Cembrero

Sobre la autora

María Antonia Sánchez-Vallejo. Periodista con experiencia en Oriente Próximo y en la cobertura de las guerras de Irak y Líbano, llevo un cuarto de siglo viajando a Grecia. He pasado temporadas en Salónica, donde amplié mis estudios de griego, y he cubierto las elecciones de 2009 y buena parte de la crisis de la deuda. También disfruto del país en vacaciones.

Eskup

Se venden islas

Por: | 22 de febrero de 2013

Skorpios
Se venden islas. No es nada nuevo –todos recordamos las privadas de Onassis (arriba) o Niarjos-, pero la crisis ha abierto la veda a los mercaderes y las islas, que junto con las ruinas representan el único bien en abundancia de Grecia, también pasan por caja. Una exclusiva empresa acaba de actualizar su catálogo y ofrece una quincena de islas deshabitadas con precios comprendidos entre los 1,5 millones de Modi, en el mar Jónico, y los 150 millones de Patroclo, junto al Ática.

Pero el organismo encargado de las privatizaciones (Taiped, en sus siglas griegas) no se pronuncia al respecto, pese a la existencia de un inventario de 562 islas aprovechables de un total de 6.000, y el silencio oficial favorece las conjeturas. Según los globos sonda en circulación en los últimos meses, hay distintas opciones: la cesión de esas 562 a particulares por periodos de 100 años;  la explotación comercial de islotes deshabitados en medio de algún archipiélago (Samarás en declaraciones al diario Le Monde) o el desalojo de aquellas con una población inferior a 150 habitantes, para ahorrar dinero en servicios, a petición –desmentida- de la troika.

IOS OK OKComo la balsa de piedra de la novela de Saramago, otras muchas corren el riesgo de partir a la deriva, o irse directamente a pique, por culpa de la crisis. Limnos (noreste del Egeo) es un buen ejemplo. Áspera y misteriosa, elegida por el dios Hefesto para montar su fragua, la isla puede quedarse sin su único hospital si el Ministerio de Sanidad confirma los planes de cierre. Ello dejaría la salud de la población (20.000 habitantes) a merced del mar: el hospital más cercano, en Mitilini (o Lesbos), está a 84 millas náuticas de distancia –seis horas de viaje en ferry-, pero entre las dos no hay siquiera conexión regular diaria. Volar a Atenas cuesta casi 200 euros por trayecto.

Un diputado local de Syriza plantéo la situación en estos términos ante el Parlamento: “Tras dos años de recortes por culpa de la política de rescates, [el hospital de] Limnos se halla en una situación dramática, con seis médicos para 20.000 habitantes. Faltan especialistas; hay recortes en la alimentación de los enfermos y en la limpieza del centro; no hay aire acondicionado en verano ni calefacción en invierno”.

GreeceforsaleLimnos sería una anécdota si no ejemplificara a la perfección la criminal contradicción existente entre los recortes en gasto público y la continuada inversión en Defensa: entre 2007 y 2011, Grecia fue el mayor importador europeo de armas, según el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI). Y Limnos, que desempeñó un papel subsidiario en la campaña de Galípoli durante la I Guerra Mundial, es una de las islas más militarizadas del Egeo, no en balde emboca al estrecho de los Dardanelos. En septiembre, dos ciudadanos checos fueron detenidos allí acusados de espionaje por fotografiar instalaciones militares. En 1996, por culpa de un islote no habitado, el de Imia –también en el Egeo-, Grecia y Turquía casi llegan a las manos, lo que revela la importancia capital de muchas islas como sinónimo de seguridad nacional.

El 2º país de la OTAN que más armas compró en 2012 recibió esta semana la visita de François Hollande. El viaje revestía mucho interés estratégico: el presidente francés fue acompañado por un séquito de empresarios con la mira puesta en los programas de privatización en curso: de energía, gestión de aguas, defensa, ferrocarriles y turismo. Pero, junto con un mensaje de solidaridad, Hollande también llevó en bandeja una oferta que, seguro, Atenas no sabrá rechazar: la cesión de dos fragatas para participar en las prospecciones de gas natural en aguas jurisdiccionales griegas, entre la isla de Kastelórizo y Chipre. Según la opinión más extendida, el préstamo duraría cinco años y luego Atenas pagaría 300 millones por barco. Alemania y Francia, qué casualidad, son los principales proveedores militares de Grecia.

Isla dodeEste verano Atenas desmintió con acritud la presunta secesión de Icaria (9.000 habitantes), al norte del Egeo, por la desatención del Estado y los estragos que en los servicios públicos está causando la crisis. “Tal vez la solución sea la anexión por otro país; Austria, por ejemplo, lo más lejos posible de Turquía”, dijo un isleño al periódico italiano Libero. El semanario alemán Der Spiegel –látigo de una continuada campaña de descrédito de Grecia- recogió la chanza y se montó un follón de miedo. Dimes y diretes aparte, lo cierto es que el otrora apacible rebaño de islas, un corral de terrones, peñascos, islas e islotes que parecen animales domésticos adormilados si se contemplan desde el cielo, cada día se le está poniendo más montaraz al Gobierno.

La austeridad mata

Por: | 14 de febrero de 2013

Banderaeuropea
Si no fuera por imperativos del libro de estilo, que, por mor de la corrección política –esa añagaza de distracción, esos paños calientes para poner en cuarentena las miserias ajenas-, prohíbe utilizar la expresión “crisis humanitaria”, llamaríamos así, con todas las letras, a la situación de descomposición social que vive Grecia desde que se aprobara el primer rescate financiero, en mayo de 2010. Así que, ante la inconveniencia del concepto –otros medios importantes, como el diario británico The Guardian lo usan, y sin empacho-, vamos a llamarlo simplemente “crisis inhumana”. No hace falta estar en África, sufrir un desastre natural devastador, una epidemia mortífera o una guerra: las crisis inhumanas existen ya en la Unión Europea, Grecia es el primer ejemplo.

La austeridad mata. Alrededor de un tercio de los niños están en riesgo de pobreza o exclusión en Grecia (y en España), según Cáritas. Alrededor de cuatro millones de personas (3,9, para ser exactos) franquearon ese umbral en 2012, 800.000 más que un año antes, según un estudio del Instituto de Empleo-GSEE; casi cuatro millones de pobres sin paliativos: sin calefacción, sin una sola ración semanal de carne o pescado, sin abrigo... cada vez más, sin techo (unos 40.000 en todo el país, según el cómputo de varias ONG).

El paro juvenil alcanza al 61,7% de los menores de 25 años en activo (descontados los estudiantes; los soldados forzosos –en Grecia el servicio militar sigue siendo obligatorio-; los que han emigrado…). Para 2013 se prevé un porcentaje de paro general del 30% -ahora está en el 26,8%-, el mismo que azota actualmente la región conurbana de Atenas, la más poblada del país. Grecia es líder tanto en la UE como en la eurozona en destrucción de empleo. Y los pocos ciudadanos que aún pueden consumir –es decir, cubrir las necesidades básicas-, son los más pesimistas del mundo, según un estudio que evalúa el índice de confianza en 58 países.

EurosTodo por hacer los deberes que impone la troika. Lo acaba de decir Alexis Tsipras, el líder de Syriza, en una entrevista en la BBC: para reducir el déficit primario en 25.000 millones de euros –el logro que más exhibe el Gobierno de Atenas-, la economía se ha contraído en 70.000 millones. Pero a cambio de los rescates hay que seguir podando los muñones, y el secretario del Ministerio de Economía, Yorgos Mergos, tiene en el punto de mira el salario mínimo, de 580 euros brutos para los mayores de 25 años: según Mergos, es demasiado alto. ¿Canto de sirena para la troika o globo sonda? El propio Ejecutivo griego ha desmentido al celoso funcionario y la Comisión Europea, por boca del mismísimo Oli Rehn, ha aclarado que ni ha pedido una nueva rebaja ni hay razón para ello, pero todo el mundo sabe que un rumor reiteradamente propalado acaba siendo verdad a veces…  Por su parte, el ministro de Orden Público ha dicho que los 61.000 policías que tiene el país (para 11 millones de habitantes) son muchos… Hasta 35.000 puestos de trabajo públicos podrían suprimirse a lo largo de 2013.

ImiaADHasta aquí, con cuentagotas, unos pocos datos ilustrativos. Es más difícil evaluar la transformación sísmica que la suma de penurias ejercerá sobre un sistema afecto de gangrena; las reformas estructurales para hacer frente a la crisis y la competencia por los recursos escasos convergen como un tsunami, y se impone la confusión: no puede ser, es ideológicamente imposible, que un país que sufrió la ocupación nazi, y las masacres de Kalávryta o Distomo, tenga en el Parlamento 18 energúmenos que se escudan en una pseudo-esvástica; que saludan brazo en alto y apalean inmigrantes… Y que pasean por la misma sede de la soberanía nacional a neonazis alemanes, en plan visita turística a un parque temático de la democracia. La sacudida para el sistema político es incalculable, y el riesgo de no reparar en la amenaza, como hace el maltrecho establishment, muy alto. No digamos si Aurora Dorada, en vez de extremarse, se escora unos cuantos milímetros hacia el centro...

La ONG Médicos del Mundo-Grecia fue el primer agente social que, hace un año, definió públicamente la crisis griega como humanitaria, sin ánimo de querer compararla –en aquel entonces- con África. Doce meses después, los símiles se quedan cortos y escenas como las que deparó la pasada semana el reparto de comida gratis en una protesta de agricultores en Atenas recuerdan el oprobio de África, o de la ex-Yugoslavia famélica y hecha jirones de la guerra. ¿Qué será lo siguiente, tirar bolsas desde los helicópteros sobre la plaza de Syntagma? ¿O buitres merodeando en torno a los hambrientos, a los suicidas?

La factura informativa de la crisis

Por: | 06 de febrero de 2013

WakeUp
La dirección de la radiotelevisión pública (ERT, en sus siglas griegas) ha acordado prohibir la emisión de imágenes de pobreza y sordidez. Uno de los periódicos más prestigiosos del país, el conservador Kathimerini, loaba en un editorial la actuación de la policía un día después de que un caso de presuntas torturas a cuatro detenidos -y el uso de Photoshop para borrar los signos de violencia de sus fotos- motivara una petición de investigación por parte de Amnistía Internacional y estruendosas críticas de la oposición.

Noticias como estas tal vez expliquen por qué Grecia aparece por debajo de Malaui, Benín, Kuwait o Togo en el índice mundial de libertad de prensa de la organización Reporteros sin Fronteras (que en su valoración de los datos, por cierto, no repara en un indicio tan preocupante como éste pese a tratarse de un país miembro de la Unión Europea, y cuando además el ejemplo podría contagiarse a España o Portugal, por citar sólo otros dos países inmersos en la crisis). En un solo año, Grecia ha caído 14 puestos, hasta el que ahora ocupa (el 84º).

OxiEsta débâcle no sucede gratuitamente: sólo el 6% de los griegos confía en los medios de comunicación tradicionales, correas de transmisión del poder en la más amplia acepción de la palabra: del Gobierno, los partidos, los sindicatos o un puñado de oligarcas como la familia Bóbolas, propietaria del diario Ethnos y el económico Imerisiá y accionista de la cadena privada de televisión Mega TV, uno de cuyos periodistas acaba de reconocer que él y sus colegas recibieron en 2010 presiones para ocultar informaciones relativas a la inviabilidad de la deuda griega.Tres miembros de la familia Bóbolas, por cierto, aparecen en la lista Lagarde de supuestos evasores fiscales con cuentas en Suiza.

La viabilidad de la deuda justificó en su día la intervención de la troika en Grecia, con dos rescates que han humillado a la ciudadanía hasta extremos de miseria. Valgan sólo unos pocos datos: según Elstat, la autoridad estadística, los hogares griegos perdieron 4.000 millones de euros en 2012. Los ingresos han bajado un 10,6% en 2012 por culpa de la reducción de salarios y pensiones, un 11,3%; recortes de las prestaciones sociales, 10,2%, y el aumento de casi el 18% en los impuestos sobre la renta y la propiedad. Hablamos sólo de 2012, el quinto año de recesión; así que súmense los tajos anteriores… y los que quedan. A cambio, el ministro de Economía, Yanis Sturnaras, admitía a finales de enero que los 300 diputados griegos están exentos de tributar "en un 65%-75%". Se entiende pues el desapego de la política, pero también de la información: conocer es sufrir...

Wake-up
Volviendo a los tiburones de las empresas de comunicación, está claro, como en el caso de Mega TV, que los intereses creados devienen en mordaza, y más en tiempos de crisis. Además de los Bóbolas -con intereses en la construcción, la minería, los peajes de las autopistas, etcétera-, cabe recordar también, por ejemplo, al magnate Laurentis Lavrentiadis, propietario y/o accionista de una veintena de medios de comunicación y al que en su día, como en España con Mario Conde, sus empleados periodistas loaron con títulos –y titulares- como “empresario de éxito”, “cristiano fervoroso” y “patriota visionario”. Hoy purga sus excesos en la cárcel ateniense de Korydalós.

Lavrentiadis no es el único caso de obediencia (informativa) debida. Su compañero de correrías empresariales Petros Kyriakidis, dejó en la estacada al Athens News, el decano de la prensa griega en inglés, y sus bienes fueron embargados por orden del juez junto con otras 28 personas en el mismo proceso por corrupción que empapeló a Lavrentiadis. Sobre los Bóbolas, su diario salmón Imerisiá ha propalado un goteo de interesadas filtraciones sobre los pasos de la troika en Grecia. Las piezas encajan en la sombra.

Que en Grecia la libertad de expresión y prensa corre peligro de muerte no es un secreto. ¿Cómo denominar, si no, la detención y el juicio del periodista Kostas Vaxevanis por divulgar la lista Lagarde en la revista Hot Doc? El periodista de investigación aguarda un segundo juicio, tras ser anulado el primero. ¿Cómo explicar la inexplicable salida de Kathimerini de Stavros Lygerós, uno de los mejores periodistas del país? ¿Cómo justificar las necrológicas –algunas de ellas, laudatorias- del fascista Nikolaos Dertilís, dirigente de la Junta de los Coroneles y convicto del asesinato de un joven? ¿Cómo denominar, en fin, las amenazas de muerte contra el editor del magacín digital Unfollow por sus revelaciones acerca de la empresa Aegean Oil?

 Con todos los riesgos que implica el llamado periodismo ciudadano –cualquiera puede informar, pero cualquiera puede hacerlo de cualquier manera-, el pujante activismo social en blogs y redes sociales es una bocanada de aire fresco y un caudal de datos en medio de este ambiente claustrofóbico. Para la creatividad no falta aliento: ahí están, por ejemplo, los vibrantes documentales Chaos, de Ana Dimitrescu, y Catastroika, de Aris Jatzistéfanu, sobre el impacto de la crisis en la ciudadanía. O Thewakeupcall, el precioso y original documental de Kostas Kallergis, que ha sabido reflejar, a través de la eclosión de los grafitis políticos en la geografía urbana, las arcadas que en la ciudadanía –y en la juventud- provoca la crisis. Esas arcadas de quien no vomita porque ya no le queda nada en el estómago más que asco.

 

El País

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