hay otros puntos de vista, claro: En el citado artículo, Sousa Tavares recordaba a Soares dos Santos que el patriotismo -como las lecciones de ciudadanía- nunca sale gratis. “Normalmente se paga con sangre sudor y lágrimas. Pero también se puede pagar con dinero”.

¡Feliz Navidad señora Merkel!

Por: | 15 de diciembre de 2011

Blog merkel 1Hace unos días, en la Avenida da Liberdade, al lado de una parada de autobús, dos señoras de mediana edad miraban fijamente uno de los anuncios estrella de las navidades lisboetas de este año. En él aparece la caricatura amable de una Angela Merkel sonriente, vestida con un traje de chaqueta verde limón, con una botella de licor Beirão en una mano, junto a una curiosa tarjeta de felicitación debajo: “Querida Angela: Portugal está dando lo mejor. Felices Fiestas”. 
La ironía de la frase alude a los esfuerzos titánicos de los portugueses que, por orden de su actual Gobierno, están llevando a cabo para superar la crisis que ahoga al país y que se traducen, entre otras muchas cosas, en la supresión de las pagas extras y en el aumento de tasas y del IVA. 
En otra variante del anuncio el que recibe la botella –y la tarjetita con la frase- es el presidente francés Nicolas Sarkozy, también inmensamente repetido estos días en las calles de Lisboa. Fuera de Portugal, los de Beirão (un conocido digestivo portugués de más de 100 años de existencia, de fórmula tan secreta como la Coca-Cola y que se toma generalmente después de comer) han preferido cambiar el texto pero mantener la ironía: Junto a la botellita de licor, pues, añaden esta frase: “¿Saben por qué los del FMI vienen tanto a Portugal?”
Pero hay quien no está para ironías. Las dos señoras de la parada del autobús que miraban ceñudamente el cartel de Merkel, rompieron a hablar con rabia señalando a la dirigente alemana, ciertamente no muy popular en Portugal.
          - ¡Habrase visto! Esta señora nos quita los subsidios, los días de fiesta y las pagas extras, nos sube los médicos y los transportes… Y encima le felicitamos las fiestas. No tenemos remedio.
          - Diga que sí: ¡Anda y que se vaya a mandar a su casa la señora Merkel!

La niña del barrio de lata

Por: | 30 de noviembre de 2011

Foto del bidon villeHace casi 45 años, un conocido fotógrafo francés de origen haitiano, Gérald Bloncourt, visitó los arrabales pobres de París y le hizo una foto a una niña morena al pie de la chabola en la que malvivía. Bloncourt se enamoró de la foto y la colgó desde aquel día en las paredes de su casa. La tituló La petite portugaise y pasó a simbolizar, tras ser reproducida en muchas exposiciones y publicaciones, las condiciones de vida de la emigración dura y miserable del Portugal de los años sesenta. Nadie supo nunca el nombre de aquella niña que se tapaba con la mano la sonrisa, conocida como A menina do bairro de lata.

Pero en enero, tras hablar con un amigo, Maria da Conceição Tina, una profesora de portugués y de francés de Coimbra de 52 años, comenzó a preguntarse si no sería ella la protagonista de esa foto-emblema, como explicaba ayer en un emocionante reportaje de Patrícia Carvalho en el diario Publico. La actual profesora dudaba, porque no recordaba haber visto nunca un fotógrafo en el barrio de chabolas de Saint-Denis en el que residió durante dos años junto a su padre, su madre y su hermano. Pero reconoció instintivamente la muñeca que sujetaba esa niña con el brazo. También el paisaje de barro y de chabolas que se amontonaba tras ella. Tras vacilar mucho, se decidió a contactar con el fotógrafo para asegurarse. En junio se conocieron y tras ver y reconocer también a Bloncourt, 45 años más viejo, a Maria da Conceição ya no le quedaron más preguntas. 

Foto: Paulo Pimenta / PúblicoHasta ahora. Hasta que se reconoció en la foto con la muñeca en el brazo y conversó con Bloncourt en París y se convenció de que no es bueno olvidar determinadas cosas y de que su pasado de emigrante pobre, como el de otros miles de portugueses –y españoles- que viajaron hacia el norte en aquellos años, no tiene nada de vergonzoso o reprobable. Sobre todo ahora que muchos portugueses vuelven a emigrar para escapar de la crisis económica que ahoga el país. Ella misma, que se define como una mujer feliz, lo precisa: “Una hija mía, de 24 años, ha cursado Enfermería, pero no consigue encontrar trabajo y está pensando irse al extranjero. Esto es triste. No porque la vaya a echar de menos, sino porque eso demuestra que estamos mal políticamente, porque este país no puede aprovechar a sus licenciados y les obliga a hacer lo que hicieron sus padres: irse”.

Saramago ya tiene las llaves de su casa

Por: | 17 de noviembre de 2011

Casa dos Bicos dos


El edificio está se encuentra al pie del barrio de la Alfama, frente al estuario del río. Se llama Casa dos Bicos y se construyó en el siglo XVI por el hijo del virrey de la India. Bras de Alburquerque quiso copiar el Palacio de los Diamantes de Ferrara. Pero las piedras talladas de la fachada no les parecieron diamantes a los lisboetas, que prefirieron rebajarlas y llamarlas simplemente puntas (bicos). De ahí el nombre. Fue, pues, palacio de aristócrata, padeció el terremoto de 1755 y perdió dos sus dos pisos superiores. Albergó una tipografía y resistió buena parte del siglo XX transmutado en almacén de bacalao.

En 1980, ya en manos del Ayuntamiento de Lisboa, fue restaurado y el arquitecto que llevó a cabo la obra se inspiró en un azulejo del Museo de la Ciudad para reconstruir los dos pisos que le había robado el terremoto. Durante muchos años, el niño que fue José Saramago, según él mismo confesó, pasó muchas veces por delante de ese edificio. En junio de 2011, un año después de su muerte, sus cenizas fueron depositadas al pie de un olivo, en la plaza que da a la Casa dos Bicos, al lado de un banco que mira también al Tajo y de la frase que cierra Memorial del Convento: “Pero no subió a las estrellas, si pertenecía a la tierra".

En 2008, el Ayuntamiento de Lisboa se comprometió con la Fundación Saramago a ceder el edificio emblemático que fue palacio de noble y tienda de bacalao para acoger la sede de la institución. Ayer, 16 de noviembre, cumplió su palabra: el alcalde, Antonio Costa, entregó las llaves de la Casa dos Bicos, nuevamente restaurada, vacía, a Pilar del Río, compañera de Saramago durante 24 años y presidenta de la Fundación. En primavera, el edificio atesorará ya  los fondos, los documentos y la biblioteca del premio Nobel y se convertirá en un centro cultural que expandirá al mundo su mensaje y su espíritu. “Será una fábrica de creatividad”, especificó Del Río, que explicó por qué los restos del escritor reposan bajo el olivo de la plaza: “Pocos días antes de morir, José le dijo a Juan Vicente, el arquitecto que rehabilitaba este edificio, que le daba pena no llegar a utilizar el despacho que le estaban preparando, desde el que se veía el río Tajo y los barcos. Cuando murió, se me ocurrió que ese sería un buen lugar para que descansara, para que pudiera cumplir su deseo”.

Mourinho, ese líder

Por: | 02 de noviembre de 2011


Mourinho1Lo primero que vi al desembarcar en el aeropuerto de Lisboa hace ya tres semanas fue un inmenso cartelón con la cara sonriente de José Mourinho anunciando algo que no me molesté en leer. Después, mientras el taxista me llevaba a la peligrosa velocidad de Fernando Alonso cuando entrena, creí adivinar, en otro cartelón publicitario, el rostro sonriente de Mourihno  anunciando ese algo. Me intrigó esta vez. Pero no lo no conseguí leer debido a que rodábamos a 70 kilómetros por hora, entrábamos en una curva cerrada y bastante tenía con agarrarme al asiento para prevenir el derrape.  Días después, caminando por estas bellas y empinadísimas calles de Lisboa, me topé, ya al borde de perder el aliento, con el mismo anuncio en lo alto de una colina. En efecto: Mourinho me observaba con una media sonrisa confiada, se echaba la mano al pecho y miraba al frente con cara de tío seguro. Era publicidad de un banco y el eslogan decía: “Muestre su orgullo de ser portugués”. Tomé fuerzas, le hice una foto y seguí ascendiendo.     
Días después un amigo me prestó una revista, datada en abril, en la que aparecían  los 100 portugueses más influyentes. Uno de ellos era, claro, Mourinho.  Esta vez salía en la foto con cara de muy pocos amigos, pero el titular también era elogioso: “ADN vencedor”.
Y la revista de televisión Share de hace pocas semanas  llevaba la foto de nuestro famoso entrenador y una declaración suya a la portada: “El liderazgo es algo que se tiene que ejercer todos los días”. 
Pensé que Mourinho es un personaje polémico (tal vez el adjetivo polémico se quede corto) en España, donde salta de una trifulca a otra con esa rara habilidad suya para meter el dedo en el ojo en todos los sitios –incluso en los ojos- pero que en Portugal, para contradecir el refrán aquel del profeta y la tierra, es, no ya una celebridad, sino alguien, en principio, incuestionable. En su país, y en unos tiempos difíciles para Portugal, no sólo encarna la figura del deportista exitoso, sino la del líder, la personificación del éxito trabajado. 
Un periodista deportivo, el director adjunto de del diario Record  António Magallaes, está de acuerdo. Me explica que en sus tiempos de entrenador del Oporto Mourinho era Mourihno, o mejor, el Mourinho que conocemos en España, peleón, insolente, polémico (me vuelvo a quedar corto) meticón, discutible, tan amado por unos como odiado por otros. Pero que desde sus tiempos en el Chelsea y, más aún, desde que vive en Madrid, se ha convertido en el tipo ganador que defiende a su equipo, que obtiene resultados óptimos de sus subordinados y que lleva a su grupo hacia la victoria. En otras palabras, en un líder. De hecho, según me explica Magallaes, le han invitado ya para dar conferencias sobre eso, sobre liderazgo, y no sobre fútbol.
Desde entonces cada vez que me topo con Mourinho y su sonrisita en unos de esos carteles que jalonan las bellas y empinadísimas calles de Lisboa pienso –si tengo aliento para pensar- en cómo la geografía modifica el carácter, y viceversa.

Maneras de ahorrar

Por: | 26 de octubre de 2011

Anibal Cavaco Silva y su mujer
Tres noticias portuguesas en un mismo día:
1/ El Gobierno portugués va a suprimir (para ahorrar) el sueldo vitalicio de los ex dirigentes que han desempeñado  altos cargos en la Administración portuguesa  y que, paralelamente, trabajan en la empresa privada. En un país en el que muchos pensionistas y funcionarios se van a quedar sin pagas extras el año que viene, nadie ve bien que se cobre para siempre del Estado si ya tiene un buen sueldo en otro sitio.
2/  El sindicato de la Guardia Nacional Republicana (GNR) han pedido al presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva  (en la foto, junto a su mujer María) que suprima (para ahorrar) parte del boato y la fanfarria que acompaña la ceremonia de entrega de credenciales de los embajadores extranjeros. A juicio de este sindicato es “completamente desmesurado” que se utilicen, para esto, un escuadrón de caballería y una banda militar entera: 60 hombres. “Este tipo de homenajes se podría llevar a cabo por no policías”, propone un dirigente del sindicato. “El presidente, en esto, es un mero actor. Es el protocolo del Estado el que dicta las normas”, replica el portavoz de Cavaco Silva.

3/ Las funerarias portuguesas se quejan de que, actualmente (se supone que para ahorrar) hay mucho deudor que remolonea a la hora de pagar el funeral de su pariente. Carlos Almeida, de la Asociación Nacional de Empresas Luctuosas (ANEL) calcula que el 30% de los funerales llevados a cabo últimamente en Portugal no se han cobrado. La causa, según Almeida, es que las familias encargan un funeral por encima de sus posibilidades. Muchos economistas han achacado al excesivo tren de vida de los  portugueses en los últimos años el origen de una de las causas de la crisis económica del país. El funerario Almeida es el primero en asegurar que ese ritmo prosigue más allá de la muerte.

Bom dia

Por: | 21 de octubre de 2011

Foto 2 entrada 1 blog Lisboa
Escribo esto recién desembarcado de París pero ya en Lisboa, en una casa pintada a la carrera, con olor a nuevo, sentado en una caja de cartón de la mudanza, aún cerrada, donde pone, “libros del sótano” (¿Qué libros, por cierto, condené yo al sótano mientras estuve en París?) Extrañaré Francia, claro: sus fogonazos informativos, su manera novelesca de entender la política, con personajes de largo alcance que aparecen y desaparecen a lo largo de los años, sus legítimas ganas de colocarse a codazos en el centro del mundo pase lo que pase. Aunque, sobre todo, echaré de menos París y su incontestable belleza a pesar de sus precios, sus inviernos y algunos de sus camareros. 


Pero esto va sobre Lisboa, sobre Portugal: vaya por delante que el idioma portugués no es tan fácil como puede parecer a un español que nunca lo ha estudiado. Yo ya he empezado y, además de eso, de su dificultad, me ha llamado la atención un neologismo que aquí se emplea con algo de humor negro y mucho de fatalismo: “Ser troikado” (dícese, más o menos, de cualquier institución portuguesa que va a ser fiscalizada por la troika económica - compuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea y el Banco Central Europeo-  que acordó el rescate económico portugués en mayo y que impuso las condiciones para prestar 78.000 millones de euros).
Ya salió.


La crisis. El desastre. El rescate. Los recortes. La hecatombe. El ahorro a ultranza, el coqueteo con la bancarrota. No se habla de otra cosa en este país, situado una ficha de dominó por detrás de Grecia, que afrontará el año que viene un presupuesto de guillotina rebosante de medidas durísimas (supresión de las pagas extras para muchos funcionarios y pensionistas) y que significará la defunción del tiempo de las alegrías. Esta frase no es mía, sino del presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, y la pronunció el pasado 5 de octubre, día de la fiesta nacional de este país. Vamos camino de una espiral: el 24 de noviembre hay ya convocada una huelga general, los economistas advierten que 2012 será el año decisivo en el que el país se salvará o se despeñará por un agujero negro que acabará engulléndonos a todos…

   
Foto entrada 1 blog LisboaPero tiempo al tiempo. Esto va sobre Lisboa, irá sobre Lisboa, sobre Portugal, y no sólo sobre la actualidad (que es hoy, aquí, la economía). Intentaremos ocuparnos de otras cosas. Como el  impresionante número de hermosísimas mansiones que languidecen cerradas a cal y canto, como las de las fotos. ¿Por qué Lisboa está llena de bellos balcones tapiados? No lo sé todavía. Lo iré aprendiendo todo sobre la marcha. Y me gustaría que lo hiciéramos juntos. 
Pero ahora, déjenme que compruebe qué libros condené durante tres años al infierno del sótano de París.

Sobre el autor

: nació en Madrid en 1966. Fue durante tres años corresponsal en París y actualmente es corresponsal en Lisboa. Antes trabajó como redactor y reportero en las secciones de Local y Domingo. Ha escrito dos novelas: Deudas pendientes (2006) y La botella del náufrago (2011). A este ritmo perezoso, hasta 2016, por lo menos, no terminará la tercera.

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