Cembrero

Sobre la autora

María Antonia Sánchez-Vallejo. Periodista con experiencia en Oriente Próximo y en la cobertura de las guerras de Irak y Líbano, llevo un cuarto de siglo viajando a Grecia. He pasado temporadas en Salónica, donde amplié mis estudios de griego, y he cubierto las elecciones de 2009 y buena parte de la crisis de la deuda. También disfruto del país en vacaciones.

Eskup

La mano de Zeus

Por: | 22 de junio de 2012

Mucho antes de que empezara a correr por ahí este vídeo de Monty Phyton (un Alemania-Grecia cuyas alineaciones están formadas por filósofos), Karl Marx, un líbero de lo más dialéctico, ya chupaba banquillo por incurrir en demasiadas contradicciones en el centro del campo. Siglo y medio después, y contra todo pronóstico, Grecia ganaba la Eurocopa de 2004 con un juego pobretón y rácano, empecinadamente atrás todo el rato, mientras Alemania disfrutaba de cierta gloria balompédica en el mundo antes de constatar que donde más resuelve es en el área del euro, o sea, en la eurozona.

Si como dice un buen colega griego el fútbol es la continuación de la política -o de la guerra- por otros medios, hoy puede arder Troya de nuevo. Porque ni la rueda, ni el fuego, ni siquiera la pólvora: la invención del fútbol, ese sí que fue un paso decisivo en la historia de la humanidad: el instante en que Arquímedes, uno de los jugadores de la selección griega del vídeo, grita ¡eureka! (en griego: lo encontré) al arrear el primer patadón al esférico. A partir de ahí, todo ha venido rodado (con algo de juego aéreo de vez en cuando).

El vídeo es desternillante: dos alineaciones formadas por filósofos; Confucio de árbitro; Tomás de Aquino y San Agustín, los jueces de línea (y sin pinganillo); Martín Lutero como míster germano, y el esforzado Marx, en chándal, calentando por la banda (y quejándose de fuera de juego), mientras Kant sopesa si lanzar un imperativo categórico directo y Hegel arguye aprioris, o sea, mala colocación de la barrera.

Así que ya ven: ni Messi y sus hat tricks, ni la ayudita con que Maradona goleó en el decisivo partido de Argentina contra Inglaterra del Mundial del 86 (el primer encuentro de las dos selecciones tras la guerra de las Malvinas). El Alemania-Grecia de hoy amenaza con convertirse en una gesta que puede dejar en mantillas la famosa guerra del fútbol entre El Salvador y Honduras, la de Kapuscinski. Así que Zeus, macho, echa una mano, o dos, frente a los panzer y ayuda a recuperar la honrilla griega. Aunque solo sea por justicia poética.

¿Susto o muerte?

Por: | 21 de junio de 2012

Acropolis nubarrones
Hoy tengo el día destroyer, así que ahí va la primera en la frente: cada vez veo más claro que Angela Merkel habría preferido una victoria de Syriza para acabar cuanto antes con todo (o sea, para dar un portazo legitimado a Grecia en la eurozona, por la amenaza del partido de denunciar el rescate internacional y los dolorosos planes de ajuste). Sin embargo, con el conservador Andonis Samarás al frente del Gobierno -o el engendro que se está formando en Atenas-, mucho más dócil y obediente, la canciller deberá disimular y reprimir su impaciencia ante nuevos e impredecibles capítulos de un final inapelable: esto no hay quien lo arregle. Y eso no lo dice sólo frau Merkel, lo sabe hasta el Tato en Grecia.

¿Han resuelto algo las elecciones del 17 de junio? Ese supuesto Gobierno cuya formación parece el parto de los montes, ¿va a sacar el país adelante, a llevar diligentemente las cuentas, en plan contable, o a hacer que hace mientras se gana tiempo? Y si araña unos meses, ¿para qué? Los deseos de los socios europeos de un Gobierno colaborador y fiable en Atenas les han salido por la culata con este Ejecutivo fantasma, de tecnócratas y políticos (los justos, y sin que se note), en el que ni siquiera han querido participar dos de los tres socios que forman la coalición. Poca confianza en sus funciones demuestran tener el socialista Pasok y la moderada Izquieda Democrática cuando ni siquiera han asumido una cartera, no se vaya a herniar su titular o a desaparecer en misión de combate ante la troika.

Solidaridad LisboaAsí que vencidos, desarmados y condenados moralmente por Berlín o por la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde -por ser unos golfos apandadores, por vagos, por corruptos-, los pobres griegos han votado con la pistola en la sien, cuando no tapándose la nariz, para acabar constatando que lo han hecho por un espejismo.

¿Parche o farsa? ¿Susto o muerte? A lo peor las papeletas que se introdujeron en las urnas estas semanas ni siquiera habrían debido llevar siglas variadas como un surtido de galletas, y aún menos la disyuntiva euro/dracma, solo las dos opciones de un juego obsceno: votar (6 de mayo) y votar (17 de junio) hasta que salga un resultado que nos mole (a Europa, claro).

TsiprasNo rompo una lanza por Alexis Tsipras, el líder de Syriza, quien probablemente no esté preparado para gobernar, pero con el 27% de los votos -frente al 30% de la pírrica hegemonía de Nueva Democracia- es la única figura real salida de todo este entuerto (y quien con el apoyo de los sindicatos y de una porción importante de la ciudadanía modulará sin duda el futuro inmediato en las calles y en el Parlamento). El resto (neonazis, comunistas prosoviéticos, ultras nacionalistas) son espantajos vocingleros. Anda que el guionista se ha lucido con las dramatis personae, sólo se le ha olvidado incluir un mono cargado con una caja de granadas...

Ley y orden (y castigo)

Por: | 13 de junio de 2012

Bandera Grecia genéricoLos esforzados miembros del gabinete de prensa de Nueva Democracia (ND) merecen ser nombrados empleados del año, aunque el reconocimiento sea sólo testimonial y no acarree remuneración alguna (casi mejor, no les vayan a pagar en dracmas…). A diario bombardean con una media de 20 notas de prensa –en griego- para informar de la frenética actividad de su líder, Andonis Samarás, que a medida que se acerca la cita con las urnas bracea en la campaña con mayor nerviosismo.

En una de esas notas, se informaba de la visita de Samarás a Ayios Pandeleimonas, uno de los barrios más mestizos de Atenas. Pocas horas después, llegó a los móviles de los periodistas un documento con un programa de 12 puntos para “restablecer la ley y el orden” en el país. Con ello el partido conservador no se refería a la fuga de capitales, ni a impedir el desmantelamiento de la sanidad pública –que agoniza-, ni a atajar la corrupción rampante, sino a “reconquistar las ciudades” de inmigrantes irregulares.

En una campaña opacada por el euro, el fenómeno de la inmigración –el peor gestionado, por omisión, en la historia de la democracia contemporánea- está siendo capital, ya lo contamos en mayo en las páginas de este periódico: el ascenso de Aurora Dorada (21 diputados) y otros ultras como Griegos Independientes (33 escaños) está estrechamente ligado a la indigestión social que ha provocado en Grecia, un país pequeño y que se mira el ombligo, la afluencia masiva de extranjeros. Y la atención se ha redoblado ahora, aunque pocos medios extranjeros lo reseñen: están solo al hueso del euro. ¿Descender informativamente a los abismos, a la mugre, a la cochambre homologadas por la inepcia de un sinfín de gobiernos? Periodísticamente no luce, no es rentable. Así que viva (o muera) el euro.

Parlamento griego OKOKSamarás, que ha denunciado la “invasión” de indocumentados, no puede hacer otra cosa, por repugnante que resulte el recurso a las vísceras: apelar al miedo, a la inseguridad, a lo oscuro. O juega la carta extrema de la inmigración, una amenaza casi rayana en el racismo, o perderá más votos el día 17 por su flanco ultra, y eso sí que no se lo puede permitir, con lo reñido que se presenta el resultado. Así que el político al que algunas encuestas dan como ganador en las urnas –e hipotético primer ministro si lograra formar Gobierno- se ha lanzado a una espiral retórica que asusta: en el documento que citamos, titulado como no podía ser de otra manera Dodecálogo para la Seguridad-Inmigración ilegal, abundan las exclamaciones, las mayúsculas (Miedo, Seguridad, Libertad…) y propuestas tales como restablecer el ius sanguini en vez del ius soli vigente, endurecer el código penal para castigar delitos y crímenes y una reorganización policial. Todo está inventado: contra la inmigración, ley y orden (y castigo).

De los casi 800.000 inmigrantes legales que viven en Grecia nadie se ha ocupado sin embargo durante la campaña… si exceptuamos al grupo de ultras que el martes molieron a palos a tres egipcios en Pérama, donde los árabes trabajan como pescadores con todos sus papeles en regla.

Si al final sale del euro, y se aplican las medidas que Bruselas no acaba de confesar que prepara –una de ellas, la suspensión de Schengen-, Grecia se va a convertir en una ratonera invivible a merced de matones y desidias. Diga lo que diga Samarás, escriban lo que escriban los medios, este incluido.

PD: Una sola perla de Samarás en un mitin: la austeridad puede tener un pase, “pero la inseguridad crea una psicosis tan negativa que lleva a muchos griegos a tomar psicotrópicos”. Con un par.

El País

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